(CNN) – Las escenas apocalípticas de las secuelas humeantes derivadas de las consecutivas explosiones en Tianjín han ilustrado una vez más los peligros de la industria china.
Se ha culpado a los procedimientos de seguridad poco estrictos y supervisión por las explosiones, las cuales han matado a más de 100 personas y ha enviado humos tóxicos hacia el aire, amenazando con incluso una mayor devastación.
El presidente, Xi Jinping, ha instado a las autoridades a aprender de las “extremadamente profundas” lecciones del accidente.
El Consejo de Estado está introduciendo una inspección a nivel nacional de todas las empresas que utilizan productos químicos y explosivos peligrosos. Mientras tanto, el Ministro de Seguridad Pública de China dice que los responsables de la catástrofe de Tianjín “serán castigados severamente”, según la agencia estatal de noticias Xinhua.
El problema es que China ha visto y oído todo esto antes y los accidentes siguen ocurriendo, aunque las cifras de la Oficina de Estadísticas indican que la tasa de accidentes mortales está disminuyendo.
Lo que las cifras muestran
En el 2014, 68.061 personas murieron en el trabajo en China, según la Oficina de Estadísticas.
Eso es 186 personas cada día en un país de 1.300 millones… y alrededor del 20% de la cifra de 350.000 “accidentes de trabajo” a nivel mundial, según lo medido por la Organización Internacional del Trabajo en el 2014.
Sin embargo, según las cifras chinas, al parecer el número de muertes está disminuyendo. Por ejemplo, según las estadísticas, los accidentes de trabajo en los sectores industriales, mineros y comerciales causaron la muerte de 1.328 por cada 100.000 trabajadores en el 2014, una reducción del 12,9% comparado con el año anterior.
La cifra sigue siendo demasiado alta para los residentes chinos, sobre todo cuando los accidentes incluyen en repetidas ocasiones la amenaza de contaminación tóxica.
Serie de accidentes
La explosión en Tianjín ocurre tras una letanía de accidentes de trabajo que han dejado decenas de muertos y ha dado lugar a acusaciones de que China ha negociado la seguridad por el crecimiento económico barato y rápido.
En abril, una explosión en una fábrica de paraxileno —o PX— en Zhangzhou causó pánico, ya que los locales temían que el suministro de agua de la ciudad fuera contaminado. Esa era la segunda explosión en el mismo lugar, en dos años.
La presencia de PX cerca de zonas residenciales ha dado lugar a protestas en otras partes de China. El PX, el cual se utiliza en la producción de botellas de plástico y ropa de poliéster, es altamente inflamable y conocido por dañar el sistema nervioso central al quedar expuesto al mismo.
En el 2013, más de 100 trabajadores murieron cuando un gran incendio arrasó una planta avícola en Dehui. Los sobrevivientes dijeron que las puertas estaban cerradas, evitando que muchos escaparan.
En ese momento, la agencia estatal de noticias, Xinhua, señaló: “La complicada estructura interior de la casa prefabricada en la que se produjo el incendio y las estrechas salidas… complicaron aún más las labores de rescate”.
¿Qué había en la fábrica de Tianjín?
La falta de supervisión es evidente cuando se preguntó en relación a lo que se tiene almacenado en la bodega de Tianjín. Las autoridades chinas dicen que no están seguras, ya que los gerentes de las instalaciones proporcionaron “información insuficiente”.
Las inspecciones militares que se llevaron a cabo en el lugar de la explosión el domingo revelaron “varios cientos de toneladas de material de cianuro” en dos lugares, dijo el mayor general, Shi Luze. Las autoridades están revisando los registros de aduanas para encontrar más pistas sobre qué exactamente estaba almacenado allí.
El “material de cianuro” era cianuro de sodio, una sustancia altamente tóxica utilizada para extraer los metales preciosos en la industria minera, entre otros usos.
“El Cianuro de sodio es un producto químico muy tóxico. Se necesitarían alrededor de un cuarto de cucharadita para matarte. Otro problema con el cianuro de sodio es que puede convertirse en ácido prúsico, el cual es incluso más mortal. Así que, toda la industria está tratando de limpiar este desastre; es difícil”, según el consultor de riesgo químico, David Leggett, le dijo a CNN.
El grupo ecologista Greenpeace dijo que creía que otros productos químicos peligrosos almacenados en el sitio incluyen diisocianato de tolueno y carburo de calcio, citando a una estación de monitoreo local.
Leggett dijo que le parece “difícil de creer” que hubiera solo un puñado de diferentes tipos de sustancias químicas en el almacén de Tianjín: “Yo hubiera esperado mucho más que eso”, dijo.
Furiosos residentes exigen respuestas
Las interrogantes que persisten en relación a con qué exactamente están lidiando las autoridades chinas hacen que sea más difícil contar con respuestas, añade Leggett. ¿Hasta dónde debe extenderse la zona de exclusión? ¿Qué riesgo hay para el suministro de agua? ¿Podría la propia limpieza en sí hacer que la contaminación se extienda?
Los reglamentos establecidos por la Administración Estatal de Seguridad Laboral estipulan que las instalaciones con más de 550 metros cuadrados que manejen y almacenen sustancias químicas peligrosas deben estar a por lo menos un kilómetro de distancia de los edificios e instalaciones públicas.
Al parecer eso no fue así en Tianjín.
Los locales ahora se preguntan por qué —luego de una serie de explosiones letales— el gobierno chino no ha tomado más medidas para protegerlos, cuando se conoce muy bien el horror de los desastres anteriores.