Seattle, Washington (CNN) - El Museo de Vuelo de Seattle completó exitosamente el último viaje del primer Boeing 727 de la historia.
La icónica aeronave voló desde Paine Field en Everett, Washington, en donde fue restaurado por 25 años con la esperanza de finalmente llevar al avión a unos 48 kilómetros al sur para ser exhibido en el museo.
Después de que se concediera un permiso especial por parte de la Administración Federal de Aviaciónc, una tripulación de vuelo de cuatro personas se puso el cinturón: el capitán Tim Powell, el copiloto Mike Scott, el ingeniero de vuelo Ralph Pascale y el gerente de restauración Bob Bogash.
El 727 retrocedió de su posición a las 10:30 a.m., el miércoles, para rendirle un homenaje ceremonial con cañones de agua del departamento de bomberos después de encender el motor.
La aeronave rugió de forma ensordecedora por la pista 16R para el deleite de la multitud.Uno de sus tres motores experimentó un evidente petardeo.
Aunque el Boeing 727 es considerado obsoleto en la actualidad, la tecnología utilizada para potenciar el último vuelo de este avión en particular no lo fue.
Las redes sociales estuvieron muy activas.
En Twitter, los seguidores usaron la etiqueta#727FinalFlight. (#Ultimovuelo727).
Los usuarios vieron los videos transmitidos en vivo del despegue y el aterrizaje por medio de Periscope y diferentes páginas web.
A medida que el trimotor volaba alto en el cielo por última vez, una estela de humo negro salía de sus tres motores Pratt & Whitney JT8D-7.
Durante todo el vuelo, el tren de aterrizaje se mantuvo desplegado.
En cuanto a las alas, los alerones fueron desplegados.
Como precaución, el 727 fue escoltado por dos aviones caza.
El avión aterrizó en el Boeing Field a las 11:07 a.m. Tiempo total: 17 minutos.
Antiguo avión de pruebas
La ruta no es nueva para esta aeronave.
Alguna vez fue un avión de pruebas de Boeing, terminando su primer vuelo en 1963.
Después del tiempo que la aeronave estuvo con Boeing en la campaña de certificación de pruebas de vuelo, el 727 fue entregado a United Airlines en 1964, donde pasó sus 27 años de vuelo como un avión de pasajeros.
En el curso de su carrera, registrado con la matrícula N7001U, el avión transportó alrededor de 3 millones de pasajeros y generó alrededor de 300 millones de dólares para United.
En 1991, United retiró el avión al volarlo desde San Francisco hasta el aeropuerto de Seattle/Tacoma.
Lo volvieron a pintar con los colores distintivos originales de United de 1960 y lo llevaron a Everett como una donación al Museo de Vuelo.
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Amplio esfuerzo de voluntariado
Este vuelo ha estado 25 años en proceso, ya que los voluntarios han invertido miles de horas, acompañadas de sangre, sudor y lágrimas durante el tiempo en que han restaurado este avión único de su tipo.
Ha sido el beneficiario de muchas donaciones de piezas por parte de FedEx y de aerolíneas en todo el mundo durante los últimos años cuando retiraron el icónico 727 de sus flotas.
El impulso final se produjo en mayo de 2004, cuando FedEx donó otro 727 que estaba destinado para retiro.
El 727 estará en exhibición temporal en el airpark del Museo de Vuelo durante el verano.
Luego, será ubicado dentro de un nuevo pabellón cubierto de aviación, el cual también incluirá al VC-137 Air Force One de la década de 1960, el primer Boeing 737-100, el primer 747-100, el tercer Boeing 787-8, un avión supersónico Concorde y muchos otros aviones históricos.
Brandon Farris y Royal Scott King escribieron para AirwaysNews.com con sede en Miami.