(CNN) - Durante la primera mitad del juego de Barcelona contra Sevilla a principios de este mes, Neymar lanzó un glorioso tiro libre que pegó en el poste y golpeó la espalda del portero antes de correr suavemente por toda línea de gol. La pelota estuvo lejos mientras que Luis Suárez intentaba anotar.
Esto resumió la tarde de los catalanes. En varias ocasiones y de forma poco característica, Suárez echó a perder sus líneas; estas le pegaron a las molduras tres veces. Pero Sevilla creció dentro del juego y emergió como ganador 2-1, causándole una segunda derrota a la Liga del Barcelona en la temporada que todavía es joven.
¿Entonces hay una crisis en el Camp Nou? Es muy temprano para decir eso, pero, ciertamente, hay una crisis de lesiones. Y uno de los que están fuera es el ‘crack’ del equipo: Lionel Messi, quien está fuera hasta finales de noviembre con una lesión en la rodilla.
Un fan exiliado del Barcelona que vio el partido en Córdoba alzó la vista al cielo como implorando otra oportunidad contra el Sevilla y dijo: “El problema es que cuando no tenemos a Messi, los otros equipos pueden jugar un fútbol normal”.
O como la revista deportiva española Marca lo puso: “Sin Messi no hay dominio”.
Hubo evidencia de eso tanto ante el Bayer Leverkusen en el reciente juego de la Liga de Campeones como ante el Sevilla.
Los rivales del Barcelona podrían ser más expansivos, preocuparse menos por los tres delanteros habituales de Neymar, Suárez y Messi. Leverkusen ciertamente llevó el partido al Barcelona en el Camp Nou, y lideró durante gran parte del partido.
Sevilla había ganado solo una vez en sus seis partidos de inauguración, pero avanzó con confianza, cada vez mayor, a medida que el juego continuaba. ¿Quién se atrevería a comprometer a sus hombres para avanzar mientras que el trío mortal de los delanteros del Barcelona merodean alrededor de la línea de medio campo?
Luis Enrique: “Es increíble que solo hayamos anotado una vez si consideramos cómo se desarrolló el partido”, dijo el técnico del Barça.
El siguiente partido de Liga del Barcelona es este 17 de octubre ante el Rayo Vallecano, cuyo jugador, Luis Farina, dijo recientemente en el sitio web del club: “Es cierto que Messi hace una gran diferencia, y el hecho de que él no esté allí nos ayudará un poco”.
Messi, quien hizo su debut en La Liga el 16 de octubre de 2004, en el derby catalán ante el Espanyol, trae consigo una extraordinaria versatilidad para entrenar a la escuadra de Luis Enrique.
Más allá de su destreza para anotar goles, él puede dejarse llevar desde la banda derecha y penetrar la defensa. Él puede dominar el balón ante la defensa, jugar y recibir pases en espacios diminutos alrededor del borde del área del penal. Él también tiene una capacidad única para cambiar el ángulo de ataque, con pases de largo alcance que hacen que su próximo movimiento sea imposible de predecir.
En el reciente congreso Aspire4Sports en Berlín, el antiguo icono de Barcelona y Holanda, Johan Cruyff, comparó a Messi con Ronaldo.
Al referirse a los portugueses alrededor de los cuales otras estrellas giran en el Real Madrid, Cruyff dijo: “Es un goleador. Nunca será ese jugador creativo en torno al cual se construye un equipo… Pero Messi es mucho más que un jugador de equipo; él pasa el balón, creando muchas asistencias”.
Cruyff: “El mejor es Messi. Para mí, hay una gran diferencia entre ser un jugador fenomenal y un goleador”, diojo en Twitter el técnico.
Cuando está ausente, los actores de reparto de repente tienen que convertirse en la principal atracción, y esa no es una transición fácil… incluso para jugadores de clase mundial como Suárez y Neymar.
Y Messi rara vez ha estado ausente, empezando los 56 partidos en todas las competencias de la temporada pasada, antes de participar en la Copa América y luego en una gira de pretemporada con el Barcelona en Estados Unidos. ¿Demasiado fútbol?
No es solamente Messi quien está fuera. Andrés Iniesta, quien se encarga de controlar muchas de las acciones en el centro del campo, estuvo ausente en Sevilla a causa de una lesión del tendón de la corva a mitad de la semana. El versátil Rafinha está fuera de la temporada. Y muchos aficionados del Barcelona piensan que la madurez y la tranquilizadora influencia de Xavi se echa mucho de menos. Él se fue al final de la temporada pasada para ejercer su oficio en Qatar.
De la manera en que Cruyff –quien fue el entrenador del Barcelona durante ocho años– lo expresa: “Para mí, lo más importante es siempre el equipo, y por eso Xavi fue uno de los mejores jugadores del Barcelona, porque él siempre estaba en el corazón del equipo, el controlaba el ritmo, los pases cuando el necesitaba retroceder”.
Incluso con Messi en la formación, la defensa del Barcelona se ha visto sorprendentemente frágil en algunas ocasiones durante esta temporada. En la Supercopa de Europa, ellos concedieron cuatro (contra el Sevilla); otros cuatro contra el Celta de Vigo en La Liga y cuatro contra el Athletic de Bilbao en el partido de ida de la Supercopa de España.
Ellos han concedido nueve goles en siete partidos de liga, en comparación con 21 en toda la temporada pasada.
En un momento u otro, Dani Alves, Jordi Alba y Gerard Piqué han faltado por alguna lesión y suspensión. Thomas Vermaelen todavía está afuera con una herida en la pantorrilla que sufrió a mediados de septiembre.
Esto puede explicar parte del problema, pero contra Sevilla y Leverkusen, el Barcelona también pareció vulnerable en las jugadas a balón parado, y contra el Celta se vio vulnerable ante los contraataques rápidos.
El descanso internacional debería haber ayudado con la recuperación, pero un ajetreado programa sigue ahora con seis juegos en tres semanas. Allí es donde se evidencia la fortaleza de la escuadra. Y el Barcelona parece un poco fatigado.
Además de los lesionados, el equipo catalán perdió a Pedro, un sustituto desinteresado, sobresaliente y perenne para los tres delanteros, quien en agosto se fue al Chelsea. Los jugadores traídos durante el verano –Arda Turan y Aleix Vidal– no pueden jugar sino hasta enero debido a la prohibición por la transferencia de un año impuesta por la FIFA por infringir las normas sobre el registro de jugadores menores de 18 años.
En la última temporada –especialmente una vez que Suárez cumplió su prohibición por morder– los once con los que Enrique inició fueron bastante consistentes. Messi jugó en los 38 encuentros de La Liga. Por supuesto que hubo cambios, pero el patrón fue en gran medida tranquilo, en especial durante la segunda parte de la temporada, cuando el Barcelona se dejó ir a toda velocidad.
Por esa misma razón, sería difícil argumentar que el Barcelona está en crisis antes de que caigan las primeras hojas del otoño, dado que la parte superior de La Liga está extraordinariamente reñida. El Barcelona es el cuarto, emparejado en puntos con el Real Madrid, y ambos equipos están tan solo a un punto del líder, el Villarreal.
La próxima edición de “El Clásico”, como se conoce el partido entre los dos rivales, tendrá lugar el 22 de noviembre y podría tener una influencia importante en el resto de la temporada.
Ese es el partido para el que el Barcelona espera que Messi esté de regreso.