El Cine Impala en Namibe –un teatro para 600 personas diseñado por los arquitectos Botelho Pereira en 1972– lleva el nombre del antílope africano, el cual es un símbolo de la ciudad.

Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente por The Spaces, una publicación digital que explora nuevas maneras de vivir y trabajar

(CNN) – Angola no es exactamente el Hollywood de África –ese honor le pertenece a Nigeria– pero el país es un sorprendente semillero de tesoros cinematográficos del siglo XX. En 1970 ya habían 50 salas de cine para una población de tan solo 5,9 millones de personas.

Desde las tardías estructuras modernistas coloniales de la década de 1930, hasta los cines al aire libre que surgieron en las décadas de 1950, 1960 y 1970, estas estructuras sirvieron como algo más que solo lugares para ver las películas más recientes… eran puntos de encuentro vibrantes para las comunidades locales.

Muchas ahora se han deteriorado, pero los cines esparcidos a través de Angola todavía ofrecen un comentario sobre el pasado de la nación africana. Algunos incluso están siendo restaurados como parte de un proyecto en desarrollo del Instituto Goethe para celebrar y preservar el patrimonio cultural de Angola, a medida que el país continúa reconstruyendo su identidad después de la guerra civil.

El actor y director Miguel Hurst –el exdirector del Instituto Angoleño de Cine, Audiovisual y Multimedia– inició el proyecto de nuevo en el 2011. Ahora ha lanzado un libro titulado Angola Cinemas, en colaboración con el fotógrafo Walter Fernandes.

Lea más acerca de lo que avivó la aventura cinematográfica de Walter Fernandes en The Spaces.

‘Angola Cinemas’ ya está a la venta, publicado conjuntamente por Steidl y el Instituto Goethe de Angola.