Lucas Barnes y Kathleen Peacock, padres del bebé, dijeron a la policía que habían consumido metanfetamina recientemente en el momento de la muerte de su hijo.

(CNN) – Un niño de dos años murió en una casa usada como laboratorio de metanfetamina luego de que sus padres lo dejaran solo en su habitación con el calefactor encendido… y no lo vigilaran, dijo la policía de Missouri.

A Braydon Barnes lo pusieron en su cuna el viernes y lo dejaron desatendido con un calefactor encendido durante más de 38 horas, dijo la policía de St. Charles.

Ambos padres, Kathleen Peacock y Lucas Barnes, le dijeron a la policía que habían consumido metanfetamina recientemente. Ellos les dijeron a los agentes que la habían estado fabricando en la casa la semana previa a la muerte de su hijo.

Los dos estuvieron en casa todo el fin de semana, mientras Braydon estuvo encerrado en su cuarto.

Peacock, quien actualmente está embarazada, le dijo a la policía que oía que Braydon hacía ruidos y sabía que debía ir a verlo, pero no lo hizo.

El calefactor no tiene termostato y no se apaga automáticamente.

No fue sino hasta el domingo por la mañana que los padres fueron a ver al niño y vieron que Braydon había muerto.

Los paramédicos dijeron que el niño había estado muerto durante algún tiempo.

La autopsia reveló que Braydon estaba desnutrido y delgado en general. La causa de su muerte fue hipertermia debido al calor extremo, el cual habría “causado incomodidad extrema y dificultad para respirar mientras moría”.

Ambos padres enfrentan cargos criminales por abuso infantil que resultó en muerte y por fabricar una sustancia prohibida en una residencia donde vivía un niño.

Las condiciones de vida dentro de la casa eran precarias; la policía la declaró inhabitable y ha declarado la casa en ruinas.