(CNN) – ¿Conoces a los famosos cinco animales principales de África: el león, el elefante, el búfalo, el leopardo y el rinoceronte?
¿Qué viene después?
Es hora de cambiar los pantalones caqui y los binoculares por el traje de baño y las gafas de buceo en la búsqueda de otros cinco gigantes en la región Asia-Pacífico.
Algunas de las especies marinas más icónicas del mundo, las cuales están en peligro de extinción, se encuentran en los océanos de Australia y en islas más distantes: el tiburón blanco, la tortuga marina verde, la ballena jorobada, el tiburón ballena y el león marino australiano.
Como lo he descubierto, nadar junto a ellos puede ser una experiencia que te cambia la vida, aunque no está exenta de dificultades.
Pero vale la pena el esfuerzo.
A continuación encontrarás cómo hacerlo, y lo que ocurrió cuando lo intenté.
León marino australiano
El león marino una vez abundó en la costa sur del continente.
Pero fueron cazados hasta casi el borde de la extinción a principios del siglo XIX.
Hoy en día, la especie aún está clasificada como “vulnerable” bajo las leyes australianas.
Las colonias más grandes de leones marinos australianos que aún permanecen se encuentran en las islas del sur de Australia.
La colonia más accesible vive en la isla de Hopkins, un afloramiento rocoso en el golfo de Spencer a unos 30 kilómetros de la ciudad pesquera de atún de Port Lincoln, donde compañías de tours realizan excursiones populares para ver a los leones marinos.
Nadar con leones marinos australianos es como estar en el plató de un Cirque du Soleil acuático.
Al utilizar sus aletas para lanzarse a través del agua con gran facilidad, ellos se turnan para hacer volteretas hacia atrás, volteretas, saltos, vueltas y giros fuera del agua.
Momento impresionante: hablar de optimismo hacia la vida ni siquiera empieza a describir cómo me siento cuando una hembra nada hacia mí y frota sus bigotes contra mi cara.
No es por nada que estas adorables criaturas sean conocidas como los labradores del mar.
Factor de riesgo: los tiburones blancos se alimentan de los leones marinos. Los operadores turísticos dicen que los tiburones no cazan alrededor de las islas Hopkins, pero no hay garantía.
Habilidades de natación: los participantes tienen que poder nadar 100 metros desde el bote alquilado hasta la isla y de regreso.
Calypso Star Chearters en Port Lincoln ofrecen recorridos de medio día a la isla Hopkins por 190 dólares australianos (135 dólares).
Tortuga marina verde
En la pequeña nación de Samoa en el Pacífico, las tortugas verdes, o I’a sa (peces sagrados), son parte importante de la tradición, el folclore y la música
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza las clasifica como en peligro de extinción, y la especie también es cazada por pescadores de subsistencia por su carne, la cual es considerada como un manjar en las culturas del Pacífico Sur.
En Saleaula Turtle Reserve en la región al noreste de Savai’i —la isla más grande de Samoa— una familia está tratando de cambiar la relación de los isleños con las tortugas verdes.
“Las criamos y cuando están lo suficientemente grandes, las etiquetamos y las liberamos en el océano”, dice Papalii Faafetai, el propietario de la reserva. “A cualquier pescador que atrapa a una tortuga en sus redes, le pagamos para que las traiga de vuelta y para que no se las coma”.
Momento impresionante: flotar en el agua con las tortugas verdes es una experiencia surrealista, como visitar un mundo de gravedad cero habitado por extraterrestres fluidos y amables.
Al principio me sobresaltaba cada vez que una de ellas me rozaba la espalda, pero pronto me acostumbré a su sensación viscosa y curiosa.
Saleaula Turtle Reserve también es uno de solo unos cuantos lugares en el mundo donde los visitantes pueden nadar con las tortugas verdes que se encuentran en cautiverio.
Factor de riesgo: el estanque tiene una alta concentración de algas creadas por los desechos de unas 20 tortugas. Es aconsejable mantener tu cabeza por encima del agua.
Habilidades de natación: básicas. El agua en el estanque te llega a la cintura.
The Saleaula Turtle Reserve en la isla de Savai’i, Samoa, cobra una entrada de 5 Tala (2 dólares).
Tiburón blanco
No existe otra criatura sobre la Tierra que engendre un mayor temor en los humanos que el tiburón blanco, aunque es el tiburón blanco el que debería estar aterrado de nosotros.
Esta especie ha sido clasificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como vulnerable a la extinción; las poblaciones del gran pez se han visto seriamente afectadas por las pesqueras comerciales con redes de agallas, los cazadores que buscan aletas de tiburón y la contaminación.
Sin embargo, en las islas Neptune, una serie de islotes deshabitados a 30 kilómetros al sureste de cabo Catastrophe al sur de Australia, los tiburones blancos habitan en abundancia.
Este también es el lugar donde Rodney Fox, un sobreviviente del peor ataque de tiburones documentado (a Fox casi lo descuartizan a la mitad en 1963) opera sus famosas expediciones de buceo con jaula.
