Nasir al Wuhayshi murió por el ataque de un 'drone' estadounidense en Yemen.

(CNN)– Nasir al Wuhayshi no cabía en el estereotipo de líder terrorista. Era menudo, callado y tenía un sentido del humor pícaro, de acuerdo con uno de los pocos occidentales que lo conocieron. Pero también tenía un carisma inesperado e inspiraba asombro y una profunda lealtad en los combatientes de al Qaeda en Yemen.

Aunque tenía poco menos de 40 años, al Wuhayshi tenía más de 20 años de experiencia en la yihad y era cercano a Osama bin Laden. Para muchos observadores, su muerte es el golpe más significativo para al Qaeda desde la muerte del predicador militante Anwar al Awlaki, ocurrida también en Yemen hace cuatro años.

Morten Storm, un informante danés de los servicios de inteligencia occidentales que tuvo acceso a al Wuhayshi a principios de 2012, lo describió como “uno de los últimos pesos completos de al Qaeda, un combatiente de combatientes”.

Al Wuhayshi logró que al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) se volviera la única filial capaz de tomar terrenos en su propio territorio y de planear ataques sofisticados en el extranjero.

La bomba “de la ropa interior” que se había diseñado para derribar un avión comercial estadounidense sobre Detroit, Estados Unidos; la conspiración para hacer estallar aviones con bombas metidas en impresoras (plan que casi tiene éxito); el ataque complejo contra la embajada de Estados Unidos en Yemen, el ataque en París contra la revista Charlie Hebdo, este año. Estas y muchas otras conspiraciones surgieron de AQPA desde su reducto en el sureste montañoso de Yemen.

Para sus admiradores, al Wuhayshi parecía ser intocable. Alguna vez fue secretario personal de Osama bin Laden en Afganistán; regresó a Yemen y lo encarcelaron, pero escapó en una fuga masiva de prisioneros de al Qaeda en 2006.

Bajo su mandato, al Qaeda en Yemen pronto se volvió Al Qaeda en la Península Arábiga y consiguió reclutas saudíes, algunos de los cuales habían estado presos en Guantánamo. Se rumoraba que al Wuhayshi había muerto en un ataque estadounidense con misiles en diciembre de 2009, pero pronto reemergió.

También se cree que fue el autor de un plan ambicioso para atacar algunas misiones diplomáticas estadounidenses en 2013 que causó que se cerraran temporalmente unas 20 embajadas estadounidenses.

Al Wuhayshi contribuyó a su reputación al presentarse desafiantemente ante una docena de yihadistas en un vídeo que se publicó en 2014. Parecía que ignoraba el peligro de un ataque con misiles y decía al grupo: “Debemos eliminar la cruz… ¡el portador de la cruz es Estados Unidos!”. A pesar de que tuvo oportunidades en casa, AQPA seguía concentrado en enemigos distantes.

Estados Unidos reconoció la importancia de al Wuhayshi y lo declaró “terrorista mundial especialmente designado” en 2010; ofrecieron una recompensa de 10 millones de dólares a cambio de información sobre su paradero.

El desafío de ISIS

En una época en la que al Qaeda se ha visto desafiado en todo Medio Oriente por el Estado Islámico en Iraq y Siria (ISIS), al Wuhayshi era un personaje importantísimo ya que era el líder de la filial más efectiva y adaptable.

Aunque ISIS se había vuelto el nuevo destino de una nueva generación de militantes, al Wuhayshi lo rechazó tajantemente, juró lealtad personalmente (bayat) al líder de al Qaeda, Ayman al Zawahiri, y lo nombraron segundo al mando del grupo a nivel mundial.

A través de unos comunicados que se emitieron en 2014, AQPA criticó a ISIS por difundir vídeos de decapitaciones. Además, uno de sus principales ideólogos, Harith bin Ghazi al Nadhari, se quejó de que “nuestros hermanos del Estado Islámico… nos sorprendieron con varias medidas, entre ellas su anuncio del califato (y) su anuncio de expansión del califato en varios países en los que no tienen injerencia”, entre los cuales se encontraba Yemen, sin duda.

A pesar de esto, un clérigo yemení muy influyente ha pedido a AQPA que jure lealtad al líder de ISIS, Abu Bakr al Baghdadi. ISIS ha seguido estableciéndose en Yemen sin oposición, llevó a cabo ataques suicidas masivos en congregaciones de hutíes en la capital en 2014 y ha seguido atacando a las fuerzas hutíes desde entonces. ISIS tiene docenas de elementos allá a comparación de los muchos cientos que tiene AQPA (según las autoridades yemeníes), pero han dejado huella.

La sucesión

Si al Zawahiri es el líder, un distante presidente del consejo de administración, al Wuhayshi era el director ejecutivo dinámico. Su muerte no significa que al Qaeda está liquidado. AQPA aún tiene mucha fuerza en sus grupos, a pesar de los exitosos ataques con drones contra sus personajes más prominentes.

Sin embargo, la muerte de al Wuhayshi priva al grupo de un faro para guiar a un núcleo cerrado que ha dirigido la organización desde su concepción, un grupo que, según un estudio sobre AQPA que llevó a cabo el Centro de Combate al Terrorismo de la academia militar estadounidense de West Point, “evitó cometer los errores estratégicos que usualmente derrotan a los yihadistas de otras partes, mantuvieron la relevancia de AQPA en un entorno local e internacional altamente competitivo”.

