A mediados de noviembre el actor Charlie Sheen reveló que es portador del VIH.

(CNN) – Es llamado el “efecto celebridad”… la habilidad que posee una personalidad conocida para hacer conciencia sobre una enfermedad o alguna preocupación de salud pública.

Cuando a Katie Couric le realizaron una colonoscopía en directo por televisión en el 2000, las pruebas para este tipo de cáncer y la conciencia sobre el mismo aumentaron. La decisión de Angelina Jolie en 2013 de extirparse ambos senos provocó que la cantidad de exámenes de detección aumentaran a más del doble entre las mujeres con un alto riesgo de padecer cáncer de mama.

Y ahora aquí está el “efecto Charlie Sheen”. Cuando Sheen anunció en noviembre que había estado escondiendo su estatus de VIH positivo durante años, la cobertura de los medios de comunicación y el interés público en la estrella y el tema del VIH explotó. Un estudio publicado el lunes en la revista JAMA Internal Medicine muestra justo la magnitud de la misma.

Los investigadores de la facultad de Salud Pública de la Universidad Estatal de San Diego realizaron un análisis de medios de comunicación y de búsquedas en Internet después del anuncio que hizo Sheen el 17 de noviembre. Ellos descubrieron que la cobertura de los medios de comunicación sobre el tema del VIH el día en que Sheen dio a conocer su condición, estuvieron por encima del 1% en comparación con los últimos siete años. Esto siguió luego de años de declive en la cobertura mediática del VIH… desde 67 historias por cada 1.000 en 2004 hasta 12 historias por cada 1.000 en 2015.

El estudio decía que el anuncio del actor también estaba conectado con la mayoría de las búsquedas de Google sobre el VIH que jamás se haya registrado en Estados Unidos. Mediante el uso de un algoritmo experimental para extraer datos desde el día en que Sheen habló hasta el 8 de diciembre, los investigadores encontraron que 2,75 millones de búsquedas más de lo esperado contenían la palabra VIH. Talvez lo más impresionante es que los investigadores dijeron que 1,25 millones de esas búsquedas “estaban directamente relacionadas con los resultados de salud pública, ya que incluían términos de búsqueda de condones, síntomas del VIH o la prueba del VIH”.

“Eso es una gran noticia”, dijo Morrigan Phillips, directora del programa de Boston Living Center de los Victory Programs, uno de los 17 programas de salud y vivienda que sirven a la población con VIH, adicciones y sin vivienda en el área de Boston. “Las personas son curiosas, con suerte han encontrado su camino hacia fuentes útiles y exactas de información tales como los Centros para el Control (y Prevención) de Enfermedades”.

“El día en que Sheen divulgó su situación fue el evento más abrupto del VIH en nuestra existencia”, dijo JD Davids, jefe de redacción de TheBody.com, un sitio para crear conciencia del VIH/SIDA fundado hace 25 años. “Fue el día en que tuvimos más tráfico durante nuestra historia, hasta el día de hoy. El día en que usualmente tenemos más tráfico es el Día Mundial del SIDA, y tanto el día en que Sheen reveló su situación como los dos días siguientes excedieron de manera drástica ese nivel de actividad”.

“El impresionante volumen de búsquedas muestra cuánto interés existe, pero también es una señal de alarma”, dijo Carl Sciortino, director ejecutivo del Comité de Acción del SIDA de Massachusetts. “Existe una falta de información o de conciencia general”.

“Lo vemos todos los días en el Comité de Acción SIDA cuando le hablamos a los jóvenes que nunca han recibido la educación sexual básica. Y lo vemos todos los días cuando alguien recién diagnosticado entra caminando por nuestra puerta y se encuentra en una situación de pánico porque no saben nada acerca del VIH”.

¿Sheen como modelo a seguir?

Dos meses después de que Sheen saliera del “clóset del VIH”, él le dijo al Dr. Mehmet Oz que había dejado de tomar los medicamentos contra el VIH que habían reducido el virus a “niveles imperceptibles” en su sangre. En su lugar, él estaba trabajando con un médico en México, que no está certificado en Estados Unidos, quien afirma que está desarrollando una cura para el VIH.

Sheen luego cambió de opinión cuando su representante le dijo a la revista People que el actor nuevamente estaba tomando sus medicamentos para el VIH luego de que sus niveles de carga viral volvieron a subir.

Tales cambios en el tratamiento pueden poner aún más presión sobre las organizaciones comunitarias a fin de que proporcionen servicios de prevención documentadas, pero Sciortino dijo que él ve el lado bueno.

“El VIH se desarrolla en lugares oscuros, en silencio”, dijo. “Cada año que pasa tenemos una nueva generación que no recuerda los días más oscuros. La visibilidad, la conversación, la atención de la prensa, todo esto es bueno para crear conciencia, incluso las historias sobre un actor que causa reacciones opuestas”.

“Es el efecto Sheen, no importa quién es ni lo que él cree o lo que hace”, dijo Davids, y añadió que la revelación de Sheen muestra “que incluso las personas ricas y conocidas están sujetos al aterrador estigma del VIH”.

“Nadie recomendaría a este tipo como un embajador de las relaciones feministas, igualitarias. Una vez dicho esto, él puede asumir por completo un papel de liderazgo vital al proporcionar información precisa sobre el VIH que puede salvar vidas y en defensa de las políticas que pueden acabar con la epidemia a lo largo de toda nuestra vida”.

Lo bueno y lo malo del ‘efecto celebridad’

El papel de las celebridades en atraer la atención a las enfermedades poco discutidas puede ser enorme. Michael J. Fox le puso un rostro humano a la enfermedad de Parkinson y recaudó millones para buscar una cura.

