(CNN) – Ubicadas en la cima del mundo, las montañas Simien —las cumbres más altas de Etiopía— son el hogar de algunas de las comunidades más remotas del país y algunas de sus formas de vida silvestre más singulares.
El Parque Nacional de Simien fue establecido en 1969 para proteger a las singulares especies de animales que son exclusivas de esta área. En 1978, la UNESCO reconoció la “importancia global del parque para la conservación de la biodiversidad” y lo convirtió en el primer sitio natural declarado Patrimonio Mundial.
Ahora, las poblaciones que una vez estuvieron en peligro están empezando a prosperar.
Monos de ‘corazón sangrante’
Estos singulares babuinos (oficialmente geladas), que reciben el apodo de monos “corazón sangrante” debido a la franja roja sin pelo que estos primates tienen en su pecho, se encuentran únicamente en Etiopia, y muchos viven en las montañas Simien. En la década de 1970 fueron bastante abundantes; hoy, la lista roja de IUCN determina que hay más o menos 200.000 de ellos.
Un aspecto particularmente único de los geladas es que viven en cuevas en lo alto de las montañas, donde pocos depredadores pueden llegar.
“Es un buen hábitat, ya que está libre de enemigos que no pueden subir las rocas porque las rocas son resbaladizas. Los únicos animales que suben aquí son los geladas”, señala Maru Biadglegn, el guardián principal del parque nacional de Simien.
Ibex de Etiopía
La cabra montés de Etiopía, la cual está en peligro, se encuentra únicamente en el parque nacional. Para poder ayudar a que crezca la población de estos animales y de otras especies que viven en el área, el gobierno de Etiopía ha invertido 7,5 millones de dólares para ayudar a reubicar a las personas lejos de los hábitats protegidos. Como resultado, el parque se ha triplicado de su tamaño original a 411 kilómetros cuadrados y las poblaciones de vida silvestre están creciendo, según Biadglegn.
“Hace veinte años, era difícil encontrar una cabra montés de Etiopía”, dice.
“La cifra era solo de 150. Ahora que está la protección y la expansión de su hábitat, tenemos más de 900 ejemplares”.
Lobo de Etiopía
El parque también es el hogar de uno de los carnívoros de África que más en peligro se encuentra: el esquivo lobo de Etiopía.
Para encontrar al animal, uno tendría que subir al pico más alto de Etiopía: la montaña Ras Dashen tiene 4.480 metros de altura.
“Esta área se conoce como Kechomo Buhayit. Es el hogar del lobo de Etiopía”, dice Abraham Assefa, un guarda del parque.
“Se calcula que casi 25 viven en esta área. Y la cifra está aumentando”.
Debido a que son tan pocos, es difícil ver a estas singulares bestias, pero esperamos que en el futuro, los turistas que vengan de visita puedan darles un vistazo.
Conservar la naturaleza, empoderar a las personas
En Etiopía, los viajes y el turismo generaron 4.300 millones de dólares en 2014 —9,3% del PIB— según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo. En las partes remotas del país como las montañas Simien, el turismo puede ser una cuerda de salvamento.
Según Biadglegn, actualmente hay alrededor de 6.000 personas que trabajan en la industria del turismo local.
“También hay 69 asociaciones de guías locales, 70 asociaciones culinarias y 10 asociaciones de alquiler de autos”, dice.
“Ellos son nuestros socios para conservar los recursos naturales, al igual que para satisfacer y obtener información para los turistas”.
En los picos más altos de las montañas de Etiopía, las comunidades locales han ayudado a que las poblaciones de vida silvestre se recuperen… y a cambio, la vida silvestre está mejorando las vidas de las personas.