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¿Cómo la raza puede influir en el mercado laboral?
06:26 - Fuente: CNN

(CNN Español) – En los proyectos inmobiliarios que se erigen en Miami conviven obreros de todas las razas. Derrell Wilson es afroamericano, tiene 24 años y dice que en la obra en que trabaja se contratan a más hispanos que a negros, en una ciudad donde la población latina alcanza al 66,2 %, de acuerdo con la Oficina del Censo de Estados Unidos.

Wilson se muestra frustrado por la situación. “Me siento mal por eso. Siento que porque mi piel es negra, nos tratan de otra forma. y todos hemos sido creados por dios. No me gusta. Está mal que eso pase en estados unidos”.

Su compañero de labores, Nilo Estrada, un puertorriqueño de 24 años, también considera que hay discriminación contra todas las minorías.

“El color te dice cómo vas avanzar y dónde vas a estar”, dice Estrada y repara en que también la gente suele prejuzgar por el cómo uno se viste.

Al ser consultado si es que se ha sentido discriminado por ser hispano, Estrada es categórico. “Sí”, dice, implacable. “Por la policía, por cualquier cosa. Voy a un trabajo, a veces no puedo coger el trabajo porque soy hispano. Tienen más blancos trabajando ahí o tienen gente que sabe un poquito más que yo y no me dan la oportunidad para mostrar lo que puedo hacer”.

De acuerdo una encuesta de CNN y Kaiser Family Foundation, alrededor del 78% de las personas consultadas dicen que contratar a alguien, obtener un ascenso e ir a la universidad debería estar basados en el mérito y en las calificaciones y no en factores raciales.

A sus 35 años, Allan Notting trabaja en la construcción y afirma que muchas veces ha sido rechazado en un empleo por no hablar español. Asegura que en Miami las disparidades entre los negros y los hispanos son grandes.

“Para mí siempre ha sido igual. Ellos siempre han tenido más oportunidades. Así lo veo. Si vas a un barrio hispano, puedes pasear por sus calles, hay muchos autos caros. Pero si vas a un barrio negro, ves a la policía y no muchos autos”, indica Nottig, a minutos de culminar una larga jornada en un edificio que se construye en la pujante Bahía de Biscayne.

Este tipo de tensiones raciales de vez en cuando han explotado en Miami. En los años 80 y 90 hubo graves disturbios. La situación ha mejorado en varios barrios negros de la ciudad, aunque como señala el abogado y experto en temas raciales de la Universidad de Miami, Donald Jones, aún existe segregación en vecindarios históricos como Overtown o Liberty City, cuna de los negros.

“La raza es aún un problema”, advierte de entrada Jones. Sin embargo, dice que Estados Unidos ha avanzado, “pero hay vestigios, los estereotipos aún están allí. Incluso en la clase media. Aún enfrentan estereotipos. Y la gente que vive en las ciudades no solo enfrenta estereotipos. Enfrentan lo que llamamos racismo estructural. El problema de las escuelas con pocas oportunidades, de las industrias… Estados unidos era un lugar para las industrias. Confeccionábamos productos. Y muchas industrias colapsaron o se fueron y el país se concentró en la alta tecnología. Las personas que vivían en las ciudades solían trabajar en fábricas. Esos trabajos desaparecieron. Nos hemos vuelto dos sociedades. Por un lado, un Estados unidos Urbano, mayoritariamente negro y pobre… Y otro gran Estados Unidos, en los suburbios, donde hay más oportunidades”, explica Jones, quien además es autor del libro “Miedo al Planeta del Hip Hop: El nuevo dilema de Estados Unidos”.

Para este académico, el idioma y la posición sobre la inmigración son los únicos temas que dividen a los hispanos de los negros.

Explica que ambas miniorías comparten los temas de índole económico.

Según el estudio de CNN y Kaiser Family Foundation, los hispanos encuestados dicen que sus problemas económicos y sociales se deben a:

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A diferencia de cómo dicen sentirse algunos trabajadores asalariados, para Miriam Alvarado, de 52 años, pequeña empresaria que comenzó de cero, en el país de las oportunidades, todo es posible.

Desde hace 27 años que vende flores en Midtown Miami y trabaja en la misma esquina Biscayne Boulevard y la calle 31 del noreste. Ella ha visto cómo el barrio ha cambiado en casi tres décadas. Y dice que siempre, a pesar de las dificultades, ha logrado salir adelante.

“Yo no he tenido problema. Con todas las personas siento que los he querido mucho, porque me han apoyado, especialmente comunidad judía, la comunidad de los morenitos, que son muy buenos, muy buenos”, relata Alvarado.

Para el dueño de un local de tatuajes en Liberty City, un barrio emblemático de negros, no ha sido fácil sobrevivir.

El negocio comenzó en el corazón del vecindario, en un edificio cuyo arreglo tomó veinte años, tras los fuertes disturbios raciales que golpearon la ciudad en 1980 y que dejaron 18 muertos y más de 300 heridos. Cue Williams era un niño, pero fue testigo de la violencia y de sus efectos.

Cuenta que solía andar en patines por todos lados, pero después de los disturbios, que dejaron más de cien millones de dólares en pérdidas en la ciudad, sus padres no lo dejaron salir. Pasaron meses hasta que pudo salir a jugar por las calles otra vez.

Williams recuerda que muchos negocios, cuyos propietarios eran negros, fueron cerrando en Liberty City tras aquellos destrozos y saqueos, al igual que las tiendas por departamentos que alguna vez allí existieron: JC Penney, Sears y Burdiness.

Según relata, su negocio sobrevive porque el tatuaje es una necesidad en su comunidad y sus precios son accesibles. Además, dice que sus artistas saben cómo tratar a sus clientes en un lugar de mala reputación.

“Si estamos reunidos viendo televisión, somos tres hombres negros. Si un cliente negro viene, no hay problema. Seguimos sentados viendo tele como si nada. Pero si viene un cliente hispano, nos vamos de la sala y solo uno de nosotros se queda para hablar con esa persona, porque a veces puede que no se sientan cómodos. Puede que no se sientan seguros. Por eso enfrentamos cada situación de forma distinta”, cuenta este pequeño empresario que planea en abrir otro negocio en el centro de Florida.

Con una historia personal a cuestas, Williams, que literalmente sabe de cuestiones de piel, dice que le resulta inquietante el resultado de la encuesta de CNN y Kaiser Family Foundation, que señala que para el 49 por ciento de la población del país el racismo todavía es un gran problema en la sociedad estadounidense.