(CNN) – Imagina esta pantalla dividida: por un lado está Donald Trump, repitiendo su promesa de campaña de construir un gran muro entre Estados Unidos y México. Por el otro está el papa Francisco, arrodillado para orar por los miles de inmigrantes indocumentados que murieron en un intento por cruzar la frontera.
Cuando el papa visite México del 12 al 17 de febrero, no se espera que él discuta con Trump o critique directamente la política de inmigración de Estados Unidos. Los asesores del Papa dijeron que Francisco quiere evitar que crean que va a intervenir en las elecciones presidenciales.
Eso no ha impedido que Trump haga comentarios dirigidos al papa.
“Creo que el papa es una persona muy política. Pienso que él no entiende los problemas de nuestro país”, dijo Trump en una entrevista el jueves en Fox Business. No creo que él entienda el peligro de la frontera abierta que tenemos con México”.
¿Le responderá Francisco? Probablemente no. Sin embargo, los líderes católicos dicen que el pontífice enviará un mensaje inequívoco cuando viaje a la frontera en Juárez, México, el próximo miércoles.
“Él hará un llamado a que veamos con compasión a un grupo de personas que ha sufrido terriblemente”, dijo el obispo Mark Seitz de El Paso, Texas, una ciudad que se encuentra al otro lado del río Grande de Juárez. “Y quizá eso dará lugar a que las personas busquen soluciones distintas a las que ahora se están proponiendo”.
Francisco ya se ha pronunciado contra las fronteras internacionales impenetrables, al llamarlas “monumentos de exclusión” e incluso una “forma de suicidio” que encierra a los países en sí mismos. Él también ha instado a Estados Unidos y a México a que protejan a los migrantes de América Central, particularmente a los niños, que buscan escapar de la pobreza y la violencia.
Sin embargo, no está claro si los católicos estadounidenses le están prestando atención al mensaje del papa.
Una ligera mayoría (54%) de católicos en Estados Unidos dicen estar de acuerdo con Francisco en temas de inmigración, según una encuesta realizada por el Instituto de Investigación Pública de Religión.
Pero esa misma ligera mayoría (de nuevo el 54%) también dijo que Trump, cuyo tema característico es reforzar la frontera entre Estados Unidos y México, sería un buen presidente, según una nueva encuesta de Pew.
En otra extraña simetría estadística, exactamente el mismo porcentaje de estadounidenses (5%) identificó al empresario multimillonario y a Francisco, famoso por mantenerse libre de escándalos, como el hombre a quien más admiraban en 2015, según Gallup.
Sin embargo, las políticas de la inmigración en Estados Unidos van mucho más allá de las campañas presidenciales.
El viaje del papa a México se produce semanas después de que la Corte Suprema —seis de sus jueces son católicos— acordara escuchar una recusación al plan del presidente Obama para proteger a millones de inmigrantes indocumentados de la deportación. Y justo el mes pasado, el Departamento de Justicia anunció sus planes para repatriar a algunas de las 313.000 personas que cruzaron la frontera de manera ilegal el año pasado.
“No creo que el viaje del Santo Padre a Juárez sea político”, dijo el reverendo Timothy Kesicki, presidente de la Conferencia Jesuita, con sede en Estados Unidos. “Pero, ¿cómo podría no tener matices políticos? Va a llamar mucho la atención sobre la inmigración en una época en la que estamos teniendo debates al respecto”.
Aun así, sería un error considerar la visita del papa a México únicamente a través de un lente estadounidense o político, dijo Kesicki y otros católicos. México es un país grande y complicado con problemas que van mucho más allá de la inmigración y de “El Norte”.
Por su parte, Francisco le dijo a los niños mexicanos que van a la escuela que él no llegará a su país como un “rey mago” con mensajes, ideas y soluciones.
“Iré a recibir lo mejor de ustedes, y a rezar para que los problemas de violencia, corrupción y todo lo que sé que está sucediendo pueda resolverse”.
Estos son algunos de los temas importantes que se espera que el papa aborde en sus cinco días en México.
¿Desde Rusia con amor?
De camino a México, Francisco se detendrá en Cuba durante varias horas, donde participará en una reunión histórica con el líder de la Iglesia ortodoxa rusa, el patriarca Kirill.
