(CNN) – La mayoría de las personas que fuman comenzaron en su adolescencia. Aunque el número de niños que prueba el tabaco por primera vez ha disminuido desde los años 70, aún surgen nuevos fumadores cada año y los pediatras quieren hacer algo al respecto.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) emitió una fuerte declaración de política que insta a los legisladores a elevar la edad mínima de las personas que compran productos de nicotina, ya sea cigarrillos o cigarrillos electrónicos, a 21 años.
Los beneficios para la salud pública involucrados en prohibir que las personas menores de 21 años compren estos productos podrían ser tremendos, entre ellos “4,2 millones de menos años de vida perdidos” entre la próxima generación de adultos estadounidenses, según un informe publicado en marzo por el Instituto de Medicina.
Según ese estudio, fijar esa nueva edad mínima en todo el país daría lugar a casi un cuarto de menos muertes prematuras y a 50.000 menos muertes ocasionadas por cáncer de pulmón entre las personas que nacieron entre el 2000 y 2019. Los adolescentes, especialmente aquellos que tienen entre 15 y 17 años de edad, son los más vulnerables a volverse adictos en una época en la que sus cerebros aún se están desarrollando.
El estudio, realizado a petición de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), estudió los beneficios predichos de elevar la edad mínima para comprar productos de tabaco —que actualmente es de 18 en la mayoría de estados— a 19, 21 y 25 años. Los mayores beneficios para la salud en realidad vendrían de aumentar la edad legal incluso más, a 25 años, en un punto en el que el informe señala que la prevalencia de fumadores entre los adolescentes de hoy en día, cuando se conviertan en adultos, bajaría en un 16%.
El número de personas que no fumarían si el límite de edad es aumentado a 21 aún es significativo. Se calcula que las tasas de fumadores bajarían a un 12%.
Aunque menos adolescentes consumen tabaco que antes, más de la mitad de los fumadores actuales dicen que empezaron a fumar antes de los 18 años, demuestran los estudios. Y el número de adolescentes que probaron los cigarrillos electrónicos y las pipas de agua se triplicó en un año. La declaración de política de la AAP insta a la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. a que regule los cigarrillos electrónicos y otros sistemas de entrega de nicotina de la misma forma en la que regulan otros productos de tabaco.
Chris Hansen de la Red de Acción contra el Cáncer de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer elogió al estudio cuando fue publicado en marzo, al afirmar que “se necesitan intervenciones poderosas para impedir que los jóvenes tengan adicciones a estos productos mortales durante toda su vida”.
La Academia Estadounidense de Pediatría emitió una declaración en la que calificaba al informe de ser “una contribución crucial al debate sobre el acceso al tabaco para los jóvenes”.
“No existe una manera segura de consumir tabaco”, dijo la Dra. Sandra G. Hassink, la presidenta de la academia.
La FDA no puede elevar el límite de edad a nivel nacional. La edad mínima en cuatro estados es de 19 años, y en varias jurisdicciones, entre ellas la ciudad de Nueva York, la edad legal ha sido aumentada a 21 años.
Históricamente, la industria del tabaco ha hecho un llamado a un consumo “responsable” de productos de tabaco.
Las compañías deberían crear más empaques a prueba de niños para impedir que niños curiosos beban la nicotina líquida que se encuentra en los cigarrillos electrónicos, dijo la declaración de la política de la AAP. En 2014, hubo más de 3.000 llamadas relacionadas con cigarrillos electrónicos a los centros de control de envenenamiento de Estados Unidos. Tan solo la mitad de una cucharadita puede ocasionarle la muerte a un niño pequeño de talla promedio, según la AAP. La nicotina líquida es extremadamente tóxica cuando se ingiere sola.
“El tabaco es único entre los productos de consumo debido a que ocasiona problemas graves e incluso la muerte cuando se utiliza exactamente según su propósito”, indica la declaración de política de la AAP. “Proteger a los niños de los productos de tabaco es una de las cosas más importantes que una sociedad puede hacer para proteger la salud de los niños”.