Lebron James ha perdido protagonismo en la NBA, especialmente ante Stephen Curry (izquierda), el jugador más importante desde la temporada pasada

Tal vez nadie en el mundo está menos familiarizado con el fenómeno común conocido como el efecto foco de atención, el cual se da cuando erróneamente creemos que las personas nos prestan más atención que lo que en realidad nos prestan.

Las personas siempre le ha prestado atención a LeBron.

Desde el fenómeno de la preparatoria hasta un ícono mundial –ya sea como campeón, tontorrón o el rey de la fiesta de graduación–, las personas han sido sus testigos durante mucho tiempo.

Sin embargo, esta temporada ha sido un poco diferente.

Y la derrota de James y los Cavaliers de Cleveland en Ohio el lunes frente a Stephen Curry y los Golden State Warriors, 132-98, mostró una perspectiva aún más clara del panorama actual de la NBA.

James es más irrelevante que nunca.

Por supuesto, mientras pasan los años, él únicamente se hace más famoso. Él incluso está reafirmando su cartera de entretenimiento con la serie de telerrealidad de CNBC llamada Cleveland Hustler a fin de ayudar a los empresarios a impulsar la economía local tras su anunciado debut en la pantalla grande en la película ‘Y de repente tú’. Su resplandor basquetbolístico permanece.

Pero la sensación de su completo dominio en el deporte ha desaparecido.

Parte de esto es que James ha alcanzado el punto en su carrera en donde tomamos su grandeza como un hecho.  No es que sea adecuado, pero Kevin Durant está de vuelta y Anthony Davis está preparado para esta época de seguimiento de estadísticas. Más allá de eso, ver a Kawhi Leonard o a Jimmy Butler, o incluso a Curry con noches de avance, destaca más que la mezcla única de poder y pases de James que nos cautivó cuando era la estrella en ascenso, pero nos ha insensibilizado luego de más de 12 temporadas.

Mientras tanto, los Cavaliers no son emocionantes ni excelentes esta temporada. Los recorridos de James hacia las finales de la NBA han sido tan consistentes que se han convertido en los continuos días de la marmota… un desafío que lo hemos visto conquistar una y otra vez de todas formas.

Sin embargo, el hecho de que James lo conquiste una vez más o no en esta temporada apenas importa, frente a la remota posibilidad que tienen los Cavaliers de vencer a los campeones de la Conferencia Oeste al final. Esa es la innegable conclusión que incluso James estaba arrastrando el lunes después de la derrota… la peor derrota en casa en la carrera de James, según B/R Insights.

“Esta noche fue un ejemplo del lugar hasta el que tenemos que llegar para obtener un nivel de campeonato”, dijo James.

Y lo más paradójico de todo es que el corazón de James está en el lugar correcto. Más que nunca, él desea compartir su centro de atención con sus compañeros de equipo.

Pero ¿qué puede hacer él si ellos no lo merecen?

Él necesitará chicos que progresen muchísimo más para que él logre tener posibilidades reales de vencer a los Warriors, quienes ya manejaron a los Cavaliers en Navidad, en un partido marcado por el dominio que Draymond Green mostró sobre Kevin Love. Los Warriors simplemente son mejores que lo que demostraron la temporada pasada, mientras que los Cavaliers son el equipo que debe ser.

James admitió que hay tiempo para ganar el terreno necesario. Además, Kyrie Irving, con su rótula fracturada detrás de él, ciertamente debe mejorar más mientras se acercan los playoffs; después de la aplastante derrota, pronosticó: “Vamos a estar bien”.

Sin embargo, al ver a Love arruinar de manera tan repetitiva la defensa del equipo de Cleveland con rotaciones quemadas, una confusión masiva de ‘pick and roll’ y un sencillo y soso esfuerzo del lunes sugiere un problema que no tiene solución allí. Los Spurs subieron más allá de los Cavaliers el jueves pasado al aprovecharse también de la defensa de Love.

La mejoría en la comunicación de James con Love desde el verano simplemente no importa si James ha sobrevalorado el talento físico de Love y ha juzgado mal su fortaleza mental.

La amistad de James con J.R. Smith tampoco importa si Smith simplemente no es un compañero de equipo confiable.

Cuando los Cavaliers supuestamente tenían que estar hambrientos y en el punto de redimir su horrible primera mitad del lunes, Smith tuvo que ser llamado por David Blatt para que saliera del banquillo y se uniera a la primera reunión. Luego, Smith perdió la pelota fuera de los límites para la primera rotación del primer juego que Blatt elaboró.  Entonces Smith fue expulsado por su flagrante falta. (Y todo esto fue después de que él llegó tarde antes del juego).

“Tenemos algunos chicos sin experiencia que no han jugado suficientes partidos de baloncesto importantes en donde puedan contar con apoyo”, dijo James.

Es la verdad.

Pero lo impactante de esta dura realidad del lunes fue que los Warriors llevaban más de 34 puntos cuando Curry estaba en el suelo… y los Cavaliers iban 34 puntos abajo cuando James estaba en el suelo.

Incluso mientras que James no ha estado a la vanguardia de la escena de la NBA, se ha producido una expectativa de que su trabajo tras bambalinas transformaría a Irving y a Love en Dwayne Wade y Chris Bosh, y que Blatt evolucionaría de la manera en que lo hizo el inexperimentado Erik Spoelstra como el entrenador de James en Miami.

Tenía sentido lógico que todas las piezas montadas encajarían juntas en su segundo año en Cleveland, y expandirían ese centro de atención nuevamente para James.

Sin embargo, si eso no es posible, esto es lo que se vuelve probable:

James nunca vuelve al frente y al centro del escenario de la NBA.

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Hacerlo todo por sí mismo no es ni su estilo ni su fortaleza, y es seguro que James no quiere eso ahora, a los 31 años de edad, con una espalda frágil. Él buscó una situación en la que Irving, Love y un nuevo elenco de apoyo pudieran subir mientras él caía.

Por supuesto, su leyenda está asegurada, pero James necesita que esto funcione.

Detrás de Kobe Bryant que se retira (1.533.432 votos), Curry (1.206.467) poseía una enorme ventaja sobre James (830.345) en la tercera votación para el juego de estrellas.  Durant (774.782) no estaba lejos de James y, en realidad, tampoco Wade (736.732).

El cambio ya ha ocurrido.

Depende de James –o quizá de Irving y Love– que esto se invierta.

Kevin Ding es redactor sénior de la NBA para Bleacher Report. Síguelo en Twitter @KevinDing.

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