(CNN) – Dos soldados estadounidenses usaron la fuerza física para hacerle entender su mensaje al comandante de la policía afgana que había estado abusando sexualmente de un niño.
“Lo levanté y lo tiré al suelo múltiples veces y Charles hizo lo mismo”, según Dan Quinn, quien era capitán del ejército estadounidense en ese entonces, le dijo a CNN. “Básicamente tuvimos que asegurarnos de que entendiera por completo que si alguna vez se volvía a acercar a ese niño o a su madre, tendría mucho que pagar”.
Las acciones de Quinn y del otro soldado, el sargento de primera clase, Charles Martland, contra el comandante de la policía respaldado por los estadounidenses, desagradó a sus superiores del ejército estadounidense.
Quinn dice que él y Martland fueron relevados de sus funciones poco después. Desde entonces, Quinn ha dejado a los militares y Martland ahora está siendo separado involuntariamente del ejército.
Ellos han enfrentado directamente un asunto controvertido para las fuerzas estadounidenses en Afganistán: la subcultura del “bacha bazi”, o juego de niños, en el cual los jóvenes afganos son usados como esclavos sexuales por hombres adultos.
Para los miembros estadounidenses del servicio en Afganistán, el abuso de niños es exasperantemente difícil de detener, sobre todo cuando lo llevan a cabo los comandantes afganos que están aliados con las fuerzas lideradas por los estadounidenses.
No se puede intervenir
“La razón por la que no podíamos intervenir con estos casos de violación locales era que no queríamos socavar la autoridad del gobierno local”, dijo Quinn. “Estábamos tratando de construir el gobierno local. Si actuábamos contra el gobierno local podríamos minar su credibilidad”.
El New York Times informó esta semana que los soldados estadounidenses y miembros del Cuerpo de Marines en Afganistán han recibido instrucciones de no intervenir en el abuso de niños afganos por parte de aliados de Estados Unidos, incluso en algunos casos en los que eso ha tenido lugar en las bases militares.
El Pentágono niega que decirles a los soldados que pasen eso por alto sea una práctica oficial.
“Nunca hemos implementado una política que le ordene a algún miembro militar, o a cualquier miembro del personal del gobierno extranjero, que ignore los abusos de derechos humanos”, dijo el portavoz, el capitán Jeff Davis. “Cualquier abuso sexual, no importa quién sea el presunto autor y no importa quién sea la víctima, es completamente inaceptable y condenable”.
El abuso de niños por parte de poderosos hombres afganos ha sido reportado por CNN y otras organizaciones de noticias internacionales en el pasado.
“Yo tenía un niño, porque todos los comandantes tenían uno”, según Mestary, excomandante de la Alianza del Norte que luchó contra los talibanes, dijo en un documental de PBS, “The Dancing Boys of Afghanistan” (Los niños danzantes de Afganistán), en el 2010. “Hay competencia entre los comandantes. Si no tenía a un niño, no podía competir con los demás”.
‘Un asunto muy doloroso’
La experta en terrorismo, Jessica Stern, le dijo a CNN que ha hablado con varios miembros del servicio de Estados Unidos quienes dicen que se sentían perturbados por lo que veían en Afganistán.
“Ellos seguramente sentían que no podían responder de la manera que les hubiera gustado”, dijo. “Sin duda era un asunto muy doloroso”.
Ella dijo que ellos creían que “el temor es que si intervenían, no tendrían esa estrecha relación de trabajo que necesitaban” con las fuerzas de seguridad afganas.
El Ministerio del Interior afgano dijo que recibió reportes de abuso sexual de niños por parte de funcionarios de la policía en 2011 y 2012, pero que ya ha tomado medidas para abordar el problema.
“Hemos comenzado a tomar el asunto muy en serio y hemos implementado muchos cambios”, le dijo a CNN Sediq Sediqqi, un portavoz de dicho ministerio.
El representante federal, Duncan Hunter, republicano de California, ha abordado el caso de Martland con el secretario de Defensa, Ash Carter, en un intento por salvar la carrera del soldado.
“Martland enfrentó a un violador de niños”, escribió Hunter, excomandante del Cuerpo de Marines, en una carta dirigida a Carter el mes pasado. “Confío en que le darán a este caso la atención que merece”.
Sin embargo, después de una década de entrenamiento con las fuerzas estadounidenses, al parecer algunos comandantes afganos continúan los abusos desenfrenados.