CNNE 202074 - elnino

Nota del editor: Ancha Srinivasan es el principal especialista en cambio climático del Banco Asiático de Desarrollo. Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) — Este año hemos visto una serie de fenómenos climáticos inusuales en toda Asia: ondas de calor letales en India y Pakistán; una sequía generalizada en Camboya, Indonesia y Vietnam, y posibles racionamientos de agua en Tailandia.

Los climatólogos confirmaron que es probable que todos sean resultado del principio del periodo de El Niño, un fenómeno climático cíclico que se caracteriza por el calentamiento de los océanos. 2015 ya es el año más caluroso que se haya registrado.

Aunque El Niño tiene efectos mundiales y generalizados, afecta más a los países asiáticos. Hay sequías más frecuentes, lo que provoca inseguridad energética, alimentaria e hídrica.

Como se espera que El Niño se mantenga activo hasta bien entrado 2016, los países asiáticos tienen que tomar medidas para mitigar sus consecuencias, particularmente para los pobres.

La sequía afecta el abasto de agua

Uno de los efectos más graves de El Niño es la escasez de agua. El 30% de la energía eléctrica de Vietnam y el 70% de la de Myanmar se generan con agua, mientras que el 100% de la electricidad de Nepal se genera en plantas hidroeléctricas. Sin embargo, la producción de energía declina si el nivel del agua baja cuando hay sequía, por lo que los países que dependen de la generación en plantas hidroeléctricas se vuelven vulnerables a los cortes del suministro porque las plantas deben dejar de operar, como ocurrió en Tailandia, Vietnam y Filipinas en semanas recientes. Menos energía hidroeléctrica significa que los países compran más combustibles fósiles, lo que aumenta los costos de las importaciones, la inflación y la contaminación.

Es más, las sequías y el aumento de las temperaturas tienen grandes consecuencias en la producción de alimentos.

Un aumento de un solo grado centígrado en la temperatura reduce el rendimiento de las cosechas de arroz en un 10%. De igual forma, el retraso de la llegada de los monzones puede perturbar las cosechas, lo cual ya ha ocurrido en el subcontinente indio y Filipinas.

La importante zona productora de arroz de Tailandia ya ha sufrido los estragos de una de las peores sequías de las que se tiene memoria, lo que ha sumido a los agricultores pobres en más deudas. Los pronósticos económicos del país se han reducido y, en consecuencia, podría pasar lo mismo en Indonesia y Filipinas.

¿En dónde están los peces?

Por otro lado, El Niño puede tener consecuencias graves en la pesca. Conforme las temperaturas de los océanos suben, los peces viajan a zonas más profundas o migran, lo que despoja a las comunidades pesqueras de su sustento. Los países vulnerables del Pacífico, como Kiribati y las Islas Marshall, en los que la pesca representa hasta el 55% de su Producto Interno Bruto (PIB), sufrirán las peores consecuencias. Camboya, Myanmar y Vietnam también sufrirán ya que la pesca representa entre el 8 y el 10% de su PIB y es una fuente importante de empleo.

Además del efecto en la producción de alimentos, la escasez de alimentos también se traduce en el aumento de la inflación ya que los gobiernos importan más alimentos y la gente empieza a acapararlos. Aunque la inflación perjudica a todos, tiene un efecto particularmente dañino en los pobres.

Durante El Niño más reciente, en 2010, los precios de los alimentos básicos como el arroz subieron hasta en un 45%. El impacto de El Niño en las balanzas de pagos de los gobiernos afecta la diversidad de opciones políticas para resolver estos problemas. Si crecen los precios de las importaciones de energía y alimentos, los gobiernos podrían verse en la necesidad de reducir los programas sociales para equilibrar la balanza.

Hemos visto que en los casos más extremos, esto puede provocar inestabilidad social y política. Los investigadores de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, descubrieron que el riesgo de conflictos civiles se duplica en años de El Niño.

¿Qué se puede hacer?

En vista de que El Niño tiene un efecto particularmente grave en los pobres, uno de los primeros pasos que la región tiene que dar es mejorar la administración de sus reservas de alimentos. Una de las iniciativas que los gobiernos deberían tomar en cuenta es reactivar los sistemas regionales de reservas alimentarias.

Los sistemas de reservas alimentarias se propusieron en el sureste asiático tras la crisis de seguridad alimentaria más reciente, a finales de la década de 1990, pero los países perdieron el interés cuando pasó la crisis. Los países de la región deberían reconsiderar este y otros métodos que mejoran los flujos de información y reducen el acaparamiento.

Es esencial mejorar la conservación del agua y su manejo para reducir los efectos de El Niño. Los gobiernos deberían proteger y gestionar mejor las cuencas hídricas y exhortar a los agricultores a que siembren variedades de cultivos más resistentes a las sequías y que dejen de recurrir a los cultivos que exigen más agua.

La vulnerabilidad de las redes eléctricas de Asia también indica que es necesario diversificar aún más las fuentes de energía y aumentar la colaboración entre los países. Debería fomentarse la negociación de tratados regionales de intercambio de energía. India y Bután tienen un acuerdo de intercambio de energía transfronterizo que funciona bien. Este podría ser un ejemplo para otros países de la región.

Queda claro que El Niño no es un fenómeno climático ordinario. Demuestra que el clima, la economía y la vulnerabilidad de la Tierra están interconectados. Ignorarlo no es opción para los países asiáticos. El ciclo de El Niño de 1997-1998, uno de los más intensos de los que se tiene registro, causó un incremento del 15% en las tasas de pobreza de algunos países y costó a los gobiernos de la región hasta 45.000 millones de dólares.

Actualmente hay más de 500 millones de personas viviendo en zonas con problemas graves de agua y la economía regional es tres veces mayor, por lo que El Niño actual podría costarles a Asia y a la región del Pacífico mucho más que eso. Este es el momento de coordinar, prepararse y actuar.