(CNN) – Casi una semana después de recuperar la ciudad de Palmira de manos de ISIS, las fuerzas sirias dicen que están descubriendo pruebas macabras de cómo el grupo terrorista islamista mantuvo su ocupación de 10 meses de la antigua ciudad siria.
Las fuerzas liberadoras encontraron una fosa común al menos con 40 cuerpos –muchos de los cuales eran mujeres y niños– en la parte noreste de Palmira esta semana, informó la agencia de noticias estatal siria árabe (SANA, por sus siglas en inglés).
Se cree que los muertos están entre los cientos de personas que ISIS mató luego de que irrumpiera en la ciudad siria central en mayo, informó SANA.
Algunos de los restos muestras señales de decapitación y tortura, informó SANA.
El ejército sirio y las milicias leales al régimen tomaron la ciudad y persiguieron a los combatientes de ISIS el 27 de marzo, informaron los medios de comunicación estatal. Desde entonces, el gobierno ha estado intentando evaluar la muerte y destrucción que el grupo extremista dejó tras de sí.
Palmira, en el territorio de Homs al noreste de Damasco, es un lugar de ruinas antiguas que se consideran que son parte de las más preciadas del mundo, y es reconocida por las Naciones Unidas como Patrimonio de la Humanidad.
ISIS derribó algunas de las ruinas, incluyendo el Arco del Triunfo de 1.800 años de antigüedad y el Templo de Baalshamin de casi 2.000 años de antigüedad. ISIS también decapitó al experto en antigüedades que cuidaba las ruinas.
Palmira era un oasis para las caravanas cuando los romanos la tomaron a mediados del siglo primero. En los siglos siguientes, la zona “se mantuvo situada en la intersección de varias civilizaciones” y su arte y arquitectura era una mezcla de las influencias griega, romana y persa, según la UNESCO, la agencia de la ONU que documenta los sitios culturales y naturales más importantes del mundo.
Las fuerzas del gobierno sirio han estado luchando contra los grupos militantes, incluyendo ISIS, en una guerra de cinco años que ha destrozado al país. Según las Naciones Unidas, la guerra ha matado a más de 250.000 personas, dejó 1 millón de heridos y desplazó a millones desde que comenzó el derramamiento de sangre en 2011.