(CNN) – El escándalo por el uso de la fuerza de la policía de Chicago no parece calmarse.
Horas después de que el Departamento de Justicia dijera que estaba investigando si los agentes de la policía de Chicago habían convertido en un hábito el hecho de infringir la ley en sus prácticas, la ciudad dio a conocer un video el lunes pasado en el que aparecían unos agentes que utilizaron una Taser contra un hombre que estaba en su celda y luego lo arrastraron por el suelo.
El incidente tuvo lugar en diciembre del 2012, y el hombre que aparece en el video, Phillip Coleman, posteriormente murió en el hospital luego de sufrir una reacción adversa a un medicamento antipsicótico.
“No veo cómo la forma en que el Sr. Coleman fue físicamente tratado podría siquiera ser aceptable”, dijo en una declaración el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel. “Aunque el médico forense dictaminó que el Sr. Coleman murió accidentalmente como resultado del tratamiento que recibió en el hospital, no justifica la manera en que fue tratado cuando estuvo bajo custodia”.
El alcalde dijo que ya sea las acciones de los agentes involucrados o las políticas del departamento eran inapropiadas… y que él no había recibido una respuesta suficiente sobre ninguno de los dos puntos en cuestión por parte de la Dirección de Revisión Independiente de la Policía.
“Por lo tanto, no considero que este caso esté cerrado ni que la investigación sobre lo que pasó esa noche haya terminado”, dijo Emanuel. El lunes por la mañana la ciudad también dio a conocer una gran cantidad de información adicional relacionada con el caso, incluyendo reportes policiales y llamadas al 911.
El médico forense encontró en ese momento que Coleman, de 38 años de edad, murió de una severa reacción al haloperidol, un medicamento antipsicótico, que le fue administrado en el hospital. Sin embargo, el informe del forense también detalló docenas de magulladuras y abrasiones en todo el cuerpo de Coleman, así como una costilla fracturada.
Un reporte policial dijo que Coleman había sido puesto bajo custodia el 12 de diciembre de 2012, bajo sospecha de agredir a su madre de 69 años de edad y también enfrentó cargos por delitos graves por atacar y escupir a los agentes de la policía que respondieron al llamado.
Según dijo el padre, la policía no tomó ‘ninguna acción útil’
El incidente que incluyó el uso del Taser en la celda de la policía tuvo lugar después de que Coleman se resistiera físicamente a los esfuerzos para transportarlo a la corte, según el informe. Coleman se enfrentó violentamente con los agentes de la policía en el hospital al que fue llevado para tratamiento, tratando de apoderarse del Taser de un agente, dijo.
Después de que el personal del hospital le administrara un sedante, Coleman se calmó pero entonces comenzó a experimentar “problemas físicos”, decía el informe.
“Independientemente de los hechos que llevaron a su arresto o las acciones del hospital, nosotros mantenemos un alto estándar y debemos esforzarnos para vivir de acuerdo con ellos cada día”, dijo el superintendente interino de la policía, John Escalante, en una declaración el lunes. “Si bien la investigación independiente está en curso, nosotros revisaremos nuestras políticas y prácticas en relación a la respuesta a las crisis de salud mental”.
El padre de Coleman, Percy, le dijo al Chicago Tribune el lunes que su hijo tuvo “un colapso mental” el día del altercado con su madre.
“Ella llamó a la policía para obtener un poco de ayuda porque sabía que él no estaba actuando en su sano juicio”, le dijo Percy Coleman al periódico. “En cambio, la policía no tomó ninguna medida útil, y lo encerró. Luego, 12 horas después, estaba muerto”.
Indignación pública por el tiroteo del 2014
La policía de Chicago ha enfrentado la indignación pública y el escrutinio intensificado en las últimas semanas luego de la publicación del video de octubre del 2014 en el que aparece el agente Jason Van Dyke disparándole a muerte al adolescente Laquan McDonald en una calle de Chicago.
La gente salió a las calles para protestar por lo que consideraban un uso excesivo de la fuerza y falta de honradez por parte de las autoridades de la ciudad y de los compañeros de Van Dyke, quienes inicialmente acusaron a McDonald de amenazar a los agentes. Van Dyke ha sido acusado de asesinato en primer grado.
Desde entonces, tanto el superintendente de la policía de la ciudad como el jefe de la Dirección de Revisión Independiente de la Policía renunciaron.
En medio de las críticas, la oficina de Emanuel ha anunciado una serie de medidas, entre ellas la ampliación del programa de cámaras corporales de la policía y el establecimiento de un grupo de trabajo para revisar los procedimientos disciplinarios de la policía.