El exgobernador de Florida y aspirante a la candidatura republicana a la presidencia de EE.UU., Jeb Bush, en un acto de campaña en Nueva Hampshire.

Washington (CNN) - Jeb Bush lo ha intentado todo.

Sus aliados han gastado en propaganda un monto de casi 30 millones de dólares.

Con el objetivo de quitarse la etiqueta de tener un “bajo nivel de energía” y demostrar su rudeza, Bush atacó a Donald Trump al afirmar que era el voceador de un carnaval que no era apto para el serio trabajo de ser presidente. Atacó al senador Marco Rubio, al sugerir que quien fuera su protegido era un diletante con prisa. Redujo su personal, contrató a un entrenador para los debates e hizo la promesa “Jeb Can Fix It” (Jeb lo puede resolver).

Jeb ahora cuenta con el 3% del apoyo según las encuestas y la cifra va en descenso.

La cifra del 3% coloca a Bush en sexto lugar en la contienda nacional del Partido Republicano, según la encuesta de CNN/ORC dada a conocer el viernes.

Este es el más reciente insulto y decepción para Bush, un hijo y hermano de presidentes, quien fue el gobernador conservador de Florida durante dos períodos y el hombre que inició la contienda como el incuestionable favorito del ‘establishment’.

Ahora que quedan dos meses antes de los caucus de Iowa, Bush es asediado por las siguientes preguntas: ¿qué pasó?, y ¿hay algo que la auto proclamada “tortuga alegre” pueda hacer para darle un vuelco a las cosas?

Bush ha luchado por ganar terreno y establecer un mensaje distintivo que lo diferencie de sus oponentes republicanos.

A menudo ha dicho que las elecciones giran en torno al futuro, pero sus principales logros ocurrieron hace más de 10 años. Y tras prometer ser él mismo, alguien que no está vinculado a la política y a las políticas de su hermano mayor, George W. Bush, Jeb también ha dicho que sus lazos familiares le dan un conocimiento sobre la política exterior mientras su campaña ha involucrado a asesores de los días antiguos.

El discurso base de Bush también ha fluctuado. Antes solía hablar frecuentemente sobre su esposa de origen mexicano, Columba, hablaba un poco en español y prometía hacer campaña con los “brazos abiertos”, con el fin de resultar atractivo para los votantes que no son blancos. Ahora, él no menciona sus vínculos con la comunidad hispana tan a menudo.

Debido al éxito de los políticos de afuera Trump y Ben Carson, cuando se le preguntó si este simplemente era el año equivocado para un gobernador como él que sirvió durante dos mandatos, Bush dijo que no.

Insistió en que aún queda suficiente tiempo como para que su campaña bien fundamentada de estado por estado gane popularidad entre los votantes republicanos que en gran medida han visto su candidatura con indiferencia.

“En Iowa es cuestión de organización; en Nueva Hampshire, es cuestión de política al por menor. En Carolina del Sur, lo que importa es una buena organización. Estoy teniendo un buen avance en esos estados. Y tenemos la mejor campaña en Nevada”, dijo Bush el miércoles en la mañana en una entrevista con Iowa Public Television.

“Así que vean, en octubre, en noviembre, incluso en diciembre de los dos ciclos electorales, las personas que iban a la cabeza en diciembre no fueron los que ganaron al final. Simplemente es la naturaleza de la bestia, y no hay una razón para volver a escribir la historia. Las personas toman su decisión al final”.

En Nueva Hampshire, donde Bush cuenta con cifras de apoyo de un solo dígito, los votantes han abierto sus buzones en el transcurso de los últimos días para encontrar artículos directos destinados a ayudarlos a tomar una decisión. Los escritos hacen que los argumentos centrales de la campaña —que él era “Veto Corleone” en Florida, que podía sacudir Washington y que es un hacedor, no un hablador— sean un golpe evidente en contra de Trump.

El lunes, su campaña lanzó un video titulado “Storm Governor”, el cual hizo énfasis en el liderazgo de Bush luego de que el huracán Iván azotara a Florida en 2004. Pero el video, el cual incluye imágenes de un Bush que aún no tenía canas, también es un recordatorio de que convencer a los votantes de Nueva Hampshire de que lo que hizo hace 11 años en Florida es relevante apenas es un argumento válido.

Bush ha seguido enfatizando en su seriedad y experiencia, especialmente en el ámbito de la seguridad nacional. Un nuevo anuncio llamado “Honor” en el que aparecían ganadores de la Medalla de Honor empezó a transmitirse en Nueva Hampshire y Boston el miércoles por Fox News. El spot es parte de una campaña publicitaria de 600.000 dólares que será transmitida durante tres semanas.

