Pero la historia se pone peor.
“El señor de la basura ya se fue’”, le dijo su esposo, Bernie. “Se fue hace cinco horas”.
Contra toda esperanza, la pareja llamó al operador de transporte de basuras, que les informó que el camión iba en camino al vertedero cerca de donde se almacenan los residuos nucleares. No iban a poder ir allá, dijo la compañía de basuras.
Así que la pareja convenció a la compañía, Meridian Waste Solutions, a desviar el camión a otro vertedero en donde el gerente de operaciones Joe Evans se reunió con ellos para la apestosa y prácticamente imposible tarea de buscar el anillo de 12,5 quilates.
Después de todo, el camión cargaba ocho toneladas de basura maloliente y podrida de 900 casas, reportó KTVI, afiliada de CNN.
“Mi primer pensamiento fue ‘nunca lo vamos a encontrar’”, le dijo Evans a KMOV. “Era como hallar una aguja en un pajar, básicamente”.
Pero lo encontró. Solo media hora después de iniciar la búsqueda, Evans halló el anillo en una bolsa de la basura de la pareja.
“Dije como ‘¡Sí, lo encontré!”, le dijo Evans a KMOV. “Y se lo llevé directamente a ella, lo abrí, y ambas piezas estaban ahí. Quedaron muy agradecidos; ¿quién no lo estaría, verdad?”.
Carla Squitieri dijo que encontrar el anillo fue un poco como ganar la lotería.
“Este fue mi Powerball”, dijo.