Leila Alaoui es una fotógrafa franco-marroquí que hace eco con sus llamativos retratos.

(CNN)– La fotografía ha sido tradicionalmente una forma de arte un tanto polémica en Marruecos. El país brilla en diseño, arquitectura y moda. Las fotografías, sin embargo, al parecer incomodan a muchos marroquíes.

“No hay manera de que solo tome una cámara y fotografié en la calle en Marruecos. La gente se pone agresiva”, dice Leila Alaoui, una fotógrafa franco-marroquí que hace eco con sus llamativos retratos. Las razones, señala, son múltiples, y van desde la superstición hasta sentimientos de ser explotados.

“Existe una asociación con la brujería y hay esta especie de miedo de que si alguien toma tu foto, después puede usarla para hechizarte”, admite.

“La segunda razón es que creo que la gente se está cansando de los turistas europeos que llegan y toman fotos del exótico Marruecos. Las personas sienten que están siendo un poco usadas”.

Como resultado, Alaoui dice que le toma tiempo conseguir que los lugareños posen para ella.

“Se necesita mucho tiempo para convencer a la gente. Como fotógrafa es realmente difícil retratar en Marruecos.”

Poco a poco, el país está empezando a abrirse, en particular en el ámbito de las artes. El año pasado, se lanzó en el país el primer museo de arte moderno y contemporáneo -El Museo Mohammed VI- en la ciudad capital de Rabat.

Davis Knaus, el director gerente del Museo de Marrakech de Fotografía y Artes Visuales -inaugurado en 2013- señala que las generaciones más jóvenes están mostrando un mayor interés en las artes.

“La nueva generación, quiere ser dueña de su cultura. No creo que alguna vez se le haya dado a Marruecos y a muchas partes de África el valor para ser dueño de su cultura contemporánea. Todo eso ha cambiado ahora y estos niños quieren tenerla”, añade.