(CNN) – Son tan solo 15 segundos de música que presentan una delicada sintonía de banjo y guitarra coronada con una melosa canción en el dialecto bassa. Sin embargo, son 15 segundos que cambiaron todo para Blick Bassy, el músico camerunés cuya canción “Kiki” fue elegida para la campaña de publicidad del iPhone 6 de Apple que se transmitió a escala mundial en junio.
Bassy ha estado haciendo música durante 20 años, pero el éxito –de su tercer álbum: “Ako”, que fue lanzado anteriormente en este año– lo ha propulsado en la escena internacional de la música… él dará un concierto en Londres este fin de semana, una gira en Estados Unidos está en proyecto, mientras que el álbum ha sido lanzado por la radio francesa.
“Por supuesto que estaba feliz (por el acuerdo con Apple), pero realmente no se trata del dinero”, dice Bassy. “Un amigo mío que vive en Estados Unidos me llamó y me dijo: ‘Estaba viendo la NBA y durante los anuncios ¡escuché tu canción en bassa! Le dije a mi esposa: ¡no lo vas a creer, estoy escuchando el dialecto bassa en la televisión en Estados Unidos!”
Descubrimiento casual
Toda una sorpresa para un disco que nunca se tuvo pensado lanzar. En marzo del 2014, Bassy estaba en un estudio grabando pistas en homenaje a la leyenda del blues estadounidense Skip James, cuando el dueño del sello francés ‘No Format’ escuchó la extraña mezcla de su banda con chelo, trombón y falsete suave y lo contrató de inmediato. Él envió el álbum a una agencia de publicidad que trabaja con las marcas proveyéndoles música, y el resto, como dicen, es historia.
“Creo que con Ako, voy a ser más famoso en Francia que con los otros dos álbumes”, dice Bassy, refiriéndose a los discos: “Leman” del 2009 y a “Hongo Calling” del 2011. “Es bueno para Apple también”, continúa, “¡porque estas marcas necesitan música para vender sus productos!”
Inicio temprano
El reciente ascenso a la fama marca un largo viaje para Bassy, de 40 años de edad, quien dice que comenzó a cantar cuando tenía tan solo tres años. Como uno de los 21 hijos de un jefe de policía, Bassy creció en un pueblo llamado Mintaba en el centro de Camerún. Su padre construyó una iglesia donde su madre enseñaba a tocar kora, mientras que Bassy y sus hermanos cantaban.
“Todos los niños tenían que cantar todos los domingos para atraer a la gente de las aldeas vecinas”, recuerda. “Cada día nos levantábamos a las 5 de la mañana para orar y para ensayar las canciones. ¡No teníamos otra opción!”
Este temprano rigor musical ayudó a Bassy a perfeccionar sus versátiles talentos musicales… además de cantar, también toca banjo, guitarra, percusión y bajo. Pero buscar su estrella no fue sencillo.
“Mi padre quería que fuera a Francia, Estados Unidos o Japón para estudiar”, explica. “Le dije que no iría a ninguna parte, me quedaría en Camerún y haría mi música con mis amigos. Dijo que yo tenía al diablo adentro y llamó a un sacerdote para sacarlo”, se ríe. “Yo era el único chico que no quería ir a Europa… pensó que estaba loco”.
Un momento crucial
Decidido, Bassy dejó “todo” y formó una banda llamada Macase, que recorrió Camerún y se hizo famosa. En el 2001, ganó el premio Prix Elysse Musique du Monde de la estación de radio francesa RFI. Sin embargo, después de 10 años actuando en su hogar, Europa comenzó a llamarlo.
“Para los otros miembros de la banda era difícil salir de un país donde ya éramos famosos y empezar de nuevo, de cero. Yo buscaba una carrera ambiciosa en la música, así que decidí seguir adelante”, dice. “El Internet no era lo que es ahora, y en realidad no teníamos compañías profesionales de música en Camerún”.
Al reubicarse en París, Bassy comenzó a tocar en pequeños clubes… lo que eventualmente lo condujo al contrato que generó sus primeros dos álbumes. Ahora vive en una pueblo rural en el norte de Francia, donde disfruta de una vida más tranquila, más cerca de su Camerún natal. Pero su traslado a Europa también marcó un momento crucial en su identidad.
“Cuando me mudé a París, entendí de dónde venía. Antes de eso, ¡yo no estaba consciente de lo camerunés que era! Me di cuenta que nuestra tradición y nuestros idiomas me hacen completamente diferente. En ese momento, decidí tratar de usar mi música para explicarle a la gente acerca de mi continente y de sus problemas”.
‘Embajador del bassa’
La última producción de Bassy, ”Ako”, habla del hogar y la separación… pero lo más importante para él es el idioma en el que está cantando en disco. Dice que es un apasionado “embajador del bassa”.
“No somos como Senegal, donde todos hablan wólof, o el bambara en Malí”, explica. “En Camerún tenemos 260 idiomas diferentes y en unos cuantos años la mayoría de ellos habrá desaparecido. El idioma todavía es el vínculo entre nosotros y nuestro patrimonio… si yo no hablo bassa, mi abuelo no puede enseñarme lo que sabe”.
“El hecho de que Apple eligiera una canción en bassa ayudará a los artistas jóvenes de África a aceptar lo que son y quiénes son. También podría ayudar a que las personas en Camerún comiencen a enseñar más de esos idiomas”.
Sin embargo, este no es el único tema acerca del cual Bassy está hablando. En el 2014, él escribió un libro para niños sobre temas ambientales en África: Kwem Kwem, el cual se convirtió en un musical con el que él ha hecho giras alrededor de Francia. Ahora está escribiendo una novela sobre la inmigración… un tema que le resulta familiar después de su propia y terrible experiencia de las visitas obligadas a Camerún cada tres meses a la espera de su residencia francesa. En un momento dado se quedó atascado allí, dejando abandonados sus conciertos en París.
“Todos esos chicos han muerto en el mar tan solo porque querían venir al paraíso europeo”, dice. “Un ser humano nacido en algún lugar de este mundo no tiene las mismas oportunidades que otro nacido en París, Inglaterra o Estados Unidos. No tenemos las mismas posibilidades al principio”.
Él tiene razón. Esta nueva estrella de la música africana cuenta con una plataforma y tiene la intención de aprovecharla.