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(CNN Español) – Si alguna vez usted ha estado en el centro de la Florida, seguramente ha transitado un tramo de la Interestatal 4. Cruza de oeste a este el estado de Tampa a Daytona Beach. Y ha sido testigo de una gran transformación en los últimos 15 años.

A los cubanos se han unido mexicanos, dominicanos, colombianos… y especialmente puertorriqueños, quienes han crecido a  más de un millón en todo el estado. Y en el centro de la Florida son más de 500.000, según el estudio exclusivo para CNN en Español del Centro de Estudios Latinos, Latinoamericanos y Caribeños de la Universidad de la Ciudad de Nueva York.

Kissimmee es una muestra de ese crecimiento. A esta ciudad llegó Luis Figueroa hace 9 años proveniente de la isla. Hoy es una agente de bienes raíces y quiere buscar un escaño  en la Cámara de Representantes del estado, como republicano. Pero se lamenta de que los puertorriqueños no vivan la política en EE.UU. como lo hacen en la isla. “Pero también es que aquí llegan tan cansados de la politiquería barata, que dicen mira, me voy a desconectar, no voy a hacer nada y simplemente no voto y eso pues lamentablemente nos está afectando muchísimo”, apunta Figueroa.

El estudio indica que los puertorriqueños representan el 41% de los latinos en el centro de la Florida. Pero como electorado, su porcentaje no ha cambiado. En 1990 eran el 51%. Las cifras de 2014 muestran que son 52%.

Y es reflejo de la dinámica en el estado, donde los puertorriqueños como porcentaje del electorado tampoco ha cambiado mucho: de 26% a 28% entre 1990 y 2014.

Después de los puertorriqueños, los cubanos son 12% del electorado y los mexicanos 10 % en esta parte del estado.

Según el estudio, la razón es el declive del electorado cubano y la llegada de un número importante de centro y suramericanos al centro de la Florida. Y con su llegada han generado influencia política y económica.

Plaza del Sol es un ejemplo de ello. Un centro comercial que revivió ahora con un toque latino, cuando ya había perdido su atractivo. Pero Karina Oyola, decidió mudar su negocio de preparación de impuestos al centro comercial, hace casi dos años. Hoy piensa expandir su negocio debido a la creciente demanda. Y constantemente escucha comentarios sobre política entre sus clientes  y empleados. “Ahora se está creando conciencia pero realmente como tal, no le dan mucha importancia como en nuestros países lo que es la votación”, indica esta peruana.

El creciente poder político de los hispanos no ha pasado desapercibido. José Álvarez Comisionado de Kissimmee, llegó a la ciudad hace 19 años con su familia y en cuestión de meses cambió de partido, de republicano a demócrata. Y hoy es testigo del  impacto que tienen los latinos. “Yo tengo un candidato que está corriendo contra mí que le dice a la comunidad, no voten por él porque él es cubano y yo soy puertorriqueño. Cuando nosotros representamos a la comunidad entera. Pero a la misma comunidad puertorriqueña no le gusta escuchar eso, porque eso es algo negativo”.

En general, el estudio indica que los latinos en el centro de la Florida son el 14% del electorado en todo el estado. De ellos 45% se registraron como demócratas en 2014, 17% como republicanos, mientras 36% dieron no tener una afiliación política.

Sulay Sánchez tiene 17 años viviendo en EE.UU. Y hace año y medio se mudó a Kissimmee. Para ella la política no era tan importante. Pero “ahora más porque mis hijas son nacidas aquí, entonces tú vas viendo que te vas quedando aquí, que va pasando el tiempo y ya te estableciste, entonces te va interesando más y sabes ya más de este país que del propio tuyo”, señala Sánchez, quien además dice ser demócrata por la influencia de su esposo. “Siempre nos hemos ido por esa área. Pero estoy como igual, ya como este año sobre todo, cuando empiezas a ver las personas que van a querer ser presidentes y dices, cuál es el menos malo, está difícil”, asegura Sánchez.

En 2012, 83% de los puertorriqueños en todo el estado votaron por Barack Obama. Y el estudio apunta que sus preferencias políticas si pueden ser de extraordinaria importancia, especialmente si hay una elección cerrara en noviembre, para ganar los 29 delegados al colegio electoral que otorga Florida.

Y basado en esa tendencia, Luis Figueroa planea su futuro político, recalcando que aunque tiene la filosofía del partido republicano “porque soy dueño de una pequeña empresa, no me gustan las imposiciones y las regulaciones en exceso”. Pero asegura que “el día que se abra alguna puerta, yo simplemente lo que voy a hacer es correr bajos mis propuestas, bajo mis ideas”.

Mientras Álvarez cree que los números no significarán nada si los hispanos no se hacen sentir en las urnas. “Hay es animarlos y asegurarles que el voto si cuenta. Y desafortunadamente muchos de ellos están tan ocupados con sus vidas, trabajando, tratando de mantener a sus familias y entonces vienen y dicen ‘no, mi voto no va a ser una diferencia’ y el trabajo de nosotros es ensenarles y explicarles que sí.

Pero sin duda, con la fuerza que están generando los hispanos, ya los cálculos de las campañas tienen claro que el camino a la victoria política, pasa por el centro de la Florida.