Un niño sirio carga sus pertenencias al llegar como refugiado a la frontera con Turquía el 6 de febrero de 2016.

(CNNI) – Muy cerca de suelo turco, miles de refugiados sirios que huyen del aumento de la violencia se han reunido en la frontera con su país vecino.

Pueden ver a la bandera turca que ondea a la distancia… la seguridad que tanto anhelan se encuentra dolorosamente cerca, pero está fuera de su alcance.

Largas filas de tiendas de campaña proporcionan cierto resguardo del clima, pero no hay nada que pueda proteger a los refugiados de la brutal guerra que destruye a su país.

Las autoridades turcas siguen insistiendo en que tienen una política de puertas abiertas, pero definitivamente, ese no parece ser el caso.

Las autoridades dijeron que los refugiados están siendo abastecidos por el lado sirio. Ellos no ven la necesidad de permitirles que crucen al interior de Turquía.

Un residente, Saleh, dijo que los refugiados no llegaron hasta aquí para quedarse en la frontera.

“No vinimos aquí para levantar carpas. No necesitamos comida o agua”, dijo. “Queremos pasar al otro lado y que nos den seguridad para nuestros hijos”.

Una niña siria duerme mientras su familia huye de la sitiada ciudad de Alepo hacia la frontera con Turquía, el 6 de febrero de 2016.

‘Pensamos que sería mejor’

Es un viaje peligroso el que llevó a Saleh y a su familia a la frontera turca.

“Tengo cinco hijos; mi hermano tiene seis. Son 11 niños y hemos caminado con ellos por 10 km en la noche. Cada vez que lloraban, teníamos que callarlos. Nos disparaban, por lo que teníamos que ocultarnos en las arboledas de olivos”, dijo.

“Llegamos al campo. Pensamos que sería mejor, pero luego nos encontramos bajo los bombardeos rusos”.

Como muchos de los otros, Saleh ya ha sido desplazado varias veces por la incesante violencia en Siria.

Quienes más recientemente han llegado a la frontera turca son las personas que mantuvieron la esperanza, y no quisieron tomar la decisión imposible de dejar atrás todo lo que tienen en la vida.

Pero en los últimos días, decenas de miles de sirios han huido del área alrededor de la ciudad de Alepo —a 100 km al sur de la frontera con Turquía— a medida que la lucha se intensifica.

Mohammed, otro refugiado, dijo que él se vio atrapado en medio: entre los militantes de ISIS y los ataques aéreos.

“ISIS nos tuvo rodeados por tres flancos y después los rusos nos bombardearon. Intentamos ir por direcciones distintas y finalmente llegamos aquí”, dijo.

“Mi pueblo se ha convertido en un pueblo fantasma. Llegamos aquí y la puerta está cerrada”, dijo Mohammed. “Solo queremos que Turquía abra sus puertas. Estábamos rodeados, no tenemos a dónde ir y no tenemos nada, ni agua ni energía, ¿cómo podemos vivir así?”

Ataques rusos

Los ataques aéreos rusos han azotado el área alrededor de Alepo para dar cobertura a las fuerzas que respaldan al presidente sirio Bachar al-Asad, a medida que controlan territorio rebelde.

La semana pasada, las fuerzas de Asad cortaron el camino principal desde la ciudad hasta Turquía, lo que redujo las líneas de abastecimiento para los rebeldes y las ONG. Los comandantes rebeldes advierten que solo podrán resistir en Alepo durante unos cuantos meses.

A pesar de la presencia de refugiados cerca de la frontera, Turquía ha permitido el ingreso de los sirios que necesiten atención médica.

En el hospital Kilis se encontraba Sadayyem Hajjar, un combatiente rebelde que resultó herido hace algunos meses, quien regresó a Turquía hace cinco días para someterse a una cirugía.

Hajjar dijo que la escala de los ataques rusos en los alrededores de Alepo no tiene precedentes, y los bombarderos descienden a la ciudad de cuatro en cuatro.

Miles han sido desplazados

La Organización de las Naciones Unidas calculó el viernes que 40.000 personas ya habían sido desplazadas por los enfrentamientos en Alepo. Se teme por otros 30.000 civiles en la región oriental de la ciudad, controlada por los rebeldes.

“Ahora 10.000 nuevos refugiados están esperando frente a la puerta de Kilis debido a los bombardeos aéreos y ataques contra Alepo”, dijo el primer ministro turco Ahmet Davutoglu el jueves en Londres.

“Mi mente no está en Londres en estos momentos, sino en nuestra frontera… ¿cómo reubicamos a estas personas que vienen de Siria? Trescientas mil personas que viven en Alepo ya están listas para avanzar hacia Turquía”.

Turquía ha dicho que no va a abandonar a los necesitados, pero debido a que son 2,5 millones de refugiados sirios los que se están alojando ahí, el país dijo que está a punto de llegar a su capacidad máxima.

Con eso, el campo de refugiados al otro lado de Kilis parece estar tomando un aire más permanente.

Quienes han huido de las escenas sangrientas de Siria claman por misericordia, pero para la mayoría, la bandera turca y todo lo que esta representa sigue estando fuera de su alcance