CNNE 237919 - 151209151103-is-college-worth-it-2-esp

NUEVA YORK (CNNMoney) – Tener un título de un instituto técnico superior (college) se está volviendo tan caro que quizá ya no valga lo que cuesta.

Al menos eso es lo que Goldman Sachs piensa.

En un nuevo informe, Goldman dice que los estudiantes están mejor si no van a institutos técnicos superiores mediocres… algunos que clasifican en la parte inferior del 25% de todas las universidades. En promedio, ellos ganan menos que los graduados de la secundaria.

Pero incluso los que asisten a las universidades de nivel medio podría querer reconsiderarlo.

“El rendimiento promedio de asistir al college está cayendo”, escribieron los investigadores de Goldman. El banco es conocido por centrarse despiadadamente en la conclusión.

A un título universitario no se le ve la ganancia durante años.

En 2010, Goldman descubrió que el estudiante universitario típico tuvo que trabajar 8 años para alcanzar el punto de equilibrio de la inversión para su título de licenciado. Para entonces, la mayoría de los graduados tendrían alrededor de 30 años de edad.

A medida que el precio de la educación universitaria sube, es más tiempo el que toma para que la inversión rinda beneficios. Esto es lo que proyecta Goldman: – Los graduados de 2015 llegarán al punto de equilibrio hasta los 31 años de edad, los de 2030 llegarán al punto de equilibrio hasta los 33 años de edad, y los de 2050 llegarán al punto de equilibrio hasta los 37 años de edad.

Algunos títulos valen la pena más que otros

El tiempo para obtener ganancias varía ampliamente según la especialización. Las empresas estadounidenses se quejan de que no pueden encontrar suficientes “trabajadores calificados” a pesar del hecho de que existen cifras históricas de graduados universitarios.

“Considerando el perfil tan cambiante de rentabilidad, la elección tanto del instituto técnico superior como de la especialidad son más importantes que nunca para los estudiantes”, escribe Goldman.

Según datos del censo, casi 15,5 millones de estadounidenses actualmente están inscritos en institutos de dos años o de cuatro años. Asistir a universidades como MIT todavía es un enorme estímulo para el currículum y el sueldo durante toda la vida, pero Goldman se pregunta si no sería mejor para los millones de estudiantes que asisten a universidades de menos prestigio recibir otros tipos de formación.

Algunos títulos son más valiosos que otros. Los salarios aumentan mucho más rápido para los estudiantes que asisten a las mejores universidades y para quienes estudian negocios, cuidado de la salud y tecnología.

“Los graduados que eligen carreras de menor paga como artes, educación y psicología enfrentan el mayor riesgo de una rentabilidad negativa”, señala Goldman. “Para ellos, el college puede ser que cada vez valga menos la pena”.

Una revolución de la educación superior está en camino

Por supuesto, los beneficios de una educación universitaria van más allá de tan solo caer en un trabajo bien pagado. Muchos graduados encuentran amigos para toda la vida y enormes experiencias de crecimiento personal.

Pero esta es una manera costosa para hacer eso. El precio de un año de estudios en una universidad privada ahora es de 43.921 dólares. Incluso el promedio de las universidades públicas del estado ahora está cerca de 20.000 dólares al año.

Goldman ve que viene una importante revolución para la educación superior. Los costos de las universidades continúan creciendo. La deuda estudiantil ahora está por encima de 1 billón de dólares. A muchos empleadores les frustra el hecho de no poder encontrar graduados con habilidades adecuadas y a muchos graduados les frustra no poder conseguir mejores empleos.

Es probable que los empleadores puedan llegar a ser más abiertos para contratar a personas que se someten a otros tipos de formación y educación tal como las lecciones Lynda.com (propiedad de LinkedIn) o “MOOCs” (Massive Open Online Courses) [cursos abiertos masivos en línea].

Las empresas como Facebook y Google también podrían terminar con la creación de sus propios programas de especialidad de facto a fin de que puedan adaptar los cursos para obtener exactamente lo que quieren.