Nota del editor: David Axelrod es comentarista político sénior de CNN y anfitrión del podcast “The Axe Files”. Fue asesor sénior del presidente Barack Obama y estratega en jefe de las campañas de Obama de 2008 y 2012. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente suyas.
(CNN) – “¡Ahora empieza el verdadero juego!”
Mientras estamos a la espera del debate de CNN, las palabras inmortales del Acertijo, el colorido archienemigo de Batman, suenan verdaderas.
El primer debate de CNN en septiembre fue un asunto relativamente sin importancia… o tan insulso como pudiera ser un debate que presenta a Donald J. Trump. Los candidatos estaban estableciendo sus mensajes y sus lugares en la contienda.
Jeb Bush, quien se pensaba que era uno de los principales aspirantes, fue presentado en el centro del escenario, junto a Trump. Ben Carson, al otro lado de Trump, todavía no había empezado su vertiginoso ascenso… y su caída. Ted Cruz y Marco Rubio estaban en los flancos.
En los dos meses siguientes, el apoyo de Trump se ha fortalecido, si no es que ha crecido, con la ayuda de su descaro sin límites y por los ataques terroristas que han creado un mercado mayor para su atractivo de hombre fuerte.
Bush, acosado por sus lapsus, el peso de su legado familiar y la agresión fulminante de Trump acerca de su tímido estilo, se ha desvanecido. Además, Cruz y Rubio –un par de senadores de primer año con perfiles similares pero distintos enfoques– van en aumento.
A menos de 50 días de la reunión electoral de Iowa, la contienda del Partido Republicano está tomando forma. La línea de salida está a la vista. Y así, el debate final del Partido Republicano del martes, antes de las vacaciones y las promesas electorales del año, es el más interesante y polémico hasta ahora.
Estas son las cosas por las que estaré esperando:
¿Cómo conducen a Trump?
Como el mismo Trump ha señalado, a aquellos que le han lanzado ataques directos generalmente les ha ido mal. Rick Perry fue el primero en atacar a Trump refiriéndose a él como una plaga sobre el conservadurismo. Uno sospecha que el ímpetu del exgobernador de Texas para participar fue provocado por su propio fracaso para conectarse con los votantes. Si es así, la táctica falló por completo. Él fue el primero en salir de la contienda.
Todos, tanto Bush, como Carly Fiorina, los senadores Rand Paul y Lindsey Graham, y el gobernador John Kasich de Ohio, se han turnado para enredarse con Trump, en busca de réplicas alegremente brutales provenientes de uno de los favoritos que posee un asombroso instinto que va directo hacia la yugular.
Trump también ha lanzado a todos sus atacantes como ejemplos de un ‘establishment’ republicano que es injuriado por el ala activista del Partido Republicano.
Quizá no sea una completa casualidad que los tres aspirantes que han mostrado algún movimiento positivo en las encuestas recientes, han sido quienes han tratado de evitar a Trump… Cruz, Rubio y el gobernador de New Jersey, Chris Christie.
Cruz, quien ha trazado su carrera de manera brillante, ha hecho saltos mayúsculos, apoderándose de una delantera de 10 puntos por encima de Trump en la última encuesta de Iowa. Lo ha hecho mediante la organización metódica entre los conservadores sociales y el Partido del Té y, en sus propias palabras, matando a Trump y a Carson con amabilidad, a la espera de su colapso para recoger los trozos.
Carson parece haber cooperado. Su caída precipitada en Iowa y a nivel nacional después de tropezar en asuntos de seguridad nacional claramente ha redundado en beneficio de Cruz.
Pero Trump sigue siendo un obstáculo obstinado frente al plan de Cruz para fusionarse a los populistas contra el gobierno.
¿Acaso la buena amistad entre Trump y Cruz se terminó?
Ahora que Cruz le pisa los talones –y habla mal de Trump en reuniones privadas de recaudación de fondos, una grabación de estas ocasiones surgió la semana pasada–, ¿acaso Trump apuntará sus misiles contra Cruz el martes por la noche? Y si lo hace, ¿dejará Cruz la amistad y le devolverá el fuego?
Cruz y Rubio también se han estado escupiendo en tanto que la realidad evidencia que pueden estar dirigiéndose a un enfrentamiento.
Si Cruz espera surgir como el candidato de las fuerzas agregadas de la derecha, Rubio ha surgido como un posible bote salvavidas para las fuerzas del ‘establishment’ del Partido Republicano, quienes han visto la captura del acorazado de Bush y de la goleta de Kasich en el agua.
¿Acaso el Partido Republicano se dirige hacia una ‘convención abierta’?
Hasta la fecha, Rubio ha jugado más ingeniosamente que cualquiera, mientras mantiene su posición con todas las facciones del Partido Republicano… el ‘establishment’, los conservadores sociales y el Partido del Té.
¿Acaso Cruz o Trump intentarán dividir las fuerzas contra el ‘establishment’ y procesar a Rubio por su frustrada colaboración con un grupo bipartidista de senadores sobre la reforma migratoria?
¿Acaso Bush o Kasich, desesperados por entrar nuevamente al juego, le rebatirán a Rubio por asustarse frente a sus posturas sobre la inmigración?
El terrorismo es una de las principales preocupaciones
Otro cambio desde septiembre: Los ataques terroristas en París y San Bernardino han cambiado profundamente el telón de fondo para este debate. El terrorismo y la seguridad nacional han subido por encima de la economía hasta la cima de la lista de preocupaciones de los votantes, al menos por ahora.
La combativa respuesta de Trump –primero para prohibir a los refugiados sirios y luego a todos los musulmanes– creó un furor pero no hizo nada para disminuir su apoyo. Él seguramente será interrogado rigurosamente este martes por la noche y será grato para él. Las encuestas muestran que mientras que la mayoría de los estadounidenses se oponen a sus posturas, la mayoría de los republicanos las apoyan.
Rubio, un halcón de seguridad nacional con estilo propio, le ha apuntado a Cruz, después del ataque de París, por apoyar los cambios en la recopilación de datos telefónicos y de Internet que según Rubio ponen en peligro al país.
Para Rubio, el ataque a la seguridad nacional es una forma de llegar a la derecha de Cruz sin poner en peligro su propia posición con los republicanos del ‘establishment’.
El factor Christie
Aunque Christie sigue rezagado en las encuestas nacionales, él ha acampado en Nuevo Hampshire, recibió la bendición del diario Manchester Union Leader y ha subido al segundo lugar detrás de Trump en el estado que será la sede donde inician las primarias.
Christie, un antiguo fiscal, se ha aprovechado del terrorismo, tanto como cualquiera de los candidatos, y ha prometido un fuerte liderazgo.
Una fuerte presencia de Christie en Nuevo Hampshire puede que no lo impulse a los escalones superiores de la contienda, dado su persistente equipaje de los escándalos de Nueva Jersey y sus problemas fiscales, pero sí podría significar la perdición para los candidatos del ‘establishment’ como Bush y Kasich y hacer que el camino de Rubio sea más difícil.
¿Acaso alguien alzará el fantasma de Jersey el martes o acaso Christie, experimentado en debates, escapará otro evento más sin lesiones?
El martes habrá nueve candidatos en el escenario principal. Pero estos son los cuatro a quienes estaré prestándoles atención: Trump, Cruz, Rubio y Christie.
Casi es Año Nuevo. El pistoletazo de salida se acerca. Es hora de que los jugadores hagan sus movimientos.