(CNN Español) – El papa Francisco se despidió el domingo por la noche de Paraguay luego de una reunión informal con jóvenes, en su último acto antes de finalizar una gira por Latinoamérica que también lo llevó por Ecuador y Bolivia.
El avión Airbus A330-202 de Alitalia que transporta a Francisco de regreso a Roma despegó a las 7:35 p.m. hora local. Se espera que tras más de 12 horas de viaje, llegue poco después de las 4:00 p.m. del lunes a Roma.
Francisco se despidió de Paraguay con un acto con jóvenes en la Costanera de Asunción, a quienes les pidió que “hagan lio” pero que también “ayuden a organizar y arreglar”.
Tras escuchar a dos jóvenes con problemas, el Papa recordó que alguien una vez le dijo en Roma que siguiera aconsejando a los jóvenes que hicieran alboroto, “pero después los líos que hacen los jóvenes los tenemos que arreglar nosotros”.
“Hagan lío, pero ayuden después a organizarlo bien”, dijo el pontífice, arrancando risas de los presentes.
En un mensaje distribuido entre los jóvenes, Francisco pidió “contagiar la amistad de Jesús por el mundo, donde estén, en el trabajo, en el estudio, en la previa (los exámenes), por Whatsapp, en Facebook o Twitter”.
Aunque después de dicho acto se reuniría con familiares de las víctimas del incendio del supermercado Ycuá Bolaños, donde murieron 400 personas en 2004, el papamóvil no se detuvo en el lugar por motivos de seguridad, luego de que las vallas de los voluntarios fueran superadas.
Esto generó enojo de familiares de las víctimas, según el diario ABC, ya que tuvieron que conformarse con la bendición de Francisco desde el papamóvil. Francisco tenía programado orar en el lugar del incendio.
Más temprano, Francisco se reunió con la presidenta Cristina Fernandez, quien le regaló un recorte de periódico en el que se leía un artículo titulado “Juan XXIII reza por Eva Perón”-
Al regalo de Fernández se unen otros que recibió durante la gira, como el crucifijo sobre una hoz y un martillo que recibió del presidente boliviano Evo Morales, o la camiseta de la selección de Paraguay que recibió del presidente Horacio Cartes.
Francisco también ofició una misa ante un millón de personas en Ñú Guasú, en las afueras de Asunción, a la que también asistieron miles de argentinos.
En ese lugar, Francisco pidió darles la mano a “los hambrientos, los enfermos, los presos, los leprosos y los discapacitados”.
También pidió acompañar a “al sediento, con el forastero, con el desnudo, con el enfermo, con el preso, con el leproso, con el paralítico”.
“Hospitalidad con el que no piensa como nosotros, con el que no tiene fe o la ha perdido por culpa de nosotros. Hospitalidad con el perseguido, con el desempleado. Hospitalidad con las culturas diferentes, de las cuales esta tierra es tan rica. Hospitalidad con el pecador, porque todos nosotros también lo somos”.