“Esto no es un ‘reality show’. Es un asunto serio”, dijo el general retirado del Cuerpo de Marines James Livingston, quien ha estado ayudando a Bush en Carolina del Sur. “Aquí de lo que se trata es de la subsistencia de nuestros hijos y nietos”. Luego, aparece una foto del presidente Barack Obama en la pantalla: “Este comandante en jefe necesita entrenamiento”.

Pasar más tiempo en Nueva Hampshire

Su campaña no espera que sus cifras en las encuestas se recuperen rápido.

“Simplemente no es una expectativa que tengamos o algo por lo que estemos preocupados. Creo que lo que nos debe preocupar es llevar a Jeb frente a los votantes en los estados donde se llevan a cabo las primeras votaciones”, dijo el director de comunicaciones Tim Miller.

Él hizo énfasis en sus estrategias base y dijo que Bush seguirá hablando más sobre la seguridad nacional y pasará mucho tiempo en Nueva Hampshire en los próximos dos meses. Lo acompañarán sustitutos que puedan validar el historial de Bush. Y  la campaña, dijo, ha visto mayores conversiones entre los votantes en las llamadas telefónicas y las visitas de puerta en puerta en el transcurso de la última semana.

“Esto es algo por lo que nos sentimos optimistas, así que la infraestructura tiene que estar en vigor para que aprovechemos lo que esperamos sea un impulso de cara a las primarias y a los caucus”, dijo.

En su campaña —principalmente en Carolina del Sur y Nueva Hampshire— Bush ha pasado de contar su historia de vida a contar historias de personas que aparecen en algunos de los primeros videos de su campaña.

Esta es muy distinta a la primera campaña política de Bush, pero en ocasiones el aspecto de hacer amigos de la campaña directa se le ha escapado. El lunes en un evento en Iowa, por ejemplo, en lugar de aprovechar la fila del buffet en una cena a la que asistieron muchas personas, él simplemente se sirvió su comida, regresó a su mesa y se detuvo amablemente para tomarse selfies con las personas que se acercaban a saludarlo. Salió de prisa después de su discurso.

En cambio, al exgobernador, quien se describe a sí mismo como un introvertido, le va mejor en los eventos más pequeños e íntimos, como en sus reuniones públicas con entre 100 y 200 personas. Esos entornos le permiten participar en interacciones de uno a uno que a veces dan lugar a prolongadas conversaciones después, cuando permanece en el sitio para interactuar con cuantos votantes quieran conocerlo.

Al estar consciente de los tropiezos de su hermano en Nueva Hampshire en 2000, cuando perdió frente a John McCain, son en esas mismas reuniones públicas y eventos en casas donde a Jeb Bush le va mejor.

“En el pasado, los candidatos que han hecho campaña de manera tradicional con reuniones públicas y eventos en casas han sido recompensados por los votantes, y los candidatos que dan grandes discursos sufren”, dijo Fergus Cullen, expresidente del Partido Republicano de Nueva Hampshire.

“Pero en este ciclo, los votantes no parecen castigar a Ben Carson y a Donald Trump, quienes no han hecho una campaña tradicional en absoluto. Los candidatos que están desgastando sus zapatos en realidad no están recibiendo crédito”.

La esperanza de Bush es que todas las reglas de campañas presidenciales anteriores finalmente empiecen a darle forma a la contienda.

En la campaña demócrata de 2014, el senador veterano por Massachusetts John Kerry tuvo un retorno en contra de quien en ese entonces era el gobernador de Vermont, Howard Dean, en las semanas antes de Iowa.

Y en 2012, el senador republicano John McCain ignoró a Iowa y acampó en Nueva Hampshire para lanzar un retorno. Pero McCain y Kerry eran senadores en funciones y héroes de guerra con biografías inspiradoras.

Bush no pronuncia imponentes discursos, ni da citas jugosas o frases que se repiten en los debates. Y en los casi diez años que ha pasado lejos de un cargo electivo, su partido se ha movido hacia la derecha, impulsado por una base molesta con la que Bush aún no se ha conectado.

“Cuando nos acercamos a esto, la decisión será tomada por los votantes en cuanto a los siguientes aspectos: ¿tienes ideas que mejorarán mi vida? ¿Tienes la fortaleza y las habilidades de liderazgo para hacer que las cosas sucedan? ¿Te preocupas por mí?”, dijo en Iowa.

“¿Te preocupa la condición en la que me encuentro? Y vean, mi experiencia de vida es 32 años en el negocio, ocho años como gobernador con mente reformadora. Creo que a lo largo del tiempo, el tipo de habilidades que he adquirido en mi experiencia de vida definitivamente me serán útiles”.