Esta será la primera vez que un papa y un patriarca ruso se reúnen, y será un paso importante hacia la reconstrucción de las relaciones entre los católicos y los cristianos ortodoxos, quienes se separaron en 1054 luego del Gran Cisma. (También llamado Cisma de Oriente y Occidente; la lucha principalmente giraba en torno a la teología y a la primacía del papa. Al final, el papa y el patriarca se excomulgaron el uno al otro).
Se espera que Francisco y Kirilli pasen unas horas juntos en el Aeropuerto Internacional José Martí en Cuba antes de firmar una declaración conjunta. Los asesores del Vaticano dicen que el documento probablemente prometerá trabajar juntos para proteger a los cristianos perseguidos en África y Oriente Medio.
Este es un acertado primer paso hacia forjar lazos más estrechos, ya que evita las diferencias doctrinales que los conservadores de ambos lados están cansados de moderar.
Un monopolio mexicano
A pesar de décadas de represión al estilo soviético en el siglo XX, el catolicismo sobrevivió e incluso prosperó en México. Ahora cuenta con 122 millones de católicos, y se encuentra detrás únicamente de Brasil en cuanto a la cantidad.
Aunque paradójicamente, cuando el Partido Revolucionario Institucional que estuvo en el poder durante mucho tiempo levantó algunas restricciones sobre el catolicismo, la iglesia perdió parte de su monopolio religioso. Si bien el 90% de los mexicanos fueron criados como católicos, según un informe de Pew de 2014, el 81% actualmente se identifica como tal, lo que representa una disminución pequeña pero significativa.
Francisco tomará algunas medidas para contener la hemorragia, al visitar Chiapas, por ejemplo, donde han florecido iglesias protestantes. Ahí, el 15 de febrero, se espera que el papa emita un decreto que les permite a los pueblos indígenas celebrar misas en su idioma local. Él también podría dar una disculpa por los males históricos cometidos en nombre de la iglesia, como lo hizo durante un viaje a Bolivia el año pasado.
Algunos católicos dicen que el papa también podría emitir una disculpa por el abuso sexual cometido por Marcial Maciel Degollado, el deshonrado fundador de la Legión de Cristo que fue acusado de abusar sexualmente de las seminaristas y de procrear varios hijos. Degollado, quien murió en 2008, fue una figura poderosa en la iglesia mexicana durante décadas.
“Esta será la primera vez que un papa ha estado en México desde que dicho asunto salió a luz”, dijo Kesicki. “Ese es otro punto delicado que creo que él podría tener que abordar”.
Y mientras cada noche se queda en la ciudad de México, el “papa de las periferias” viajará en helicóptero a varias ciudades que nunca han visto a un pontífice en persona, ni siquiera durante los cinco viajes de san Juan Pablo II a México.
Al seguir el paso de muchos migrantes, Francisco viajará de Chiapas en el extremo sur, donde hasta 150.000 mexicanos entran a México cada año, hasta Juárez al norte, donde muchos esperan ingresar a Estados Unidos.
“Esos dos son sitios muy delicados”, dijo el obispo Daniel Flores de Brownsville, Texas, quien es uno de los dos obispos estadounidenses que será parte del séquito papal en México.
“Él quiere que estemos conscientes de que esas son heridas humanas y que no podemos ser indiferentes ante ellas”.
¿Excomulgar a los cárteles?
En 2014, Francisco viajó al corazón de la mafia en el sur de Italia y le dijo a los gánsteres que, debido a sus “caminos del mal”, son “excomulgados de la iglesia”. Esta fue la primera vez que un papa ha sacado a la mafia del rebaño, y estableció a Francisco como un hombre que no tiene temor de desafiar a los líderes de bandas criminales.
Muchos católicos esperan que el papa dé un mensaje similar la próxima semana en México, particularmente en Morelia, Michoacán, un estado saqueado por cárteles que a menudo adoptan los adornos de la religión para santificar su violencia. El principal cártel de Michoacán, por ejemplo, se hace llamar los Caballeros Templarios, lo que imita el nombre de una orden católica durante las Cruzadas medievales.
