(CNNMoney)– Europa todavía estaba luchando para llegar a un acuerdo con Grecia y mantener al país en el euro, 14 horas después de iniciar una cumbre de emergencia.
A Grecia se le advirtió el domingo que no obtendría el rescate masivo que necesita con urgencia a menos que se comprometa a reformas económicas más profundas.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, dijo que estaba dispuesto a hacer concesiones. Sigue sin estar claro si eso será suficiente para conseguir el dinero, asegurar la pertenencia al euro de Grecia y permitir que sus bancos reabran tras dos semanas de corralito.
La canciller alemana, Angela Merkel, había advertido que las conversaciones del domingo serían “difíciles, y no habrá un acuerdo a cualquier precio”.
Y así resultó. Merkel, Tsipras y otros líderes hablaron toda la noche en Bruselas.
La madrugada de este lunes aún había dos principales puntos de fricción: el papel del Fondo Monetario Internacional en un rescate futuro, y el valor de los activos que Grecia debe depositar en un fondo de privatización, según un funcionario de la delegación de participar en las negociaciones.
“Después de 14 horas de reunión de la Eurozona, el resultado sigue siendo incierto”, tuiteó un portavoz del gobierno de Chipre.
Europa y el FMI estiman que Grecia necesita entre 82.000 y 86.000 millones de euros en los próximos tres años, según un documento elaborado por los funcionarios de finanzas. Ya han prestado Grecia unos 233.000 millones de euros desde 2010.
El documento dice que el gobierno griego tiene que ir mucho más allá de una propuesta de reforma que presentó la semana pasada, y hacer cambios mucho más profundos en el sistema de pensiones, energía, mercados laborales y de productos, y la ampliación de un programa de privatización.
Las conversaciones sobre la crisis siguieron a un ultimátum que Europa dio Tsipras la semana pasada: muéstrenos que usted es serio acerca de poner las finanzas griegas en orden, o estará fuera del euro.
Sin un acuerdo para iniciar conversaciones sobre un plan de rescate, la crisis en Grecia solo se profundizará, arrastrando al país hacia la salida del euro.
Los bancos griegos permanecen cerrados desde hace dos semanas, y los retiros de efectivo están limitados. La industria del turismo de vital importancia es el sufrimiento
Grecia necesita dinero para pagar las pensiones y los salarios de esta semana, y hacer un gran pago de la deuda al Banco Central Europeo la próxima semana. Sin una inyección rápida de fondos puede tener que emitir pagarés, un primer paso antes de imprimir su propia moneda.
El paquete de reformas que Grecia propuso la semana pasada incluyó recortes de gastos, aumentos de impuestos y planes para eliminar descuentos fiscales en algunas islas, entre muchas otras cosas. Grecia también propuso algunos cambios en el sistema de pensiones públicas, como el aumento de la edad de jubilación, y medidas para mejorar la recaudación de impuestos.
Esta propuesta fue muy similar al plan presentado por los acreedores del país a finales de junio, antes de que Tsipras saliera de las conversaciones, lo que provocó el colapso del último plan de rescate y forzó el cierre de los bancos.
Europa insiste en que esas primeras medidas se deben convertir en ley el 15 de julio, o las negociaciones formales sobre un plan de rescate no se iniciará.
Pero suponiendo que Grecia acepte una revisión más amplia de la economía, todavía hay otros posibles obstáculos que se colocan en el camino de un tercer rescate.
Tsipras entró en las negociaciones en busca de un compromiso por parte de los acreedores para reestructurar su deuda. Una cancelación de la deuda pura y simple ha sido descartada por Europa, aunque puede estar dispuesta a retrasar la fecha en que Grecia debe empezar a pagar sus préstamos de rescate, y extender sus vencimientos.
Y hay otro obstáculo potencial: el dictamen de algunos países que también usan el euro, entre ellos Alemania y Finlandia, es muy claro en contra de otro rescate. Los contribuyentes no quieren poner más dinero público en riesgo. Un nuevo plan de rescate tendría que ser ratificado por el Parlamento en Alemania, y de otros países.
Anna Stewart contribuyó a este reporte