Nota del editor: Raúl A. Reyes es un abogado y miembro del comité editorial de USA Today. Síguelo en Twitter @RaulAReyes. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente las del autor.
(CNN)– Relájate, es FedEx. Ese es un eslogan asociado con una de las mayores empresas de transporte express del mundo. También es la última propuesta política presentada por el candidato presidencial del Partido Republicano para el 2016, Chris Christie.
“Tú ingresas a internet y, en cualquier momento, FedEx te puede decir en dónde está ese paquete”, dijo el gobernador de New Jersey el sábado. “Sin embargo, permitimos que las personas vengan a este país con visas, y en el minuto en que entran, les perdemos el rastro”.
Christie dijo que quiere que el fundador de FedEx, Fred Smith, venga a trabajar al gobierno para enseñarle al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) cómo configurar un sistema para el seguimiento de las personas.
La idea de Christie sería ridícula si él no hablara en serio.
La idea de seguirle la pista a las personas como si fueran paquetes sería tanto imposible como inhumana. Además, no haría nada para resolver el problema de qué hacer con la mayoría de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que ya están aquí.
Lo que es triste aquí es que Christie parece haber sucumbido al efecto Trump: decir algo, sin importar lo poco práctico que pueda ser, solo para conseguir la máxima atención de los medios. Hemos visto a Jeb Bush ir por este camino (hacia un efecto desastroso) con su uso del término ofensivo “bebés ancla”, y Scott Walker que dio un paso en falso similar, con su inusual afirmación de que necesitamos un muro en la frontera con Canadá.
El punto de partida para la extraña propuesta de Christie parece ser el hecho de que aproximadamente el 40% de los inmigrantes indocumentados no se escabullen por la frontera. Ellos entran en el país de manera legal y luego simplemente permanecen durante más tiempo que lo que la visa les permite quedarse. Aunque no ofreció detalles, la implementación de la idea de Christie presumiblemente implicaría algún tipo de dispositivo mediante el cual el gobierno podría controlar los movimientos de todos los que entran legalmente con visas. Las posibles soluciones podrían incluir pulseras de tobillo ¿o tal vez una etiqueta de parecida a la de FedEx?
Imagínense la respuesta de los gobiernos extranjeros si les contamos que los visitantes que entran a este país serán etiquetados o equipados con un dispositivo electrónico.
Esto no solo generaría una indignación a nivel internacional, sino que nuestra industria turística sería la que se vería afectada. Y no habría mucho que hacer para evitar que, como represalia, los países extranjeros nos abofetearan con restricciones contra los estadounidenses en el extranjero. Monitorear el paradero exacto de los visitantes sería una violación del debido proceso y derecho a la privacidad de millones de personas.
Seguir la trayectoria de personas que no han cometido ningún delito sería una violación de las libertades civiles y los derechos humanos. También podría ser inconstitucional; en marzo, el Tribunal Supremo ordenó una revisión de la política de Carolina del Norte en cuanto a hacer que los agresores sexuales usaran un dispositivo de monitoreo con un GPS.
La última vez que el gobierno de Estados Unidos señaló a un gran grupo de personas fue durante la Segunda Guerra Mundial, cuando aproximadamente 120.000 japoneses y japoneses-estadounidenses fueron rodeados y enviados a campos de internamiento… un episodio que sigue siendo uno de los más vergonzosos de nuestra historia.
En Fox News Sunday, Christie dijo: “no quiero decir que las personas sean paquetes, así que no seamos ridículos”. Pero continuó proponiendo la tecnología “de la gente de FedEx” para encontrar una manera de monitorear a las personas. Si él está sugiriendo que usemos métodos más sofisticados que las placas, etiquetas o pulseras de tobillo, entonces su idea llega a ser verdaderamente orwelliana.
Además, FedEx –aun cuando establece un alto nivel respecto a la exactitud y puntualidad– no es barato. Christie no mencionó algún medio de pago para la nueva tecnología de seguimiento que tiene en mente. Tampoco ofreció una solución para tratar con el 60% restante de la población indocumentada.
Su “plan de FedEx” es especialmente preocupante viniendo de un gobernador de un estado diverso que, en algunas ocasiones, ha apoyado un camino hacia la ciudadanía para los indocumentados. Christie, una vez tuvo la previsión de firmar una ley que permite la matrícula estatal para los estudiantes indocumentados en Nueva Jersey. Ahora él está duplicando ese insensible extracto y alejándose de discusiones matizadas de la política de inmigración.
FedEx no va a arreglar nuestro sistema de inmigración. El plan de rastreo de Christie es una retórica alarmante, no una propuesta de política legítima.