“Él no tiene miedo de decir lo que cree que las personas necesitan oír”, dijo Flores, el obispo de Brownsville. “Puede decir cosas que algunos de nuestros políticos no pueden, o no quieren, decir”.
Francisco podría atenuar sus críticas con un poco de amor duro. Cuando anunció su “Año de la misericordia” en abril del año pasado, dijo que la gracia de Dios está abierta incluso para los mafiosos.
“Dirijo esta invitación a la conversión de manera incluso más ferviente a aquellos cuyo comportamiento los aparta de la gracia de Dios”, dijo el papa.
“En particular pienso en los hombres y mujeres que pertenecen a organizaciones criminales de cualquier tipo. Por su propio bien, les suplico que cambien sus vidas”.
La ‘isla Ellis’ de México
Ya sea al detenerse para hacer una oración improvisada en la barrera que separa a Belén de Jerusalén, o al celebrar misa en un altar hecho de barcos de migrantes, Francisco ha mostrado una inclinación hacia los solemnes gestos geopolíticos.
El punto, dice a menudo, es llevar a la acción a un mundo a menudo indiferente respecto a la lucha de los pobres y los marginados.
En México, el papa de nuevo visitará “lugares de dolor”, como los llama, entre ellos un hospital infantil en la ciudad capital y una famosa prisión en Juárez, una ciudad que una vez fue conocida como la “capital de los asesinatos del mundo”.
Sin embargo, el momento que muchos católicos esperan con más ansias vendrá cuando el papa se acerque a la frontera entre México y Estados Unidos en Juárez.
Los asesores papales dicen que barreras logísticas y de seguridad impedirán que el papa traslade un argumento político al cruzar la frontera. Pero se acercará lo más que pueda, a solo 45 metros de El Paso. Al otro lado del río y a través de las cercas, un grupo de “personas VIP de Francisco”, entre ellas inmigrantes indocumentados que buscan asilo en Estados Unidos, esperan la bendición del papa.
“Estas son las personas que el papa ha venido a ver para rezar por ellas”, dijo Seitz, el obispo de El Paso que organizó el evento.
Se espera que Francisco haga una oración en la cerca de la frontera y coloque flores en memoria de los más de 6.000 migrantes que fueron hallados muertos por el lado de Estados Unidos de la frontera entre 1998 y 2013, según cálculos de la oficina de Control Fronterizo de Estados Unidos.
“Todos en la región fronteriza verán el simbolismo de este momento”, dijo Joe Boland, vicepresidente de misiones en Catholic Extension, una organización benéfica con un largo historial en el área. “Será como si el papa llegara a la isla de Ellis”.
Más adelante el 17 de febrero, el papa oficiará una importante misa no muy lejos de la frontera, donde migrantes y víctimas de la violencia por las drogas serán parte de las 20.000 personas que recibirán la Santa Comunión.
Al otro lado del río Grande, la diócesis de El Paso recibirá a los peregrinos de sitios tan lejanos como Brooklyn y Miami, quienes verán una transmisión en vivo de la misa papal en el Sun Bowl Stadium.
“Queremos demostrarle al Santo Padre que nuestras dos naciones, y nuestras dos naciones hermanas, representan ‘Dos naciones y una fe’”, dijo Seitz.
Zika
Aunque la Organización Mundial de la Salud ha declarado que el virus del zika es una emergencia de salud pública, no es probable que el papa aborde el peligroso virus en México, aunque ahí se ha reportado la presencia de mosquitos infectados.
Sin embargo, ahora que varios países suramericanos le han aconsejado a las mujeres que eviten quedar embarazadas a fin de prevenir posibles malformaciones congénitas que podrían ser el resultado del zika, los católicos están en un complicado punto teológico.
La iglesia aconseja en contra de la mayoría de formas de métodos anticonceptivos, y aunque las encuestas demuestran que muchos católicos suramericanos ignoran tales enseñanzas, el papa probablemente se mostrará cauteloso de no pronunciarse antes de que se conozcan todos los datos sobre el zika.
Si Francisco aborda el tema del virus y la posición de la iglesia sobre los métodos anticonceptivos, probablemente será durante la conferencia de prensa posterior al viaje en el vuelo de México a Roma. Y, como los reporteros lo saben, cuando este papa se acerca a un micrófono, a menudo genera noticias importantes.