(CNN) – Con una misión para matar a 333 ballenas de minke, Japón ha enviado su primera flota de balleneros al océano Antártico en más de un año.
La expedición se lleva a cabo a pesar de un fallo de la Corte Internacional de Justicia y a fuertes objeciones por parte de países como Australia y Nueva Zelanda.
“No aceptamos de ninguna manera o forma el concepto de matar ballenas por la denominada ‘investigación científica’”, dijo el Ministro del Medio Ambiente australiano, Greg Hunt.
El ministro interino de Asuntos Exteriores de Nueva Zelanda, Todd McClay, dijo lo siguiente: “Nueva Zelanda se opone fuertemente a la caza de ballenas en el océano Antártico. Hacemos un llamado a Japón para que le preste atención a la decisión de 2014 de la Corte Internacional de Justicia y al asesoramiento científico internacional concerniente a sus actividades balleneras”.
Japón sistemáticamente ha rechazado los llamados para suspender sus actividades balleneras, al insistir que es vital para construir un cuerpo de investigación.
“A través de la captura de ballenas para la investigación, Japón está recabando datos científicos y apuntando a la reanudación de la caza de ballenas con fines comerciales. Este punto de vista oficial del gobierno no cambia”, dijo a CNN Hidiki Moronuki, negociador senior de la industria pesquera en la Agencia de Pesca de Japón.
Una flota de cuatro navíos salió del puerto de Shimonoseki, al suroeste de Tokio, el martes, en dirección al océano Antártico, entre ellos el barco de investigación “Nisshin Maru” y tres botes más pequeños. Está programado que la expedición termine en 2016.
Corte emite orden de finalización
En marzo del año pasado, la Corte Internacional de Justicia le ordenó a Japón que detuviera su programa de investigación JARPA II, después de rechazar las afirmaciones del país en relación a que era con propósitos científicos.
“Japón debería renunciar a cualquier autorización, permiso o licencia existente en relación con JARPA II, y abstenerse de conceder cualquier permiso adicional para el cumplimiento de ese programa”, dijo la corte.
Japón dijo que el propósito de JARPA II era monitorear el ecosistema antártico, demostrar la competencia entre las especies de ballenas y mejorar el manejo de las reservas de ballenas de minke.
Japón caza ballenas a pesar de una moratoria a nivel mundial, al aprovecharse de un agujero en la ley que permite matar a mamíferos con propósitos de investigación científica. La carne de ballena se encuentra comúnmente disponible para su consumo en Japón.
¿Investigadores o cazadores furtivos?
Luego del fallo de la corte, Japón anunció un nuevo programa de investigación con un nuevo nombre —NEWREP-A—, cuya duración está programada para 12 años, hasta 2026/27.
Bajo el programa, un máximo de 333 ballenas de minke del océano Antártico serán asesinadas cada año, según una hoja informativa de la Agencia de Pesca de Japón y del Ministerio de Asuntos Exteriores. Eso es casi 4.000 a lo largo de la duración del programa.
Para justificar esta matanza, la hoja informativa dice lo siguiente: “Como no existen otros medios que no sean métodos letales, en este punto, el uso de un método letal es indispensable para obtener datos de las edades, lo cual es necesario para calcular la edad de la madurez sexual, lo cual consiste en una contribución considerable para lograr la implementación del Procedimiento de Manejo de Investigación.
El grupo de conservación Sea Shepherd dice que los japoneses sencillamente son cazadores furtivos que están quebrantando el derecho internacional.
“Nos gustaría recordarle al gobierno japonés que las ballenas del océano Antártico están protegidas por el derecho internacional, por la ley australiana y por Sea Shepherd”, dijo en una declaración el capitán Alex Cornelissen, director ejecutivo de Sea Shepherd.
Como tal, cualquier violación de la santidad del Santuario Ballenero Austral o del Santuario Ballenero Australiano será considerado un acto criminal”, añadió.
El grupo ha hecho un llamado al gobierno australiano para que defienda sus aguas, y el presidente de la junta australiana de Sea Shepherd ha sugerido que el grupo intervendrá si es necesario.
“Si Sea Shepherd se encuentra con actividad criminal, entonces nuestra historia habla por sí misma. Como siempre, intervendremos directamente a fin de impedir que ocurran crímenes”, dijo el capitán Peter Hammardsedft.