Estas imágenes fueron tomadas desde el buró de CNN en Beijing: la de arriba muestra el cielo en los días previos al desfile; la de abajo fue tomada este viernes.

(CNN)– Bueno, fue rápido.

Menos de 24 horas después del final del masivo desfile militar en China, Beijing regresa a su smog habitual.

Los residentes se despertaron este viernes para encontrarse que los azules cielos que adornaron la ciudad por casi dos semanas desaparecieron repentinamente y en su lugar quedaron las familiares nubes de contaminación.

A partir de finales de agosto, Beijing disfrutó de una cadena de días con cielos extrañamente claros. Ello se debió a las drásticas medidas adoptadas por las autoridades, que querían un telón de fondo azul para el desfile más grande que hayan celebrado: la conmemoración de los 70 años del final de la Segunda Guerra Mundial.

Cientos de fábricas cerraron durante este tiempo, mientras que se prohibió circular a la mitad de los cinco millones de automóviles registrados en .

Funcionó. En la mañana del desfile, el índice de calidad del aire -un estándar internacional para medir la gravedad de la contaminación del aire- cayó a un índice de 17 de 500, lo que significa un aire muy sano.

Pero ahora los coches están de vuelta y la ciudad es de nuevo la “gris Beijing”.

El índice se disparó este viernes a 160 puntos, calificado como “poco saludable”.

Beijing se ha vuelto famosa por un problema de contaminación cuya gravedad se incrementa junto con el crecimiento económico de China. Los cielos de la capital están completamente cubiertos por una sucia película de smog gris.

Como resultado, los cielos azules son tan preciosos –y tan extraños- que siempre que Beijing goza de un hermoso día, los residentes toman sus cámaras y con entusiasmo publican fotos del cielo en los medios de comunicación social.