(CNN)– En el futuro, los vuelos transatlánticos podrían ser perfectos. En lugar de caer sobre una pista de aterrizaje en las afueras del centro de una ciudad, los pasajeros podrían aterrizar a lo largo de la costa en un enorme hidroavión.
Según el Dr. Errikos Levis, un investigador en el Departamento de Aeronáutica del Imperial College de Londres, los hidroaviones podrían ser la respuesta para al menos dos de las mayores cargas de la aviación moderna: la congestión de los aeropuertos y la contaminación acústica.
“Podemos usar los hidroaviones para alejarnos de áreas pobladas y reducir la necesidad de tener una infraestructura extensa”, dice.
El Dr. Levis coescribió un estudio sobre el potencial de los hidroaviones como el enorme avión de pasajeros del mañana. Junto al profesor Varnavas Serghides, él ha ideado el diseño de una familia de hidroaviones que podrían acomodar desde 200 hasta 2.000 pasajeros.
Aunque el suyo es un concepto de diseño radicalmente nuevo, los hidroaviones en realidad son una idea antigua.
“El desarrollo de los hidroaviones básicamente se detuvo después de mediados de los años cuarenta, porque eran sustancialmente menos eficientes desde el punto de vista aerodinámico y estructural en comparación con los aviones tradicionales”, dice.
En primer lugar, los hidroaviones tradicionalmente requieren de un flotador de extremo de ala, un aparato pesado que asegura la estabilidad lateral en la superficie del agua, pero también aumenta la penalidad de arrastre en hasta un 20%. La forma poco elegante del cuerpo del avión, particularmente el casco en forma de V, el cual es necesario para ayudar a que el avión navegue por el agua, normalmente se suma al factor de arrastre.
Aspectos básicos del diseño
Para reducir la resistencia al viento que viene con el casco escalonado en forma de V, el equipo empleó un cuerpo de alas combinado, donde el casco sube para unirse con la parte inferior de las alas del avión. Él también decidió deshacerse por completo de los flotadores de extremo de ala.
“Las secciones interiores del ala en sí en realidad ofrecen esa estabilidad lateral”, dice el Dr. Levis.
Los motores también se moverán hacia la parte superior del avión, lo cual los ayudará a protegerlos del rocío (“Un gran problema para los hidroaviones”, dice Levis). La medida también desviará el sonido para que quienes vivan debajo de una trayectoria de vuelo no se vean tan afectados por el estruendo del avión.
¿Mientras más grande mejor?
El Dr. Levis no cree que los hidroaviones reemplazarán a los aviones tradicionales, y señala que no se comparan en términos de la eficiencia de combustible en los tamaños más pequeños.
“Aun así, no pudimos superar lo que los actuales aviones de vanguardia consumen, especialmente en los tamaños más pequeños”, admite. Sin embargo, en los tamaños de 800 pasajeros y más, la eficiencia es igual y a veces incluso mejor que la de los aviones modernos, añade, al utilizar lo que considera, son suposiciones conservadores para el peso estructural final a fin de determinar sus cálculos.
Él también señaló que los hidroaviones no estarían bajo las mismas limitaciones de seguridad que los aviones tradicionales, los cuales se ven limitados debido a ciertos anchos de las pistas de aterrizaje. Como resultado, un hidroavión de 2.000 personas es factible, y en tamaños mayores, un hidroavión incluso podría utilizar más combustible de hidrógeno amigable para el medio ambiente. Esto es algo que los aviones tradicionales no pueden usar tan fácilmente debido a que el hidrógeno ocupa cuatro veces más de volumen que el combustible Jet-A1.
“No podemos poner a los pasajeros bajo el nivel del agua por razones de seguridad, así que lo que encontramos es que tenemos una gran cantidad de espacio vacío ahí, el cual podemos usar para incluir el hidrógeno”, dice Levis.
¿El avión del mañana?
Por lo tanto, no es probable que el hidroavión despegue en un futuro cercano, aunque, según Levis, la tecnología básicamente se encuentra ahí.
“Debe realizarse algún tipo de investigación, pero no es el caso que estemos usando la antigravedad. La gran mayoría de las cosas que utilizamos para diseñar los aviones están ahí”, dice. Aun así, él se imagina que si empezaran a trabajar en él hoy, tomaría más o menos una década antes de que el diseño se hiciera realidad.
“Lo que realmente falta es la voluntad de probar algo nuevo”, dice.