(CNN Español) – El muro fronterizo de barras oxidadas que divide dos ciudades —Nogales, Arizona, y Nogales, Sonora, en México— no siempre separó a ambas comunidades.
Algunos de sus residentes como Arnoldo Montiel, un ciudadano estadounidense, atravesaban a diario las dos ciudades como si fueran una durante su infancia. “Eran ciudades iguales y ahora no… Es México y los Estados Unidos con una barda bastante grande”, dijo Montiel.
En esta zona fronteriza, a tres horas de distancia de la capital del estado, la propuesta del aspirante a la candidatura presidencial por el Partido Republicano Donald Trump de sellar la frontera con un muro no parece factible.
Trump, quien va a la delantera como contendiente en estas primarias republicanas con 692 delegados a su favor, ha dicho que si llega a la Casa Blanca haría que México asumiera el costo de construir esa barrera.
Residentes como Montiel aseguran que de ser electo Trump como el candidato presidencial oficial de su partido votará por él, aunque no cree que su propuesta de erigir un muro —aún más extenso— es práctica.
“No va a pasar el muro, así como él lo dice”, opinó Montiel. “Sí, se pasa mucha gente, lo vemos todos los días como locales”.
De acuerdo a Montiel, la presencia de una alto número de agentes de la Patrulla Fronteriza quienes vigilan la frontera más allá de la barrera, no ha conseguido frenar el flujo de migrantes.
Sin embargo, Montiel asegura que el planteo político de Trump se separa del resto por tratarse de alguien que “no es un político” a diferencia de sus contendientes. “Es una persona de negocios. Una persona que yo creo que nos puede ayudar”, agregó.
Montiel es de familia mexicana y no le gusta la forma negativa en la que el candidato se ha referido a los inmigrantes, al igual que su forma de decir lo que piensa, la cual describe como un tanto “fuerte”.
Es justamente la retórica del magnate la que preocupa a otros residentes que viven en México pero trabajan en Estados Unidos legalmente.
Teresa Legal, activista y mexicana, afirmó que Trump alimenta el odio racial con su discurso e insta a la violencia de grupos extremistas.
“No ha habido esta plataforma, porque se mantenían muy correctos. Y él se ha dado el gusto de ser incorrecto y ser validado”, dijo.
Las palabras de Trump preocupan a los defensores de los inmigrantes porque las ven como una forma más poderosa de dividir a los países vecinos que el propio muro.
“Ya está un muro ahí, no más que hoy está política lo que hace es enfrentar ideas y por supuesto el que sale dañado como siempre es el más necesitado”, dijo el sacerdote Prisciliano Peraza, de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe.
Peraza coordina un refugio para migrantes deportados en Altar, Sonora. El poblado es un sitio de paso para muchos migrantes que planean el cruce ilegal hacia Estados Unidos.
Según Peraza, los más vulnerables son los inmigrantes: “los más golpeados como siempre y que son por supuesto vistos como criminales”.