Samy Amimour, uno de los terroristas que masacraron a decenas en el Bataclan, de París. (Cortesía: Familia Amimour).

(CNN) - Cuando la hermana mayor de Samy Amimour habló con él la última vez en agosto, se trató de una conversación cotidiana.

Él le dijo que les enviaba besos a la familia y a su gato, a quien había dejado en Francia. Él le dijo que tenía que hacer muchas cosas y que pronto llamaría de nuevo.

Sin embargo, la siguiente cosa que Anna Amimour oyó de Samy era que él y otros dos hombres habían perpetrado un ataque en la sala de conciertos Bataclan en París y que habían asesinado a 89 personas antes de hacerse estallar con un chaleco suicida.

“Al principio, estaba horrorizada. Yo gritaba por desesperación y tristeza”, dijo al hablar sobre el momento en que se enteró de la participación de su hermano en los ataques del 13 de noviembre. “Pero cuando ordené mis pensamientos, pensé: ‘Esto debe ser un error; debe tratarse de una equivocación’”.

No se trataba de ningún error.

Samy Amimour, su hermano de 28 años de edad, había sido parte de un complot terrorista coordinado, el cual dejó 130 muertos y cientos de heridos en el peor ataque en suelo francés desde la Segunda Guerra Mundial.

‘Pequeño niño atrevido’

En su primera entrevista para los medios internacionales, Anna le dijo a CNN que su familia está horrorizada y que la culpa los “hiere profundamente en el interior”.

“Todos los días nos preguntamos: ¿Qué pasó?, ¿por qué? Él estuvo en el mismo útero que yo. Crecimos juntos, así que, ¿cómo es que nuestros caminos terminaron siendo tan distintos?”

Anna aún no puede creer que el pequeño hermano que ella recuerda pudiera ser capaz de tal horror.

“Era una buena persona, una persona sensible, un poco tímido, pero alguien en quien podías confiar. Él era generoso, alguien a quien le encantaba reír y bromear, un pequeño niño atrevido”, dijo ella.

Ese pequeño niño atrevido se convirtió en un asesino de masas luego de viajar a Siria para unirse a ISIS, donde creyó que pasaría sus últimos años.

“Su radicalización comenzó en Internet”

Cuando se fue, le dijo a su familia que se dirigía hacia el sur de Francia con sus amigos. No se imaginaron que nunca regresaría.

Sentada en el pequeño apartamento donde ella creció con Samy, sus padres y una hermana menor, Anna dice que la radicalización de su hermano comenzó en Internet.

La familia nunca ha sido estricta en sus prácticas religiosas, pero notaron que el comportamiento de Samy cambió hace aproximadamente cuatro años.

“Cambios en la forma en que se vestía, la forma en que escuchaba música, la manera en que solía salir, la forma en que se expresaba —su forma de reír y en la que pensaba también— eso no pudo suceder de la noche a la mañana, no por sí mismo”, dijo su hermana.

‘Lavado de cerebro’ por parte de los reclutadores

Samy había estado trabajando como conductor de autobús en París.

Anna recuerda con orgullo que había alcanzado el segundo resultado más alto en el examen para la RATP, la red de transporte público de la ciudad.

Dice que Samy fue blanco de los reclutadores en su barrio de Drancy, un suburbio monótono en las afueras de París. Anna cree que le lavaron el cerebro.

“Le venían a hablar cada vez más y le dijeron que debía asistir al sermón en la mezquita con mayor regularidad y que debía ser devoto en su práctica del islam. Luego lo llevaron hacia mezquitas que eran más radicales”, dijo Anna.

La radicalización de Samy llamó la atención de los servicios de seguridad franceses en el 2012, luego de que intentara viajar a Yemen y fuera acusado de “actividades en colaboración con una iniciativa terrorista”.

Ningún tipo de ayuda

La familia dice que intentaron conseguirle ayuda.

“Tratamos de causar alerta. Hablamos con gente que nos rodea y tratamos de tocar puertas para pedir ayuda”, dijo Anna.

Ella se rehusó a dar detalles en relación a quién buscó la familia y ella dice que no obtuvieron ningún tipo de ayuda.

Luego de ser acusado en el 2012, Samy fue puesto bajo supervisión judicial, lo cual requería que se sometiera a una revisión constante con las autoridades.

Sin embargo, violó los términos de su supervisión y luego se convirtió en objeto de una orden de captura internacional en el 2013. En ese momento, se creyó que él se dirigía a Siria.

De acuerdo con una entrevista con el diario francés Le Monde, el padre de Amimour viajó a la parte de Siria controlada por ISIS en junio del 2014 en un intento por persuadir a su hijo para que regresara.

Anna se negó a confirmar que el viaje había tenido lugar.

En Le Monde, el padre de Samy describe el encuentro con su hijo como frío: él tenía “una sonrisa un tanto distante”. Samy había tomado el nombre de guerra Abu Hajia y se había casado. La misión de su padre para que Samy regresara a su hogar en Francia fracasó.

Un año y medio después, la familia Amimour está luchando por comprender en lo que se convirtió Samy.

“Por supuesto que hay una parte de nosotros que dice que quizás sea nuestra culpa, tal vez podríamos haber hecho algo diferente. Quizás, solo quizás”, dijo Anna preocupada.

Sin embargo, ella sabe que su familia está lejos de ser la única que está sufriendo. Ella entiende que sus palabras no van a ayudar a los familiares de las víctimas: “Entendemos el dolor que sienten y sabemos que nada les devolverá a sus familias, no importa lo que digamos”.

Anna no es el verdadero nombre de la hermana de Amimour. Ella le pidió a CNN que utilizara un seudónimo para proteger su privacidad.