(CNN Español) – Alcides Ghiggia era el último sobreviviente de la gesta del Maracanazo, esa fecha imborrable de la memoria deportiva de Uruguay cuando, contra todos los pronósticos, la selección de ese país derrotó a Brasil 2-1 en la final del mundial de 1950.
Ghiggia fe el autor del gol de la victoria, la anotación más importante de la historia del fútbol uruguayo y uno de los más increíbles de la historia del fútbol mundial.
El deportista falleció precisamente un 16 de julio: la misma fecha, y casi a la misma hora, en la que hace 65 años escapó por la punta derecha y remató contra el palo derecho del portero brasileño para convertirse en el héroe de todo un país, transformar a Uruguay en Campeón del Mundo por segunda vez y a él mismo en una de las leyendas vivas más importantes del balompié mundial.
El último adiós al último campeón del mundo uruguayo ocurrió en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo de Uruguay, con honores fúnebres y un cortejo que recorrió la ciudad, se detuvo en el Estadio Centenario y llegó al Cementerio del Buceo, al llamado “Panteón de los Olímpicos” de la Asociación Uruguaya de Fútbol.
En medio de aplausos, lágrimas y abrazos, llegaron a rendirle tributo familiares, amigos, hinchas y también futbolistas.
“La verdad que me emociona, porque parece increíble que ni en el mejor relato podría haber terminado así. La verdad que esto no hace más que agrandar su leyenda y marcar el camino para todos los uruguayos, no solo para los futbolistas”, dijo el actual capitán de la selección uruguaya, Diego Godín.
Los testimonios de distintos uruguayos recordaban una y otra vez la importancia de Ghiggia para el fútbol uruguayo:
“Estoy muy emocionado… Me duele mucho porque el fue el que nos dio la gloria en Maracaná, fue uno de los jugadores mas grandes que yo vi jugar”, dijo Almundo Techera, quien dijo haber jugado con Ghiggia en su juventud.
“Yo falté al trabajo porque tenía que estar acá, es el ultimo caudillo que nos queda”, agregó Carlos Barreiro.
“Creo que va a quedar en la historia para siempre. Por los siglos de los siglos, los uruguayos nos vamos a seguir emocionando por siempre con su gol, y así lo sienten todos los uruguayos”, culminó la ministra de Turismo y Deportes, Lilian Kechichián.
Y así como lo destacaron varios de quienes llegaron a despedirlo, el legado de Ghiggia y de los campeones del 50 excede a un simple triunfo deportivo. Su victoria demostró que lo imposible es posible, al ganar contra cualquier pronóstico y probabilidad, contra la poderosa selección de Brasil, que era local y ampliamente favorita.
Para Andrés Scotti, exseleccionado uruguayo, los futbolistas del Maracanazo “son los que nos marcaron la cancha (…) nos enseñaron que los imposibles no existen, no solo para nosotros como futbolistas, sino a la gente, a la sociedad”.
Algo que compartió el secretario de Deportes, Fernando Cáceres: “una gesta deportiva que tiene el valor que para muchos otros países puede tener una gesta militar y para nosotros desde esa gesta deportiva construye la identidad nacional”. “Aquel gol demuestra que es hora que nosotros mismos demostremos para siempre que aquellos que están señalados como perdedores pueden ser siempre victoriosos y pueden ser siempre vencedores”, concluyó el vicepresidente Raúl Sendic.