(CNN)– La policía turca disparó gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los manifestantes reunidos en Estambul la noche del lunes a raíz de uno de los ataques terroristas más mortíferos en el país en lo que va de año.
Varios cientos de manifestantes se habían reunido en la ciudad más grande de Turquía para mostrar su apoyo a los familiares de las al menos 31 víctimas y 100 heridos que dejó una explosión el lunes temprano en la ciudad fronteriza turca de Suruc.
La explosión tuvo lugar en el centro cultural Amara, en el que un grupo de personas se había reunido para pedir ayuda para la reconstrucción de la ciudad siria de Kobani, al otro lado de la frontera, lugar de múltiples enfrentamientos entre las fuerzas sirias y los militantes de ISIS.
Fotos y videos tomados en la escena muestran cuerpos esparcidos alrededor de un parque y la gente aturdida en el lugar de la explosión, mientras los equipos de emergencia se apresuraban a ayudar a las víctimas.
“Los niños estaban gritando, todo el mundo gritaba y corría”, dijo Erham Subasi, testigo de la explosión, a CNN. “Todo el mundo estaba en pánico, pero tratando de ayudar”, agregó.
“Rostros salieron volando, brazos dispersos… Se podía oler cuerpos quemados”.
Nadie se atribuyó de inmediato la responsabilidad del ataque, pero el primer ministro turco, Ahmet Davotoglu, sugirió en un pronunciamiento desde la capital del país que el ataque podría haber sido un acto de ISIS, de quien afirmó que “no solo es una amenaza para Siria, sino también para Turquía”.
Davotoglu también comparó el incidente con los ataques al semanario Charlie Hebdo en París y dijo que después del atentado “nadie culpó a nadie, sino que fueron solidarios, eso es lo que debemos hacer ahora”.
De acuerdo con los reportes del gobierno local a los medios turcos, se trató de un ataque suicida.
Un oficial turco que habló con CNN de manera anónima añadió que creen que “se trata de un ataque en represalia a la lucha del gobierno turco contra el terrorismo y hacemos un llamado a la coalición internacional para que refuerce los esfuerzos por solucionar la crisis en Siria”.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan condenó el ataque mortal. “Este ataque nos ha enviado hacia la tristeza. En mí nombre y en nombre de mi nación condeno a los responsables de esta atrocidad. El terror no tiene un país, raza o nacionalidad. Por eso hemos subrayado constantemente la necesidad que hay de hacer un esfuerzo global para combatirlo”.