Burj Al Arab - El edificio más icónico de Dubái sigue siendo la última palabra en estadías de lujo. Es posible acumular cargos de hasta 50.000 dólares durante una estadía de una noche, aunque también hay opciones más económicas disponibles.

(CNN)– En cuanto a lo más grande, lo más alto, lo más rápido y lo más costoso, esta ciudad de los Emiratos sigue siendo incomparable en el mundo del lujo donde el dinero no es problema.

La opulencia está en todas partes.

Un McLaren F1 se encuentra de manera informal detrás de un Ferrari F150 en el semáforo, ciertos hoteles le ofrecen a sus huéspedes un iPad de oro de 24 quilates que pueden usar durante su estadía, mientras el laminado de oro y el mármol a menudo parecen ser los únicos materiales con los que los diseñadores pueden trabajar.

Los superlativos se hacen más evidentes en la extraordinaria escala de los nuevos desarrollos a lo largo de la ciudad en el desierto.

La construcción ya está en marcha para proyectos como el “Mall of the World”.

El centro comercial más grande del mundo con 8 millones de pies cuadrados romperá el récord actual del centro comercial más grande, el Dubai Mall, a solo unos cuantos kilómetros por la calle.

Un parque temático y 20.000 habitaciones de hotel también se están desarrollando bajo el techo retráctil del proyecto para los meses de verano, lo que ha creado la primera “ciudad de temperatura controlada” del mundo en el proceso.

Con un crecimiento de este tipo, también se presentan objetivos ambiciosos de alto riesgo: duplicar la cantidad anual de visitantes internacionales a 20 millones a tiempo para la World Expo que se llevará a cabo en la ciudad en 2020.

También existe un movimiento tranquilo pero decidido para cambiar la posición de parte de la ciudad en el proceso, con base en una visión donde la inmersión cultural juega un papel tan importante como romper récords.

El tiempo dirá cómo los visitantes abrazan este nuevo enfoque.

Por ahora, estas son algunas de las experiencias que recuerdan por qué Dubái se ha convertido en sinónimo de un fastuoso exceso:

1. Una habitación en el último piso

El Burj Al Arab es el edificio que puso a Dubái en el mapa global como es debido.

El hotel de ultralujo sigue siendo el ícono no oficial de la ciudad. Es más alto que la torre Eiffel y fue diseñado para tener la forma de la vela de un dhow árabe, los niveles de servicio y la ostentación en el Burj aún siguen siendo duraderos en su dieciseisavo año.

Con un precio de 24.000 dólares la noche en la temporada alta, el Royal Suite abarca todo el piso no. 25 y tiene un elevador privado, un cine y una cama con doseles que tiene un espejo sobre ella… para que la habitación de la apariencia de ser más espaciosa, naturalmente.

Trasladarse desde y hacia el Burj Al Arab por carretera no resulta tan incómodo en un vehículo que es parte de la flota de Rolls-Royce Phantoms.

Para evitar el molesto tráfico es posible hacer un traslado en helicóptero al helipuerto del edificio; son 2.700 dólares por un viaje de 15 minutos desde el aeropuerto antes de que te bajen a 212 metros sobre el nivel del mar.

Añádele una botella de Chateau Lafite Rothschild 1er Grand Cru Classe de 1982 por 24.000 dólares del extraordinario restaurante Al-Mahara, rodeado por un acuario, y fácilmente pagarás 50.000 dólares por noche.

No necesitas movilizarte en un Rolls-Royce conducido por un chofer. Hay helicópteros disponibles.

2. Vistas del cielo

El horizonte de Dubái aparentemente cambia cada semana.

La escala de algunos enormes desarrollos en terreno reclamado —en particular el Palm and the World— solo puede ser apreciada verdaderamente con una vista panorámica.

Seawings transporta a los pasajeros en un hidroavión desde Dubai Creek y por toda la ciudad, lo cual les permite apreciar los edificios más icónicos de la ciudad, y vistas como el Burj Al Khalifa, el edificio más alto del mundo.

Otras opciones para realizar los vuelos incluyen una visita a Ferrari World en Abu Dhabi, donde la montaña rusa más rápida del mundo espera a quienes acertadamente evitaron comer algo pesado en el almuerzo.

