(CNN) – Richard Browne creía que lo peor le había pasado. Sin embargo, su pesadilla solo había comenzado.
En el 2007, el joven de 16 años se estaba recuperando en el hospital tras caer a través de una ventana de cristal de una lavandería en su ciudad natal de Jackson, Misisipi.
Los fragmentos cortaron músculos, nervios, y una arteria en su pierna derecha, pero tras una cirugía, la condición de Browne había mejorado lo suficiente como para que los doctores lo trasladaran de cuidados intensivos a una sala estándar.
Luego, le empezó a salir sangre a chorros de su pierna.
“Recuerdo haberme puesto de pie y que caía sangre al piso”, le dijo Browne a la serie Human to Hero de CNN.
“Aparentemente, una de las pinzas que usó el doctor para cerrar mi arteria no estaba lo suficientemente cerrada y una vez que la presión bajó hizo que la arteria se volviera a abrir.
“Greg, mi enfermero en ese momento, puso su mano en mi pierna para mantener la arteria cerrada hasta que el médico de guardia llegó allí… perdía constantemente la conciencia”.
Recuerdo haberle dicho a mi madre que ya no podía luchar más… recuerdo ese día y pensar que ese día iba a morir”.
Ahora, el atleta discapacitado está positivamente rebosando de vida y los detalles espeluznantes de su adolescencia han quedado como un recuerdo lejano.
En octubre, Browne ganó el doble sprint en el campeonato mundial de la IPC en Doha, Qatar, registrando tiempos récord a nivel mundial, tanto en los eventos T44 de 100 y 200 metros.
Ha sido un proceso extraordinario para el joven de 24 años, quien les solicitó a los doctores que le amputaran su pierna baja en febrero del 2010 luego de tres años y 13 cirugías reconstructivas.
“Fue una decisión un tanto rápida porque sentía mucho dolor, mucha molestia y yo quería seguir adelante con mi vida”, explica.
“Manejé de regreso a Jackson desde Atlanta (Georgia) donde estaba en la escuela, me hice la cirugía y regresé a la escuela al día siguiente”.
Después de 6 meses con muletas, Browne fue equipado con su primera prótesis y encontró descubrió que podía jugar fútbol y básquetbol. Sin embargo, su vida cambió para siempre cuando lo animaron a “correr un tramo”
“Busqué en Google los Juegos Paralímpicos y vi que a Oscar Pistorius (de Sudáfrica) y a (los atetas estadounidenses) Marlon Shirley, Jerome Singleton, April Holmes… y todas esas legendas del deporte de ese entonces”, dijo.
“El simple hecho de verlos correr y hacer las cosas que hicieron y la manera en que seguían adelante a pesar de tener amputaciones… era asombroso. Así que pensé que sería genial, así que sentí una afición y de cierto modo fue algo natural”.
Browne pronto saboreó el éxito, ganando una medalla de plata en los 100 metros en los Paralímpicos de Londres en el 2012, después de menos de 6 meses de trabajar con un entrenador y repitió la hazaña en el campeonato mundial en Lion, Francia, el año siguiente.
Su viaje al Reino Unido en el 2012 estuvo rodeado de tragedias personales… Su tío había sido apuñalado un día antes de partir hacia Londres, y cuando regresó a casa encontró algo mucho más triste al enterarse que su abuela había perdido su batalla contra el cáncer de mama.
“Recuerdo conceder una entrevista en relación a que mi abuela estaba resistiendo hasta que regresara a casa… pero ella murió el día que llegué a casa”, explica él
“Así que, los juegos de Londres significaron mucho porque yo estaba corriendo por algo más que mi mismo en ese momento de mi vida. Fue algo bastante emotivo”.
Regreso al Reino Unido
Este año, Browne regresó al Reino Unido para entrenar a tiempo completo en Cambridge con la reconocida entrenadora para atletas discapacitados, Hayley Ginn, quien se especializa en entrenar a corredores con amputaciones de la pierna baja.
