Nota del editor: Bill Clinton es el fundador de la Fundación Clinton y el presidente No. 42 de Estados Unidos. Nancy Brown es la directora ejecutiva de la Asociación Estadounidense del Corazón. La Alianza para una Generación más Saludable fue fundada en el 2005 por la Asociación Estadounidense del Corazón y la Fundación Clinton como una respuesta a la creciente tasa de obesidad infantil en Estados Unidos. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente las de los autores.
(CNN) – A principios de 1990, los alimentos fritos, carbohidratos y postres predominaban las opciones de almuerzo de la escuela secundaria de Marybelle. Las máquinas expendedoras estaban alineadas en los pasillos de la escuela, ofreciendo bebidas azucaradas y refrigerios no saludables. Dado que contaba con muy pocas opciones saludables, como era de esperarse Marybelle desarrolló hábitos que llevaron a colesterol alto y presión arterial alta.
En la actualidad, la historia es diferente para su hijo, Bobby, quien está en el séptimo grado, y su generación. Bobby se inscribió en un gimnasio por la tarde en su escuela media y hace trabajo voluntario en el huerto de su escuela. El director de servicios de alimentos de la escuela asegura que a los estudiantes les sirven frutas y verduras frescas. Bobby ha motivado a su mamá a dejar las gaseosas y en la mañana salen juntos a caminar por el barrio. “¡No hay excusas, mamá!”, dice cuando ella insiste en que no tiene suficiente tiempo.
Podemos identificar a los niños que tienen problemas para mantenerse saludables. La cirugía del corazón a la que fue sometido el expresidente Bill Clinton fue una advertencia; los llevó a tomar una decisión para hacer algo que permitiera ayudar a que los niños se mantuvieran saludables. Después de explorar opciones juntos, nos dimos cuenta de que uno de los temas más importantes que enfrenta nuestro país hoy en día es la obesidad infantil, lo cual puede conducir a graves consecuencias para la salud.
Es por eso que la Fundación Clinton se asoció con la Asociación Estadounidense del Corazón para lanzar la Alianza para una Generación más Saludable. Impulsados por el deseo que ambas entidades compartían para que la próxima generación tuviera una relación más sana con la comida y un buen estado físico, nuestra filosofía central ha sido la de lograr que todos hagan sus aportes —escuelas, empresas, comunidades, profesionales de la salud y familias— para facultar a los niños a que desarrollen hábitos saludables para toda la vida.
Mientras celebramos nuestro décimo aniversario, nos sentimos orgullosos de los avances que se han logrado en el país. Las iniciativas como las de la primera dama Michelle Obama “Let’s Move!” han llamado la atención y han impulsado cambios de comportamiento positivos.
Pero aún queda mucho por hacer. Después de un aumento constante durante muchos años, el número de calorías que los niños estadounidenses consumen cada día se está reduciendo. Las tasas de obesidad infantil, aunque siguen siendo demasiado altas, ahora se han estabilizado y se están empezando a reducir en algunas poblaciones. Los 5.000 millones de almuerzos escolares que se sirven cada año son más nutritivos que hace una década. Los niños están consumiendo menos alimentos procesados y menos bebidas azucaradas y leche entera.
Las escuelas han hecho progresos hacia la implementación de los estándares de nutrición del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Aplicar estas normas no siempre ha sido fácil. Pero hemos visto como se implementan estos cambios en las cafeterías de todo el país y por experiencia sabemos el impacto positivo que tienen en la salud de los niños.
Los estudiantes estadounidenses cuentan con la opción de escoger alimentos más saludables y están respondiendo favorablemente al optar por consumirlos. En la actualidad, más del 90% de las escuelas de todo el país están cumpliendo con estos estándares federales de nutrición para los alimentos escolares. Reducir la intensidad de las normas de alimentos escolares establecidos por el Departamento de Agricultura (USDA, por sus siglas en inglés) causaría mucho más daño que bien. Así que debemos mantener este ímpetu y asegurar que nuestros niños sigan teniendo acceso a mejores alimentos, porque los niños saludables aprenden mejor.
Alimentarse mejor solo es un lado de la moneda en nuestra lucha para ayudar a que la juventud prospere. También tenemos que cambiar cómo se ejercitan los niños. La infancia es el momento cuando los músculos se están formando, las extremidades se alargan y cuando se forman los hábitos saludables de por vida.
Nuestros propios recuerdos de la infancia se centran en la educación física diaria en la escuela y jugar en el patio hasta que el sol se ocultara. Por desgracia, hoy en día, los niños estadounidenses se están ejercitando menos que las generaciones pasadas.
Los expertos recomiendan que los niños hagan 60 minutos de actividad física todos los días; sin embargo, solo uno de cada tres en realidad logra hacerlo y alrededor del 15% de los niños reportan que no realizan ninguna actividad física en absoluto. Tomando en cuenta estos datos alarmantes, no nos debe sorprender de que no exista ninguna ley federal que requiera que se imparta educación física en las escuelas de Estados Unidos y que solo seis estados incluyan la educación física como un requisito en todos los grados.
Nuestros hijos se ejercitan muy poco cada día, al grado que incluso agregar 10 minutos podría hacer una gran diferencia.
La Alianza para una Generación más Saludable está lanzando la campaña #Commit2Ten para pedirles a todos —no solo a los niños, sino a todos nosotros— que agreguemos 10 minutos adicionales de actividad física a nuestro día. Sal a caminar por la tarde con tus hijos, prueba un nuevo tipo de ejercicio en el gimnasio, camina con un colega para el almuerzo o estacionate un poco más lejos de lo que necesitarías. La actividad adicional puede parecer insignificante, pero las consecuencias son enormes.
Le debemos a la próxima generación dejar de poner excusas. Unámonos para ejercitarnos más y formar una generación más saludable.