Nota del editor: Esta es parte de una serie dedicada a “Baselworld” 2016. Josh Sims es un escritor independiente, experto en relojes y autor de “Icons of Style”.
(CNN) – Baselworld puede sonar como un parque temático particularmente aburrido pero, de hecho, es el evento a nivel mundial para compra de relojes… al menos si eres minorista.
En Basel, Suecia, una vez al año, los dueños de marcas de relojes y joyería –junto con la prensa y unos cuantos y grandes coleccionistas– se congregan para ver lo que el mundo horológico tiene para ofrecer y, si se sienten tentados, firmar en la línea punteada. Un enorme 80% de las ventas de relojes a nivel mundial para el año entrante se generan en la feria.
Usa zapatos cómodos
Baselworld es grande… literal y figurativamente. Y es estrictamente para aquellos que usan zapatos cómodos: el espectáculo cubre unos 141.000 metros cuadrados de salas de exposiciones del tamaño de hangares, cada una estructurada según diferentes sectores y mercados, con espacio para unos 1.800 expositores a lo largo de sus corredores de 30 kilómetros de largo. Para los 150.000 visitantes con pies adoloridos, hay mucho que caminar.
Y muchos espectáculos que disfrutar. Cuando se trata de sus puestos, muchas de las marcas más conocidas tratan de replicar la sofisticación y lujo de sus tiendas principales; a menudo con el mismo nivel de seguridad también.
Visitar Baselworld no quiere decir que logras ver las mercancías de todas las marcas. Aunque el primer día de la exposición coincide con el lanzamiento de un aluvión de material de prensa que da a conocer los últimos relojes, el acceso a los puestos puede ser solamente mediante una invitación, lo cual puede ser frustrante para los miembros del público que están locos por los relojes y que –en una medida inusual para una exposición de la industria– también pueden comprar una entrada.
Espectáculo y espacio
No es que estos puestos no sean espectaculares desde el exterior. En 1999, cuando se abrió un nuevo salón del reloj, este permitía puestos de tres niveles… lo cuales, por consiguiente, construyeron muchas empresas.
Breitling, es conocido por su pecera gigante, Tag Heuer por suspender autos de carreras Fórmula Uno sobre las concesiones por debajo de ellos. La norma son los anfitriones tipo modelos y la champaña que circula. No es de extrañar que unos 20.000 trabajadores y 7.000 camiones pasen a través de Basilea para hacer realidad el evento de ocho días.
De hecho, el espectáculo es parte del trato. En tanto que Baselworld es donde se plantean las ideas frescas en relojería y materiales –con espectáculos que compiten como el Salon International de la Haute Horlogerie de Ginebra y el Salon QP de Londres que es igualmente importante–, el evento comúnmente no ofrece una plétora de innovación.
Por qué es importante
“Para muchos de los principales actores que dominan el espectáculo, Baselworld es, con excepción de unos cuantos casos, más un ejercicio de mercadeo”, explica Benoit Mintiens, el fundador de la marca exclusiva Ressence y un expositor habitual.
Para muchos de los principales actores que dominan el espectáculo, Baselworld es, con excepción de unos cuantos casos, más un ejercicio de mercadeo.
Benoit Mintiens
“Eso es importante cuando todo el mundo del reloj viene al espectáculo. Aun como una pequeña marca que necesita darse a conocer, no hay mejor manera que estar en Baselworld. Por supuesto, los distribuidores normalmente quieren observar la presencia de un novato en la feria durante unos años antes de considerar una compra. Como todas las ferias comerciales, es un poco como un juego”.
Un centenario de relojes
También es un viejo juego. El próximo año, Basilea celebrará el centenario de un espectáculo del reloj en la ciudad. En 1917 se dio a conocer por primera vez una sección especial para los relojes y la joyería en Scnweizer Mustermesse Basilea, aunque no fue sino hasta 1973 que se inauguró el primer European Watch and Jewellery Show (Exposición del reloj y joyería europea) en la ciudad. En 1986, por primera vez se admitieron expositores que venían de fuera de Europa, lo que lo convirtió en un evento a nivel mundial y, en 2003, esta posición fue enfatizada por su cambio de marca como ‘Baselworld’. Sorprendentemente, no hay duda de que a alguna agencia le pagaron una pequeña fortuna para que ideara eso.