(CNN) — Sólo una ‘función’: Francisco en el Madison Square Garden.
No fue un show ni teatro ni un musical. No fue la remasterización de la obra de Broadway. Ni una nueva versión de “Jesucristo Superstar”. Fue una misa solemne presidida por el papa Francisco, en uno de los más icónicos escenarios de Nueva York y del mundo.
Jorge Mario Bergoglio fue “Francisco Rockstar” en el Madison Square Garden, no por ser una estrella de rock, sino porque como “roca” de la Iglesia católica y sucesor de Pedro dio un mensaje emotivo que conmovió a los miles de fieles y otros presentes.
“…Dios está en nuestras ciudades … La iglesia vive en nuestras ciudades…”, dijo Francisco, para referirse a la urgente necesidad de buscar a Dios en medio de la vida ordinaria. “Saber que Jesús sigue caminando en nuestras calles, mezclándose vitalmente con su pueblo, implicándose e implicando a las personas en una única historia de salvación, nos llena de esperanza, una esperanza que nos libera de esa fuerza que nos empuja a aislarnos, a desentendernos de la vida de los demás, de la vida de nuestra ciudad… Una esperanza que nos invita a ver en medio del ‘smog’ la presencia de Dios que sigue caminando en nuestra ciudad”.
Las lecturas del día incluyeron las palabras de Isaías que se refieren a que “El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz”… “El pueblo que caminaba con sus alegrías y esperanzas, con sus desilusiones y amarguras ha visto una gran luz”.
“El Pueblo de Dios es invitado en cada época histórica a contemplar esta luz. Luz que quiere iluminar a las naciones… Luz que quiere llegar a cada rincón de esta ciudad, a nuestros conciudadanos, a cada espacio de nuestra vida”, dijo Francisco.
Cuando hacía pausas mientras pronunciaba su homilía el papa era aclamado por los fieles, como si fuera una de las tantas “estrellas” que han engrandecido la leyenda del MSG.
Entre los famosos que se han presentado en el Madison Square Garden se pueden contar desde Elvis Presley hasta exmiembros de The Beatles, destacando el concierto ofrecido por John Lennon en agosto de 1972 y el concierto en beneficio a Bangladesh de George Harrison. También se presentaron Bob Dylan, Led Zeppelin, Michael Jackson, Lady Gaga…
Pero esta vez no sonó ‘Yesterday’ o ‘ Let it be’. Tampoco ‘Billie Jean’ o ‘Thriller’ al compás de una coreografía de zombies. En cambio se escucharon el ‘Himno Pontificio’, ’Tu es Petrus’ los salmos y el ‘Aleluya’. Todas acompañadas de coros, corales y una orquesta magistral que dio los acordes a la eucaristía.
¡AAALELUYA, AAALELUYA, ALELUYA, ALELUYA, ALEEEEELUYAAAAA! Del Aleluya (Hallelujah) compuesto por Händel a las canciones de Bon Jovi, Deep Purple y Rammstein, esta vez en el Madison Square Garden resonó el himno que precede el Evangelio entonado por la directora de musica Jennifer Pascual.
La jornada comenzó horas antes afuera del ‘templo musical’, también conocido por ser un delirante palacio para los deportes, en el que se han vivido gestas históricas, como la protagonizada en 1951 por Rocky Marciano y Joe Louis, una de las peleas más legendarias de la historia del boxeo, o el ‘Combate del Siglo’ entre Ali y Frazier, en 1971.
Miles de visitantes ansiosos fueron abarrotando los controles de seguridad desde el mediodía del viernes para entrar en el centro de deportes y entretenimiento catalogado por muchos como el “escenario más famoso del mundo”.
El Madison Square Garden se transformó en una casa de culto religioso donde el papa celebró la misa que fue vista por millones en los EE.UU. y en todo el mundo.
Entrar en la celebración fue imposible para quienes carecían de boletos, casi tan difícil para aquellos que incluso tenían los codiciados pases. Los asistentes hacían filas de varias cuadras de largo, mientras esperaban a pasar por los detectores de metales. La arena estaba todavía en gran parte vacía alrededor de las 3:30 de la tarde, 90 minutos después de la apertura programada.
Luego, hacia las 4 de la tarde, en el corazón del escenario, comenzó “Un camino de fe” (A Journey of Faith), programa que incluyó las presentaciones de Jennifer Hudson y Gloria Estefan, además de la entonación algunas oraciones tradicionales entre los católicos como el ‘Ave María’ y el rezo del Rosario.
Por los altavoces se anunciaba que el papa Francisco arribaría alrededor de las 6:15 de la tarde. Cada minuto había menos sillas vacías.
En los pasillos, el reverendo argentino Pablo Waldmann y otros 55 sacerdotes cambiaron el viernes la paz de sus parroquias por la locura del estadio Madison Square Garden, donde se dedicaron a confesar a los que se arrepintieron de sus pecados antes de la misa del papa Francisco.
Waldmann, de 55 años y nacido en Buenos Aires, fue uno de los 56 confesores que ofrecieron la misericordia del perdón a quien la necesitó entre los mas de 20 mil presentes.
Al fin comenzó el “concierto de Francisco”, cuando entró abordo de un pequeño coche hacia las 5:50 de la tarde. Tuvo que dar dos vueltas saludando, como estrella de ‘Rock’, a pedido de sus fans, que lo aclamaron a medida que recorría los cuatro estrados del escenario.
La misa fue solemne, los cantos y melodías, toda una “experiencia religiosa”.
“En música amo a Mozart, obviamente. Aquel Et Incarnatus est de su Misa en Do es insuperable: ¡te lleva a Dios! Me encanta Mozart interpretado por Clara Haskil. Mozart me llena: no puedo pensarlo, tengo que sentirlo. A Beethoven me gusta escucharlo, pero prometeicamente. Y el intérprete más prometeico para mí es Furtwängler. Y después, las Pasiones de Bach…”, dijo Francisco en una entrevista concedida al sacerdote jesuita Antonio Spadaro, publicada en 2013.
El viernes 25 de septiembre de 2015 Francisco dio su propio recital en el lugar “sagrado” de los conciertos apoteósicos, solamente reservado para los más grandes entre los grandes.
El Madison Square Garden fue testigo del mágico momento en el que Marilyn Monroe le cantó el famoso ‘Happy Birthay Mr.President’ a John F. Kennedy, el 19 de mayo 1962.
Hoy, 53 años después, el Madison Square Garden de Nueva York se deslumbra de nuevo, ante el “concierto de paz y amor” ofrecido por “Francisco Rockstar”.