Un avión privado cuesta 3.000 dólares, algo mínimo para tratarse del tour por la ciudad definitivo.

3. La máxima oportunidad para hacer compras VIP

Venir a Dubái sin ir de compras francamente es un rotundo no.

Todo lo que se desee está disponible, desde cualquier marca de lujo imaginable hasta regatear en los zocos de oro y especias del pueblo viejo.

El Dubai Mall tiene carretas para que los huéspedes VIP negocien en sus 1.200 tiendas y 5,4 millones de pies cuadrados de ventas al por menor.

Al haber recibido 80 millones de visitantes el año pasado, este se lleva el primer lugar como el destino para compras y esparcimiento más visitado del mundo.

También tiene un acuario; el más grande del mundo, naturalmente, el cual cuenta con el cocodrilo más grande del mundo.

Por solo 800 dólares obtienes tres horas VIP con uno de los compradores personales del Dubai Mall, pero para realmente darle al gerente del banco donde más le duele, es necesario hacer una visita a uno de sus 62 especialistas en joyas y relojes.

Puede ser agotador caminar por el centro comercial más grande del mundo. Por suerte el lugar ofrece carritos VIP.

4. Gastronomía súper costosa

Dubái también es un destino gastronómico global con pocos rivales; su ámbito de restaurantes ahí se compara con los mejores del mundo.

Ahí abundan los chefs famosos y los restaurantes se superan a sí mismos con superlativos.

La ciudad ha ofrecido cuestionables opciones por primera vez en la gastronomía, entre ellas el cupcake de 1.000 dólares y el sundae de helado de 800 dólares.

Para la cena más alta del mundo, At.mosphere en el Burj Khalifa —el edificio más alto del mundo— sirve todo un menú a la carta a 410 metros sobre la ciudad, ya sea para la hora del almuerzo o la cena.

Treinta gramos de caviar Oscietre cuestan solo 210 dólares, pero obviamente tiene que ir acompañado por una botella de Domaine de la Romanee-Conti, La Tache Grand Cru, Cote de Nuit, 2000 a un precio de 18.000 dólares.

5. Un parque temático propio

Para refrescarse en la ciudad del desierto no hay mejor opción que Aquaventure, el enorme parque acuático de la ciudad en el Atlantis, de nombre acertado.

Abarca 17 hectáreas y ha sido diseñado para que nunca tengas que salir del agua mientras conquistas las atracciones como el “Leap of Faith” de 27 metros, una caída casi vertical que te lanza a una laguna llena de tiburones.

Sin embargo, lo mejor de todo es que los visitantes acaudalados pueden saltarse las filas por completo y pueden hacer alardes con otros al alquilar todo el lugar para disfrutarlo durante una tarde.

El precio es de 40.000 dólares por dos horas.

Quienes prefieran el agua congelada pueden alquilar Ski Dubai por 135.000 dólares al día, lo que significa que ningún latoso aprendiz los molestará en las pendientes.

Aquaventure Waterpark: no necesitas esperar en la fila

6. Un apartamento de 49 millones de dólares

Si realmente vas a tirar la casa por la ventana, tiene sentido que termines tu estadía al hacer un pago inicial por el apartamento más caro de la ciudad, el cual salió al mercado recientemente por 49 millones de dólares.

No podrás mudarte ahí sino hasta 2017, pero cuando lo hagas, el penthouse ofrece ocho habitaciones en 42.477 pies cuadrados (3.946 metros cuadrados), una piscina infinita y un spa, al igual que un garaje con espacio para tus 12 autos favoritos.

Si quieres tomar algo de aire, entonces los 16.641 pies cuadrados (1.545 metros cuadrados) de balcón te deberían satisfacer.

Ubicado en One at Palm Jumeirah, los increíbles diseñadores japoneses Super Potato se encargarán del interior, para que por lo único que tengas que preocuparte sea por los pagos mensuales de la hipoteca.

O, si te quedarás aquí, probablemente no.

Chris Dwyer es un consultor de comunicaciones que reside en Hong Kong, y es escritor sombre gastronomía y viajes. Puedes encontrar sus reseñas de restaurantes, entrevistas con chefs y más en finefooddude.com