(CNN) – Jennifer Teege pensaba que conocía las duras verdades de su vida: que su madre alemana la había dejado con las monjas cuando apenas tenía 4 semanas de nacida y que su padre biológico era nigerino, lo que la convirtió en la única niña negra en su barrio en Munich.
Pero la verdad más dura la supo años después en Hamburgo cuando caminaba hacia la biblioteca central y empezó a ojear un libro rojo con una fotografía a blanco y negro de una mujer. El título del libro era “Tengo que amar a mi padre, ¿no?”.
Teege, que en ese entonces tenía 38 años, descubrió algo que la hizo sentir como que había quedado atrapada en una tormenta.
Se trataba de un sucio secreto familiar.
Leyó los nombres de las personas y los lugares que mencionaban en el libro y se dio cuenta que la mujer en la fotografía era su madre biológica.
Y el padre al que se hacía referencia en el título era Amon Goeth, el nazi sádico que fue el comandante del campo de concentración de Plaszow en Polonia. Muchos han llegado a saber del sangriento personaje a través de la película La Lista de Schindler, en la que fue interpretado por Ralph Fiennes.
Teege no sabe porque la atrajo el libro. Peo ese día supo que ella, una mujer alemana y negra que había ido a la universidad en Israel y que era amiga de los descendientes de los sobrevivientes del Holocausto y que tenía una carrera exitosa y una familia amorosa, era la nieta de un monstruo.
Fue un momento que partió su vida en dos. Había un “antes”, cuando ella no sabía nada del pasado siniestro de su familia, y un “después”, cuando fue forzada a vivir con esa verdad.
En la biblioteca, Teege se puso fría al saber que tenía una conexión sanguínea con un hombre responsable de la muerte de 8.000 judíos. Revisó el libro de su madre, se sentó en una banca afuera y llamó a su esposo para que fuera a recogerla.
Teege había luchado contra una depresión toda su vida y se había preguntado qué había detrás de su tristeza. De hecho, había ido a la biblioteca ese día para investigar sobre psicología.
“Siempre tuve ese sentimiento profundo de que algo andaba mal”, dijo ella, comparando esa situación a estar dentro de una casa con muchas puertas cerradas. “No sabía qué había detrás de eso”.
Se miró al espejo, vio la barbilla de Amon Goeth e identificó las mismas líneas entre la nariz y la boca y pensó: “¿Tengo algo de él en mí?”.
Después de que pasara la sorpresa inicial, inició una búsqueda para saberlo todo. Eventualmente escribió un libro de su historia llamado “Mi abuelo pudo haberme disparado: una mujer blanca descubre el pasado nazi de su familia”.
Teege cree que su abuelo podría haberla matado sin dudarlo. Después de todo, ella está lejos del ideal ario promulgado por Goeth, quien según relata el libro, fue a la horca diciendo “Heil Hitler”.
“Esta es una historia que no puedes llevarte a la tumba. Es excepcional”, dijo Teege en un evento reciente en la Universidad de Emory de Atlanta, donde habló sobre su identidad y su viaje para reconciliarse con ella.
Renunció a su trabajo en publicidad e hizo de su historia personal su medio para vivir. Da conferencias en las que cuenta cómo pasó de tener miedo y culpa a aceptar su historia. Ella sabe que es una persona muy diferente a su abuelo.
“Hoy no le tengo miedo”, dice. “Somos dos personas muy diferentes”.
Además habla sobre cómo durante mucho tiempo antes de su descubrimiento no creía en el destino, sólo en la casualidad. Pero ahora piensa diferente. Cree en las decisiones que tomó que las llevaron a Israel y la pusieron frente al libro de su madre. Teege cree que hizo ese viaje por una razón.
“Algunas cosas en la vida están predeterminadas”, agrega.