Desde 2002 Bélgica autorizó la eutanasia para pacientes con sufrimiento físico o mental constante e insoportable, que no pudieran ser curados.

(CNN) – Una mujer belga de 24 años, sin ningún problema de salud física, ha decidido terminar con su vida a través de la eutanasia. ¿La razón? Sufre de depresión crónica que no ha podido superar a pesar de haber sido tratada en hospitales psiquiátricos durante años, informa el sitio web demorgen.be

“La vida, eso no es para mi”, le dijo la mujer a la periodista Simone Maas, que asistió al lanzamiento del libro “Libérame, eutanasia por razones sicológicas” de la doctora Leve Thienpont, uno de los médicos que autorizó el procedimiento a la mujer.

Laura (su nombre ha sido cambiado para proteger su identidad), que no tiene ninguna enfermedad física, será sometida a la inyección letal este verano.

La mujer dice que desde que tenía seis años tiene pensamientos suicidas. Un día estando en el colegio se vio rodeada de niños y supo que no podía vivir.

“Incluso en el jardín de infantes yo sabía que no quería esta vida. Entonces me senté allí, vi a los niños jugando, y yo pensé: ¿qué estoy haciendo aquí?”, dice Laura, que creció en una familia disfuncional, con un padre alcohólico y una madre ausente.

Luego de la secundaria, Laura vivió con su novia, quien se fue debido a sus fuertes cuadros de depresión. Recuerda a su pareja como “lo más hermoso que haya tenido que dejar ir”.

Pero a sus 24 años, esta joven belga dice que hay un monstruo en ella que sigue creciendo.

“Me siento tan impotente, y estoy tan cansada de toda la lucha. Ningún tratamiento captura el monstruo que crece detrás de mis costillas”, según consigna la publicación de Bélgica.

Laura cree que la eutanasia es una determinación “feroz” y cada vez que se pregunta si realmente quiere acabar con su vida por este medio, la respuesta sigue siendo sí.

“La muerte se me presenta no como una opción. Si tuviera que elegir, elegiría una vida soportable. Pero lo he hecho todo y no he tenido éxito”.

Laura se someterá a la eutanasia en el verano. Dice que sus seres queridos estuvieron sorprendidos en un principio, pero que finalmente entendieron que es la única manera en que puede terminar con su inagotable sufrimiento.

Ella planea su funeral y sepultura, aunque aún no sabe qué dirá en el momento en que le apliquen la inyección letal.

Bélgica, un país vanguardista

Desde 2002, Bélgica legalizó la eutanasia para los enfermos con “sufrimiento físico o mental constante e insoportable que no puede ser aliviado”.

En 2014, la Cámara baja del parlamento belga aprobó una iniciativa que extiende el derecho a la eutanasia a los menores de edad, convirtiéndose en uno de los países más vanguardistas en este procedimiento.

Entre 2002 y 2013, las cifras de eutanasia crecieron en un 500% en Bélgica.

El de Laura no es el primer caso de eutanasia por depresión en este país.

En febrero de 2012, una mujer belga con depresión profunda pidió que le aplicaran la inyección letal. Su familia no fue contactada en el momento de la muerte y los médicos le dijeron a su hijo, Tom Mortier, que ello obedeció a una decisión “completamente libre” por parte de ella.

En diciembre de 2012, los gemelos idénticos Marc and Eddy Verbessem, que nacieron sordos, se sometieron a la eutanasia luego de descubrir que quedarían ciegos.

Marc and Eddy Verbessem solicitaron la eutanasia porque quedarían ciegos y no podrían verse nunca más.

Los hombres alegaron que debían acabar con sus vidas por el temor que tenían de no poder volver a verse nunca más, algo que no podían soportar ya que habían estado juntos toda su vida adulta y no podían comunicarse con el mundo exterior, según publica el diario británico The Telegraph.

Ambos murieron con la inyección letal.