Ciro Guerra, director y realizador de la película El Abrazo de la Serpiente.

(CNN Español) –  La presidenta de la Academia Cheryl Boone no había terminado de pronunciar el título de la cinta nominada a mejor película extranjera en la ceremonia en Los Ángeles el pasado 15 de enero cuando estalló la euforia.

No fue en el teatro Samuel Goldwyn en Beverly Hills, sino en un salón en Bogotá, Colombia, a 5.000 kilómetros de allí donde un grupo de personas gritaron y se abrazaron después de escuchar el anuncio en un canal local.

El Abrazo de la serpiente se había convertido en la primera película colombiana en recibir una nominación a los premios Oscar.

Ciro Guerra, el director de la cinta, recuerda la alegría del momento y destaca la importancia que tiene este reconocimiento, en especial para una cinta como la suya.

“Lo más significativo es que la primera película colombiana en llegar a esta instancia es hablada en lenguas indígenas. Es una reivindicación del saber ancestral de nuestros pueblos amazónicos, una invitación a que el país voltee a mirar hacia ese saber olvidado y que tiene un valor que le habla al mundo”, afirma.

Para Guerra, es un momento fundamental para que Colombia le dé la cara a la Amazonía. “En los próximos años el país va a tener que tomar decisiones sobre la Amazonía. En estos tiempos de locomotoras mineras necesitamos tener la consciencia de que para Colombia es más rentable conservarla que explotarla”.

El Abrazo de la serpiente narra la historia de un chamán y su encuentro con dos exploradores extranjeros que viajan al Amazonas, en diferentes épocas, buscando una planta con cualidades curativas y habla de las culturas ancestrales de la selva que han sido afectadas por varios factores, entre ellos la violencia y el llamado progreso. La película a blanco y negro fue grabada en los departamentos de Vaupés y Guainía, al oriente de Colombia.

La euforia no sólo se vivió en el salón de los estudios de Caracol donde Guerra y el equipo de producción desayunó esperando la noticia. Periodistas, celebridades y políticos colombianos se volcaron a las redes sociales para expresar sus felicitaciones.

Hasta el presidente Santos tuiteó felicitando a Guerra e invitó a los colombianos a ver la película:

“Lo más difícil de hacer El Abrazo de la serpiente fue conseguir los recursos. Muy poquitas personas creyeron en esta producción”, recuerda el director de 34 años nacido en el departamento de Cesar, al norte de Colombia.

“El apoyo más significativo que necesitamos ahora es del público”, afirma Guerra.

El Abrazo de la serpiente compite en la categoría a mejor cinta extranjera la danesa A War de Tobias Lindholm, Son of Saul de László Nemes (para muchos críticos la favorita) de Hungría, la francesa Mustang de Deniz Gamze y Theeb de Naji Abu Nowar de Jordania.

Y aunque la producción ha sido muy premiada en el exterior –recibió el galardón a mejor película internacional en el Festival de Cine de Munich y el Art Cinema Award en Cannes, entre otros– y es la película colombiana más galardonada de la historia, la taquilla en Colombia no la recibió igualmente bien: a final de 2015 solo una 107.000 personas habían ido a verla.

“La gente no se entera de que las películas colombianas existen o están en cartelera. También necesitamos que los distribuidores se pongan la camiseta porque ellos hacen parte vital de nuestro cine”.

Guerra también es conocido por haber escrito y dirigido la película Los viajes del viento, una cinta grabada en varias locaciones en el norte de Colombia y también hablada parcialmente en lenguas indígenas.

“Colombia está llena de historias desconocidas, que no se han contado, lo difícil es centrarse en una. Para mí la verdadera Colombia es la oculta, la que he tratado de retratar en las películas en las que he trabajado, esa Colombia de la que no se habla es la que guarda la esencia”, dijo en conversación con CNN en Español.

“Me gustaría seguir trabajando en Colombia, se han abierto propuestas para hacer cine internacional, tal vez sea bueno conocer un poco más otras industrias, pero por el momento mi corazón y las historias que quiero contar están en Colombia”.

Con respecto a las posibilidades que tiene la película de llevarse el codiciado premio, Guerra dice que todo lo que venga de aquí en adelante será añadidura.

“Nos sentimos ganadores desde que la película estuvo hecha porque durante mucho tiempo pareció imposible de hacer”.