Lance Armstrong hizo que fuera bueno hablar sobre el cáncer testicular y acerca de la necesidad de que los jóvenes se realizaran exámenes para detectarlo. Montel Williams con frecuencia habló de su batalla personal con la esclerosis múltiple en su programa de entrevistas.

Además, mientras que los medios sociales merecen el verdadero crédito por el éxito del Desafío del balde de agua fría a favor del ELA, la participación generalizada de las celebridades jugaron un papel clave en la recaudación de los 115 millones de dólares en donaciones.

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Pero aunque Couric, Fox y Williams parecen haber mejorado la sensibilización del público acerca de las enfermedades devastadoras, algunas celebridades han enviado mensajes que van en contra de la corriente dominante del consejo médico.

Michael Parkinson, un locutor británico diagnosticado con cáncer de próstata, le dijo al público cómo los hombres podrían determinar si ellos también tenían la enfermedad. “La prueba es que si puedes orinar contra una pared a una distancia de 0,60 metros, no lo tienes”, dijo Parkinson. La comunidad médica rápidamente refutó su afirmación.

En Estados Unidos, la actriz Suzanne Somers promueve la terapia de la enzima proteolítica para el cáncer de páncreas y las hormonas bioidénticas para revertir el envejecimiento, a pesar de las pocas pruebas científicas para cualquiera de esos dos tratamientos.

Y luego están las muchas celebridades que han hablado públicamente en contra de la vacunación infantil. Alicia Silverstone expresó sus puntos de vista en contra de las vacunas en su libro de 2014 “The Kind Mama” (la mamá amable). En 2012, y nuevamente en 2015, Donald Trump vinculó las vacunas con el autismo, algo que la ciencia médica ha refutado una y otra vez Los candidatos Ron Paul y Ben Carson hicieron lo mismo.

Mucho antes de eso, Jenny McCarthy se convirtió en el rostro del movimiento anti-vacunación, a lo que ella le atribuyó el autismo de su hijo durante años. En un artículo de The Huffington Post en 2009, la antigua pareja de McCarthy, el actor Jim Carrey, dijo: “En esta crisis cada vez mayor, no podemos darnos el lujo de pregonar ciegamente la agenda de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades, la Academia Estadounidense de Pediatría o los fabricantes de vacunas”.

El ‘efecto Angelina’

A lo largo de los años, los investigadores han estado estudiando el efecto celebridad para ayudar a las organizaciones a maximizar los beneficios para la salud pública y reducir los que es potencialmente negativo.

Un caso que se ha estudiado a profundidad es el de la decisión de Jolie en el 2013 de someterse a una doble mastectomía porque ella heredó el gen BRCA1, el cual la colocaba en alto riesgo de contraer cáncer de mama y de ovarios. Un estudio británico encontró que las referencias para pruebas genéticas entre las mujeres inglesas de alto riesgo aumentaron en un 2,5% durante los dos meses posteriores a su anuncio, un efecto dominó que duró otros tres meses más antes de que comenzara a desvanecerse. Los mismos investigadores continuaron analizando los números a lo largo de 2014 y en 2015, y descubrieron que las mujeres todavía mencionan el “efecto Angelina” como la razón de sus visitas al médico y sus preguntas acerca del riesgo potencial.

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Los investigadores dijeron que su acción no solamente envió a más mujeres inglesas con sus médicos, sino que 2,5% más mujeres eligieron someterse a una mastectomía bilateral para reducir riesgos.

En Estados Unidos, los investigadores descubrieron que la revelación de Jolie tuvo un impacto similar en la conciencia pública y el uso de Internet al que tuvo Sheen, pues mostró un incremento masivo en el tráfico hacia los recursos en línea del Instituto Nacional del Cáncer.

Pero también hubo una desventaja. Los investigadores también descubrieron que mientras que tres de cada cuatro estadounidenses supieron acerca de lo que hizo Jolie, “menos del 10% de los encuestados contaba con la información necesaria para interpretar con precisión el riesgo de desarrollar cáncer de la señora Jolie en relación con una mujer que no se se ve afectada por la mutación del gen BRCA”, dijeron los autores. Ellos llegaron a la conclusión de que la conciencia pública en este caso “no estaba asociada con un mejor entendimiento”.

Un análisis en la revista médica BMJ concluyó: “El anuncio de Jolie puede haber catalizado a que una manada de mujeres buscaran hacerse la prueba, entre ellas muchas para quienes no es apropiado ni rentable”.

‘Podríamos salvar muchas vidas’

La conclusión, según los expertos: Si bien nadie discute el beneficio de los mensajes de celebridades bien diseñados y médicamente exactos, la comunidad médica necesita aumentar sus esfuerzos de comunicación para que los miembros del público puedan comprender mejor la información para mejorar su salud.

“En la era de los medios sociales y el ciclo de noticias de 24 horas, es fácil que las cosas se sensacionalizaron y luego se olviden”, dijo Phillips del Boston Living Center de Victory Programs. En el caso de Sheen y su impacto en la prevención del VIH, ella agregó que aún queda mucho por hacer.

“Esto no puede ser tan solo flor de un día”, dijo. “La prevención y el tratamiento del VIH es mayor que tan solo este momento”.

Sciortino añade: “el propio Charlie tiene una oportunidad real para hacer algo bueno. Todos nos beneficiaríamos si él trabajara con organizaciones de salud pública para averiguar cuál es el mensaje y la historia correcta que se debe comunicar”.

“Por ejemplo, la mayor parte del mundo todavía no sabe que ahora tenemos una pastilla al día que previene el VIH, como profilaxis pre-exposición (PrEP). Si Charlie contara esa historia por ahí, podríamos salvar muchas vidas”.