Sigue toda la información de la visita del papa Francisco a México en nuestro especial
(CNN Español) – Antes de las 9 de la mañana, el papa Francisco se empezó abrir paso en el papamóvil por las calles de la Ciudad de México.
Y de nuevo, como ocurrió en las visitas del fallecido Juan Pablo II, la algarabía y la fe se desbordaron en la capital mexicana.
El convoy papal llevaba a Francisco a la recepción oficial que le ofreció este sábado el presidente Enrique Peña Nieto, en el Palacio Nacional, en Zócalo, el corazón, la médula de la Ciudad de México.
Fieles y peregrinos empezaron a reunirse desde las 2 de la mañana en calles y avenidas de la capital para ver a Francisco.
La caravana del séquito llegó en punto de las 9.30 am al Palacio Nacional, sede de la presidencia de México, donde fue recibido por Peña Nieto y su esposa, la primera dama del país, Angélica Rivera.
Después, los jefes de Estado encabezaron un ceremonia protocolar en la que se escucharon los himnos de México y el Vaticano. El mandatario mexicano presentó a su comitiva; el papa hizo lo mismo.
Después recorrieron salones, pasillos y escaleras del Palacio Nacional. El presidente Peña Nieto le mostró los murales de Diego Rivera; Francisco escuchó con atención la explicación del mandatario.
EPN: México quiere al papa por su sencillez
En su discurso, el presidente de México aseguró que el país quiere a Francisco por su bondad y su calidez.
“México quiere al papa Francisco por su sencillez, por su bondad, por su calidez”, subrayó Peña Nieto.
Además de fe, el mandatario habló de desigualdad, consumismo, inmigración e intolerancia, entre otras cosas.
El rostro joven de México
Fue la primera vez que un papa entraba a Palacio Nacional.
Francisco dijo que México tiene rostro joven.
Profundas reflexiones con obispos
Tras el encuentro con autoridades, miembros de la sociedad civil y del cuerpo diplomático mexicanos, Francisco subió una vez más al papamóvil. Salió de Palacio Nacional - al que había entrado por primera vez un papa - y se enfiló a la Catedral Metropolitana.
El vehículo avanzó los pocos metros que separan la sede de la Presidencia de México y la sede de la Arquidiócesis de México.
Dentro de la Catedral lo esperaban los obispos mexicanos.
Ante la curia del país, el obispo de Roma conminó a los jerarcas de la iglesia Católica mexicana a que sean obispos de mirada limpia y alma transparente.
Fue un mensaje largo, de casi 50 minutos, en el que incluso el pontífice tuvo que pedir agua a sus asistentes porque se le secaba la boca.
A sus hermanos en la iglesia mexicana, les pidió trabajo y cercanía con los fieles, comunión y unidad entre ellos, gentileza hacia los indígenas y honestidad.
La espera en la Basílica de Guadalupe
Mientras, en las calles del norte de la ciudad, numerosas personas llegaron desde horas tempranas a la Basílica de Guadalupe, para asistir a la misa que oficiará el pontífice. Un evento para el cual se ha desplegado un importante operativo de seguridad a cargo del Estado Mayor Presidencial.
El papa llegó la noche del viernes a la Ciudad de México, donde tuvo un caluroso recibimiento en el aeropuerto y en las calles de la capital mexicana.