La soledad y el aislamiento social pueden aumentar el riesgo de tener enfermedades cardiacas y derrames cerebrales.

(CNN) – La soledad y el aislamiento social pueden impactar la salud de una persona causándole problemas que van desde alta presión sanguínea como sobrepeso, declive de la capacidad cognitiva e incluso aumentan el riesgo de morir a temprana edad.

Una nueva investigación la ha puesto un número a cómo esta condición puede aumentar el riesgo de que las personas sufran una enfermedad cardiaca o un derrame cerebral.

Los investigadores de la Universidad de York encontraron que las personas aisladas –que tienen pocas conexiones sociales– o que se sienten solas, tienen un riesgo 29% mayor de sufrir enfermedades del corazón y un 32% más de probabilidades de tener un derrame cerebral comparados con las personas que están bien conectados o por lo menos que se sienten bien conectados.

Para llegar a esta conclusión, los científicos usaron datos de 23 estudios que incluyeron a 180.000 adultos que viven en países de altos ingresos en Norte América, Europa, Asia y Australia.

Los estudios analizaron los niveles de aislamiento y soledad entre los participantes y los monitorearon entre 3 y 21 años para ver si desarrollaban enfermedades cardiacas, ataques al corazón, o que han sufrido un derrame.

“Sabemos de otros estudios que las personas solitarias tienen menos probabilidad de recuperarse de una enfermedad”, dice Nicole K. Valtorta, investigadora que lideró el estudio.

“De nuestro estudio, estamos diciendo que no sólo se trata de algo que afecta a las personas enfermas, sino que de hecho puede aumentar el riesgo de enfermarse”, añade.

¿La soledad causa enfermedades cardiacas?

La investigación pone a la soledad y al aislamiento social en la misma categoría de la ansiedad como factores de riesgo para ataques cardiacos y derrames.

El nivel del riesgo, sin embargo, permanece más bajo que el que ocasiona fumar cigarrillos. Los estudios y análisis asumieron que fumar era un riesgo aparte, pero los dos podrían estar asociados.

“Puede ser que la soledad y el aislamiento conducen a un mayor riesgo de fumar”, dice Valtorta.