(CNN Español)– El veto a la investidura de Artur Mas como presidente del gobierno regional de Cataluña aboca a la región a unas nuevas elecciones, las cuartas en cinco años.
Este domingo, la CUP (Candidatura d’Unitat Popular) rechazó investir a Mas e instó a presentar a otro candidato. Pero si esto no ocurre antes del 10 de enero, automáticamente se tendrán que convocar nuevas elecciones, que se celebrarán en marzo, según lo establece el Estatuto catalán.
Artur Mas es el candidato de Junts pel Si, coalición que promueve la independencia de Cataluña y que ganó las elecciones del pasado 27 de septiembre, pero sin los votos suficientes para gobernar en solitario, por lo que necesita el apoyo de la CUP, con quien comparten el objetivo secesionista.
Sin embargo, la CUP ha reiterado en numerosas ocasiones que no investirían a Mas, actual presidente en funciones y cuya partido -Convergència Democrática de Cataluña- se ha visto envuelto en un caso de corrupción.
Esta situación de bloqueo en Cataluña ocurre mientras los principales partidos españoles tratan también de lograr un acuerdo de gobierno tras las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, de las que resultó un Parlamento fragmentado en el que ningún partido tiene mayoría.
El gobernante Partido Popular de Mariano Rajoy busca los apoyos de Ciudadanos y del Partido Socialista para formar una “gran coalición”, pero los socialistas han manifestado hasta ahora su negativa a facilitar un gobierno conservador.
La otra opción sobre la mesa es un pacto de izquierdas entre el PSOE y Podemos -junto con otras formaciones de izquierda y nacionalistas con menos escaños-, pero esta tiene como principal escollo una condición de podemos a la que se niegan los socialistas: la realización de un referéndum independentista en Cataluña.
El parlamento catalán surgido de las elecciones regionales del 27 de septiembre aprobó una resolución para iniciar el camino hacia la independencia que ya fue suspendido por el Tribunal Constitucional español.