Paramédicos transportan a un espectador herido, quien se encontraba dentro de la sala de conciertos donde fueron tomados como rehenes cientos de personas (AFP/Getty Images).

(CNN) – Fue “un baño de sangre”, afirma Julien Pearce.

El reportero de radio estaba en el Bataclan, un teatro de estilo oriental y sala de conciertos del distrito 11 de París, escuchando a una banda estadounidense de rock cuando hombres armados irrumpieron en el lugar.

“La gente gritó, lloró”, dijo Pearce durante una entrevista con Wolf Blitzer, en el programa The Sitation Room de CNN.

“Duró por 10 minutos. 10 horribles minutos en los cuales todos estaban en el suelo cubriéndose sus cabezas”, dijo.

El lugar tiene capacidad para 1.500 personas, dijo a CNN Cyril Vanier, un reportero de France 24.

Pearce dijo que dos personas, a las que llamó terroristas, entraron al lugar, “muy calmados, muy determinados” y comenzaron a disparar de manera aleatoria contra las personas que estaban en el suelo.

Vestían de negro pero no tenían máscaras. Vio la cara de uno de los atacantes, que era muy joven, de máximo 25 años.

“Era como un joven normal portando una Kalashnikov. Eso es todo”.

Pearce dijo que los atacantes pudieron reabastecer sus armas tres o cuatro veces.

“No gritaron nada. Estaban disparando contra personas en el piso”.

Él dijo que estaba localizado cerca del escenario durante el incidente.

Mientras los hombres reabastecían sus armas de asalto, Pearce pudo encontrar una salida. Él brincó sobre el escenario y pudo escapar.

Llegó a la calle donde había entre 20 y 25 personas, muchos muertos o heridos de gravedad.

Pearce dijo que corrió 200 metros con una joven herida para alcanzar un taxi y le dijo al conductor que los llevara a un hospital.

Cuando habló con CNN, Pearce todavía tenía amigos adentro del lugar. Ellos le decían que estaban escondidos y que no sabía qué tan seguros se encontraban.

“Es terrible”, dijo, mientras se le quebraba la voz. “Fue horrible”.

Michael Martinez contribuyó con este reporte.