Uno de los pocos personajes que quedan de ese grupo es ahora el sucesor de al Wuhayshi: el comandante Qasim al Raymi, a quien se considera la mente operativa de la filial.

Probablemente haya participado en todas las decisiones importantes de la última década, pero tiene apenas 37 años. Lo incluyeron en la misma lista de terroristas que al Wuhayshi en 2010 y se ofreció una recompensa de cinco millones de dólares por él.

Al Raymi proviene de una región cercana a Saná, la capital de Yemen. Escapó de prisión junto con al Wuhayshi hace nueve años y planeaba llevar a cabo sabotajes de instalaciones petroleras en unos meses. Algunos funcionarios saudíes consideran que es más peligroso que al Wuhayshi por su capacidad de planear ataques.

Se cree que él concibió el plan para asesinar al entonces jefe de los servicios saudíes de inteligencia, el príncipe Mohammad bin Nayef, en 2009. El fabricante de bombas en jefe de al Qaeda, Ibrahim al Asiri, creó el dispositivo que se insertó en el recto de su hermano, pero no lograron matar a bin Nayef.

Al Raymi es importante por otra razón: es yemení en un grupo que incluye a saudíes y otros extranjeros.

“Eliminar a este grupo de yemeníes de alto nivel mientras los líderes extranjeros del grupo se quedan en su cargo sería una pérdida catastrófica para el grupo, ya que lo despojaría de su credibilidad local y de la guía estratégica esencial para resistir en Yemen”, concluyó el Centro de Combate al Terrorismo.

La mayoría de los analistas de contraterrorismo esperan que al Raymi mantenga a AQPA en las filas de al Qaeda, pero la pregunta es si tendrá la capacidad de socavar el atractivo que ISIS tiene en Yemen.

No tiene lazos tan profundos con la dirigencia central de al Qaeda como los de al Wuhayshi, pero también estuvo en los campamentos de al Qaeda en Afganistán cuando era adolescente, en la década de 1990.

Al igual que su predecesor, al Raymi cree que la guerra en Yemen es parte de la “guerra general de Estados Unidos contra el islam, una guerra en la que Estados Unidos usó a las fuerzas musulmanas para lograr sus objetivos en Iraq, Pakistán y Palestina”, según el reporte del Centro de Combate al Terrorismo. Ha criticado duramente el efecto que la campaña de ataques con drones ha tenido en la población civil de Yemen.

Un dato curioso sobre al Raymi es que es posible que tenga una esposa croata rubia. En 2009, Morten Storm, el informante de los servicios de inteligencia occidentales, le presentó a al Awlaki a una joven llamada Irena Horak a través de un vídeo.

En ese entonces, el clérigo vivía en una zona remota de la provincia de Marib y al parecer ansiaba tener una esposa occidental. Horak se cambió el nombre a Aminah, viajó a Yemen y se casó con él.

Cuando al Awlaki murió, los agentes de los servicios de inteligencia occidentales le dijeron a Storm que Aminah podría haberse casado con al Raymi. Incluso se trazó un plan para encontrar a al Raymi enviándole a Aminah una caja de maquillaje con un rastreador.

El futuro

La suerte de AQPA dependerá en gran medida de si Yemen se hunde en el abismo o si de alguna forma se levanta gracias a la mediación internacional. El grupo ha florecido desde que los hutíes tomaron la capital y otras partes del centro de Yemen. Como los hutíes son una secta chiita, los militantes sunitas los desprecian, lo cual es muy útil para que AQPA consiga reclutas.

Durante un tiempo, en 2013 y 2014, AQPA se vio en desventaja cuando las fuerzas armadas yemeníes reorganizadas, que contaban con el respaldo de los servicios de inteligencia estadounidenses, emprendieron la ofensiva.

Sin embargo, el caos de los pasados nueve meses ha permitido que al Qaeda se vuelva a establecer en provincias como Shabwa y Hadramaut, en el sur. Ahora es uno de los muchos factores (los hutíes, los leales al expresidente Ali Abdullah Saleh, los secesionistas del sur, los saudíes) en un campo de batalla complejo, lleno de alianzas volátiles.

AQPA ha gozado de un espacio sin gobierno a causa del colapso de Yemen; esencialmente ha tomado pueblos como el puerto de Mukalla, en el sur, y ha conservado los escondites que usan al Asiri (el fabricante de bombas) y sus aprendices. Se han beneficiado de otra fuga masiva de presos y del retiro de las Fuerzas Especiales estadounidenses de una base del este de Yemen.

Sin embargo, la muerte de al Wuhayshi (junto con los ataques con drones contra otros personajes de AQPA en meses pasados) muestra que Estados Unidos sigue teniendo alcance e inteligencia en Yemen. Para algunos analistas, al Raymi y al Asiri son los últimos “grandes” personajes de al Qaeda.

Así, al Raymi hereda un cargo en el que el riesgo y la oportunidad son casi iguales. Pero ciertamente conoce el territorio.