Dejar en casa a su esposa, a sus dos hijos pequeños y a su hija fue una lucha, pero Browne consideró que no podía dejar pasar la oportunidad de trabajar con Ginn, quien también entrena al actual campeón paralímpico de 100 metros, Jonnie Peacock de Gran Bretaña.
“He tenido asombrosos entrenadores a lo largo de mi carrera; he trabajado con Dennis Mitchel, Justin Gatlin y fue un buen entrenamiento, pero al final del día es algo completamente diferente a un atleta sin discapacidad debido a la cuchilla”, dijo.
“Hayley Ginn sabe más sobre eso que cualquier otra persona… nadie sabe entrenar como ella”.
Su sociedad ya está dando fruto, no solo en cuanto a medallas, sino en cuanto a tiempos… Browne arrasó en el campo en Doha en octubre, registrando un tiempo de 10,61 segundos en los 100 metros y 21,27 segundos en los 200 metros.
Pero eso solo es el principio, dice… él y Ginn están marcando tiempos aún más rápidos.
“Tenemos un tiempo en mente, el cual es de 10,2 segundos (por los 100 metros) y 19,9 (en los 200 metros), así que queremos correr los mejores tiempos alcanzados alguna vez por un velocista paralímpico… en cualquier clasificación, no digamos de amputados”.
El tiempo de 10,2 sería mejorar que la marca establecida en el 2011 por el velocista irlandés con discapacidad visual, Jason Smith, por dos centésimas de segundo. Pero el siempre entusiasta Browne no quiere conformarse con eso.
“Quería ser el mejor velocista paraolímpico, no me importa en qué clasificación esté… tengo que correr más rápido que 10,22, luego en 9,9”.
La maestría y el récord mundial de tiempo de Browne le han permitido ser comparado con el gran velocista jamaiquino, Usain Bolt.
Él no se queja.
“Es como si le dijeran a un jugador de básquetbol que juega como Michael Jordan o que a un receptor le digan que juega como Jerry Rice… es un gran cumplido”, dice.
“Yo actúo antes de que inicie la carrera y Bolt hace lo mismo, y él ha ganado el récord mundial y yo he ganado el récord mundial.
“Me reuní con Bolt un par de veces. Hemos pasado un rato juntos y he hablado con él para obtener algunas ideas sobre un par de cosas, por lo que sin duda es un cumplido. Yo vivo a la altura. Yo juego a la altura, así que es bastante impresionante”.
Browne espera convertir la medalla de plata que ganó en los Juegos Paralímpicos de Londres en una de oro en Río el próximo agosto y quizás incluso emular a Pistorius al convertirse en el segundo atleta discapacitado en competir en los Juegos Olímpicos.
Pistorius, cuyo futuro en el deporte sigue siendo poco claro tras su condena por homicidio culposo de su novia Reeva Steenkamp en el 2014, llegó a las semifinales de la competencia masculina de 400 metros de Londres en el 2012.
“Esa es la barra que Oscar estableció. Quiero ser el mejor, así que tengo que ser mejor que cualquiera que lo haya hecho antes… estos son objetivos que tengo que alcanzar para satisfacerme a mí mismo”, dice Browne.
‘Manual de instrucciones para el universo’
Browne está decidido a permanecer en el deporte hasta que su tiempo en la pista llegue a su fin, transfiriendo su entusiasmo contagioso al entrenamiento.
“Fuera de la pista, la biomecánica probablemente sea mi mayor interés. Después de haber dejado el deporte, quiero enseñarles a los niños más pequeños, porque creo que los niños más pequeños son los que van a beneficiarse más de lo que hago”, dice.
“Siento que la próxima generación necesitará a alguien conocedor, porque la mayoría de los entrenadores no quieren saber eso”.
“Siempre llamó a la física el manual de instrucciones para el universo. ¡Quiero ser el manual de instrucciones para las carreras de velocidad de amputados!”, bromea.
Pero en verdad, él habla muy en serio.
“Quiero escribir un libro sobre el sprint y contar con gente donde haya procesos de entrenamiento, amputados y terapeutas físicos”, dice.
“Quiero que lean lo que he aprendido y que se den cuenta que así como deben hacerlo. Así es como lo haces mejor. Esto es que eres el mejor”.