Fox sale de Port Lincoln en un bote para la pesca de atún renovado, y lleva a los pasajeros a encontrarse cara a cara con la máxima máquina asesina de la naturaleza desde la seguridad de una jaula de acero equipada con aparatos para respirar.
Momento impresionante: los tiburones blancos más grandes miden 6 metros de largo, pero es su circunferencia —tan ancha como una furgoneta— lo que me dejó sin aliento.
Ver cómo estos monstruos en forma de torpedo se deslizan sin esfuerzo por el agua en su hábitat natural es una experiencia extraordinaria y aleccionadora.
Verlos impulsarse con la fuerza de un cañón cuando pasan por el cebo fue la experiencia de vida silvestre más emocionante de mi vida.
Factor de riesgo: en el Reino Unido y Sudáfrica, algunos buzos apenas se han librado después de que sus jaulas fueran atacadas de forma salvaje por tiburones. Tales incidentes no han ocurrido en Australia.
Habilidades de natación: básicas. Sin embargo, se necesita un certificado PADI o un certificado de buceo equivalente para poder realizar inmersiones en las jaulas.
Rodney Fox Shark Expeditions ofrece viajes de dos a cinco noches a las islas Neptune cuyo precio va desde los 1.195 dólares de Australia (850 dólares).
Ballena jorobada
La ballena jorobada, explotada por muchos a principios de 1900, es la beneficiaria de uno de los programas de recuperación de vida salvaje más exitosos de la historia.
La Comisión Ballenera Internacional dice que la especie ha regresado a su tamaño sin explotar en las aguas frente a la costa este de Australia, a donde más de 20.000 ballenas jorobadas emigran durante el invierno antártico para alimentarse, reproducirse y dar a luz.
Las embarcaciones para el avistamiento de ballenas abundan por la costa de 5.000 kilómetros de largo.
Sin embargo, en el tranquilo pueblo de Mooloolaba en la costa Sunshine de Queensland, una compañía llamada Sunreef ha llevado las cosas a otro nivel al ofrecer experiencias para nadar con las ballenas.
El barco de Sunreef se dirige al océano abierto donde el propietario Dan Hart busca en el horizonte para ubicar el agua vaporizada que sale del espiráculo de las ballenas cuando estas suben a la superficie a respirar.
Una vez detectan a una ballena jorobada, el capitán navega una distancia de hasta 100 metros y lanza una cuerda.
Los nadadores se meten al agua y se sujetan de la cuerda.
Luego es decisión de las ballenas la de llegar a saludar.
¿Funciona?
Hart dice que en todas sus excursiones ven ballenas, pero solo más o menos la mitad logra nadar con ellas. Yo me embarqué en tres viajes con Sunreef antes de poder nadar con una ballena durante dos segundos hasta que se sumergió y desapareció.
Pero otros han sido más exitosos (ver fotos en la galería).
Factor de riesgo: desconocido. La industria se encuentra en sus primeras fases y no ha visto lesiones hasta la fecha. Pero un golpe de la aleta o la cola de una ballena adulta puede matar a casi todo. Los tiburones blancos también siguen a las ballenas.
Habilidades de natación: avanzada. Los participantes deben estar seguros de poder nadar en el mar abierto.
Sunreef en Mooloolaba ofrece recorridos de medio día para nadar con ballenas por 128 dólares australianos (91 dólares).
Tiburón ballena
Con un peso de hasta 20 toneladas, los tiburones ballena son el pescado más grande del planeta.
También son inofensivos; se trata de un gigante gentil con filtros como cepillos en lugar de dientes que utiliza para ingerir plancton, con hermosas manchas y franjas amarillas que son únicas para cada uno.
Los tiburones ballena están protegidos a nivel mundial bajo la Convención de Comercio Internacional en Especies en Peligro.
Pero la caza furtiva ilegal en el este de Asia ha hecho que sus cifras bajen a unos cuantos miles.
Por otro lado, el ecoturismo del tiburón ballena ha generado importantes ingresos en lugares como el South Ari Atoll, un anillo de 120 soleados islotes en las Maldivas.
Este se ha vuelto famoso por la gran presencia de tiburones ballena.
En 1997, fue declarado como un parque marino protegido específicamente por la especie.
Momento impresionante: “La primera vez que nadé con tiburones ballena nos encontrábamos en una lancha motora haciendo una excursión de mantarrayas”, dice Chiara Mascetti, una bióloga marina italiana en Lux* Island Resort.
“Íbamos de regreso al complejo cuando de repente vi una aleta que se elevaba sobre la superficie. Pensé que era una ballena pero cuando salté al agua me di cuenta de que era un tiburón ballena. Se estaba alimentando de plancton y tenía su boca bien abierta”.
“Se mantuvo cerca de la superficie; apenas se movió durante 15 minutos hasta que se alejó nadando”.
“Fue una experiencia increíble porque fue muy inesperada”.
Factor de riesgo: casi cero.
Habilidades de natación: básicas. Las aguas del South Ari Atoll están protegidas y son tranquilas.