Nota del editor: Richard Quest es corresponsal de aviación de CNN y autor de “The Vanishing of Flight MH370” (La desaparición del vuelo MH370), un nuevo libro que examina la desaparición del vuelo, después de dos años. Las opiniones expresadas en este comentario son suyas.
(CNN) – Dos años después de que el MH370 desapareciera y que preguntas clave siguieran sin respuesta: ¿Dónde está el avión y qué ocurrió en la cabina del piloto en las primeras horas del 8 de marzo del 2014?
En medio de las teorías de conspiración, existen dos puntos de vista principales sobre lo que podría haber sucedido.
La primera sugiere que el capitán secuestró el avión y voló el mismo con las 238 personas a bordo para llevarlas a la muerte al estrellarse en el Océano Índico meridional.
El segundo punto de vista, y con el que estoy de acuerdo, es que hubo algún tipo de fallo mecánico.
Bajo ese escenario, los pilotos trataron de volver para estar a salvo en Malasia, pero no pudieron hacerlo y el avión continuó el vuelo; o que los pilotos son héroes, y sabiendo que estaban condenados a morir, establecieron un curso para evitar víctimas en tierra y murieron después de que el avión se estrellara.
La respuesta simple y breve en relación a cuál es la verdad: no lo sabemos. Cualquier persona que te diga que sí lo sabe, francamente, lo está inventando.
¿Piloto delincuente?
La teoría sobre el piloto posiblemente culpa al capitán Zaharie Shah, de 53 años de edad. No estoy de acuerdo por diversas razones.
Los suicidios de los pilotos son increíblemente poco comunes. Cuando esto sucede, es impactante y muy preocupante para el público que viaja. El más reciente, por supuesto, fue el horrible accidente del Germanwings 9525 en marzo del 2015, en el que el primer oficial, Andreas Lubitz cerró y dejó afuera al capitán de la cabina, luego restableció la altitud del piloto automático a 30 metros lo cual dio lugar a que el avión se estrellara en los Alpes franceses.
Ya sea premeditado (como la evidencia lo muestra en el caso del Germanwings) o en el calor del momento, la mente trastornada no pasa horas trazando cuidadosamente los planes de vuelo, descifrando cómo desconectar todas las herramientas de comunicación de la aeronave y luego volar rutas intrincadas alrededor de países al parecer para evitar los radares militares. No… ellos toman el control de la aeronave y estrellan el avión. El MH370 no se ajusta a este patrón. Y hasta ahora no puedo encontrar algún caso que pueda sugerir que encaja.
En los casos de suicidio del piloto, tendemos a averiguar las razones potenciales con relativa rapidez. En el caso del Germanwings, nos dimos cuenta casi de inmediato sobre los problemas psicológicos y médicos que sufría Lubitz. Había buscado médicos unas semanas antes del accidente, visitando a numerosos médicos generales y psicólogos. Había hecho pedazos notas de enfermo en su apartamento y había estado investigando sobre métodos de suicidio en línea y el mecanismo de bloqueo de la puerta de la cabina.
Evidencia insuficiente
En el caso del MH370, no tenemos una evidencia real. Ninguna en lo absoluto. Ha habido algunos rumores, un poco de chismorreo y algunos hechos circunstanciales, los cuales algunos desean que se combinen para crear un caso en contra de los pilotos.
No se nos olvide que el capitán Zaharie había sido piloto de aerolíneas malayas desde 1981. Él fue el capitán del 777 por más de 15 años. Él era excepcionalmente experimentado —un capitán de entrenamiento— a quien le habían asignado como pareja al oficial de 27 años de edad, Fariq Ab Hamid. Hamid estaba siendo transferido a la flota del 777 y este era uno de sus primeros vuelos en el 777, fuera del simulador en un avión de verdad. Hamid estaba comprometido para casarse con un piloto de otra aerolínea.
El informe de los hechos publicado en el primer aniversario de la desaparición del avión en realidad va mucho más allá a fin de descartar estas acusaciones. Dice: “La capacidad del capitán para manejar el estrés en el trabajo y en su casa era buena. No hubo cambios significativos en su estilo de vida ni conflictos interpersonales de tensiones familiares”.
No soy ingenuo y, obviamente, puedo ver que los malasios posiblemente querían poner la “mejor cara” para proteger la reputación de los pilotos de su país. Pero tenemos que tomar el informe por su valor nominal… es todo lo que tenemos en el expediente.
En ausencia de esa fuerte evidencia, surgieron las teorías alternativas, impulsadas por los rumores. Por ejemplo, el hecho de que el capitán dio vueltas alrededor de su hogar en la isla de Penang para darle “una última mirada”, o cómo el avión voló a diferentes altitudes y rutas para evitar el radar. Estas son muy buenas historias, pero no son verdaderas.
No dio vueltas alrededor de la isla de Penang y no hubo ningún cambio importante en la altitud… resultó que el radar de Malasia falló. Estas teorías fueron desmentidas por la Oficina de Seguridad de Transporte de Australia, al refutar al piloto australiano veterano, Byron Bailey, quien argumenta a favor de la teoría del “piloto delincuente”.
Además, el avión fue visto por el radar tailandés, el cual lo ignoró porque no era relevante. Por último, no hay que olvidar que el avión fue visto por los militares de Malasia, ya que voló a través del país en esa fatídica noche, pero también fue ignorado. Un piloto delincuente no podría haber contado con el hecho de que un operador de radar fallara y no pudiera detectar a los aviones para ver que estaba pasando.
Dejaré en manos de otros que hagan un caso en contra de los pilotos por motivos técnicos. Pero hay que aferrarse a los hechos.
El hecho es que no hay evidencia que diga que los pilotos hicieron esto.
Antes de condenar a un capitán de toda la vida o a un novato primer oficial por secuestrar un avión y matar a otras 238 personas, quiero más que solo algunos rumores extraños, muchos chismes difamatorios y una gran cantidad de argumentos deficientes. Estoy preparado para que digan que me equivoco. Hasta que no ocurra eso, no estoy listo para decir que “fue el piloto quien lo hizo”.