(CNN) – Los oficiales de policía, con sus armas levantadas, se acercan al hombre en silla de ruedas y gritan fuerte y repetidamente: “Suelte el arma” y “manos arriba”.
Sus manos no se levantan. Se oyen disparos… y el hombre se desploma de su silla de ruedas hacia el suelo.
El jefe de policía en Wilmington, Delaware, defendió a sus oficiales el jueves. El hombre discapacitado, Jeremy McDole, estaba armado con un revólver calibre .38, el mismo que aparentemente había usado contra sí mismo antes, dijo el jefe Bobby Cummings. Y él nunca cumplió con las órdenes de los oficiales.
En lugar de eso, “cuando el señor McDole comenzó a retirar el arma de su cintura, los agentes arremetieron contra él”, dijo Cummings. En otras palabras, los oficiales abrieron fuego porque estaban preocupados de que McDole les disparara con su arma.
Pero la madre del hombre discapacitado lo vio de otra manera.
Phyllis McDole hizo alusión a un video –el que Cummings reconoció pero dijo que no ha sido autenticado por él– el cual dice que muestra que su hijo “no sacó un arma”. Él tenía sus manos en su regazo”.
En las secuencias se escucha a un testigo que dice: “levanta tus manos”, y: “él está alcanzando de nuevo”. Pero no es evidente qué es lo que el hombre discapacitado estaba haciendo con sus manos justo antes de que se escuchen los disparos.
Sin embargo, Phyllis McDole –quien habló en la misma conferencia de prensa que Cummings, a pesar de su obvias diferencias de opinión– no entiende por qué murió su hijo. Él tenía 28 años de edad y estaba paralizado de la cintura para abajo, señala ella.
La madre dijo: “Esto es injusto”.
Alcalde: “Queremos respuestas”
La llamada llegó alrededor de las 3 p.m. del miércoles y decía que había un hombre con una herida autoinflingida por un disparo y que aún estaba armado, explicó Cummings.
Varios oficiales llegaron y se aproximaron a McDole. Sus pistolas apuntaban hacia su silla de ruedas, la que permanecía estacionada, mientras lo rodeaban, gritándole órdenes de que soltara el arma. En el video no se vio si el arma alguna vez estuvo en sus manos mientras la policía se aproximaba.
Esto ocurrió antes de unos momentos de relativo silencio.
Fue entonces cuando, según contó el jefe de la policía de Wilmington, McDole “empezó a sacar el arma de su cintura, los agentes entablaron un combate con él y –como resultado de las lesiones que tenía el señor McDole– perdió su vida”.
Horas después del tiroteo, la pérdida de la vida parecía la única cosa en la que la policía y la madre de McDole estaban de acuerdo.
El alcalde de Wilmington, Dennis Williams, prometió el jueves en una rueda de prensa que la familia “será informada paso a paso a lo largo de la investigación”.
Y él estuvo de acuerdo con Phyllis McDole al menos en un aspecto: “Queremos respuestas”.