En el accidente de Palomares, un bombardero B-52 cayó a tierra con bombas nucleares que terminaron contaminando el ambiente.

(CNN) – Casi medio siglo después de que un choque de aviones en el aire dejara caer bombas nucleares estadounidenses sobre la campiña española, los dos gobiernos todavía están tratando de limpiar el desastre radiactivo que el accidente dejó atrás.

Dos aviones militares estadounidenses, un bombardero B-52 y un avión de reabastecimiento de combustible KC-135, se estrellaron sobre la aldea rural de Palomares en el sureste de España el 17 de enero 1966.

La explosión mató a siete de miembros de la tripulación de los aviones y liberó la carga útil del bombardero de cuatro armas nucleares.

Tres de las bombas cayeron al suelo; la otra cayó en el Mediterráneo. Ninguna de ellas provocó una explosión nuclear, pero dos arrojaron plutonio en los alrededores.

Nadie en tierra murió cuando los restos de las bombas y el avión cayeron sobre Palomares, pero partes de la aldea y la campiña que la rodea se vieron contaminados por los materiales radioactivos.

Legado de la Guerra Fría

El desastre ha sido clasificado como uno de los peores desastres nucleares de la Guerra Fría que puso de relieve los peligros de la carrera armamentista entre Washington y Moscú. Y ha demostrado tener un legado prolongado.

Durante una visita a Madrid el lunes, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, firmó un nuevo documento que prometía más ayuda en la limpieza de varias décadas de duración, por ejemplo la posible eliminación de suelo contaminado en Estados Unidos.

El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, a la izquierda, y el ministro español de Relaciones Exteriores, Manuel García Margallo, firmaron los acuerdos el lunes 19 de octubre, en relación con la limpieza del desastre de Palomares de 1966.

Después del accidente, las fuerzas de seguridad estadounidenses y españolas ocuparon Palomares para asegurar la zona afectada y sacar de ahí el suelo contaminado. Ellos trabajaron para que la zona fuera segura de nuevo para los residentes y acordaron seguir monitoreando los niveles de contaminación.

El desastre gradualmente llegó a ser parte de los libros de historia —aunque no para los residentes de Palomares— hasta más o menos principios de siglo, cuando el centro español para las investigaciones energéticas, Ciemat, empezó a hacer ver las preocupaciones en relación a los elementos radioactivos en el suelo de algunas áreas que temía, podían verse afectadas por el desarrollo inmobiliario.

El gobierno español tomó el control de las zonas contaminadas para evitar que fueran alteradas. Pero las preocupaciones se intensificaron en 2006, cuando Ciemat informó que había encontrado caracoles con niveles elevados de radiación alrededor de Palomares.

Planes para la eliminación de residuos en EE.UU.

Para abordar los continuos problemas en el sitio, Kerry anunció el lunes que él había firmado un memorándum que establecía “un nuevo camino para lograr una recuperación adicional”.

“Tenemos que actuar sobre la firma de hoy para tomar acciones adicionales a fin de resolver, de una vez por todas, este asunto tan importante”, dijo, cuando habló junto al ministro del Exterior español, José Manuel García Margallo.

La declaración de intención firmada por los dos funcionarios reconocía el deseo de España “de garantizar el bienestar de sus habitantes y el potencial de desarrollo económico de la zona de Palomares”.

La declaración hace un llamado a la negociación de un acuerdo vinculante en virtud del cual se eliminará el suelo contaminado del sitio de “en un lugar apropiado en Estados Unidos”.

En un resumen de la planificación emitido a principios de este año bajo la Ley nacional de política ambiental, el Departamento de Energía de Estados Unidos dijo que estaba considerando la posibilidad de transportar los residuos radiactivos de bajo nivel al Sitio de Seguridad Nacional en Nevada para su eliminación.